LA ADQUISICIÓN DE LOS PODERES OCULTOS COMENTADO POR WILLIAM JUDGE

 

En este artículo William Judge hace un esclarecimiento sobre como funciona la adquisición de los poderes ocultos y las facultades paranormales:

 

« Hay miles de personas en el mundo, tanto en la Sociedad Teosófica como fuera de ella, que creen en la existencia de los extraordinarios poderes que yacen ocultos en el ser humano.

 

Los poderes más anhelados y deseados por motivaciones egoístas son: la lectura del pensamiento, ver los sucesos futuros, descubrir los motivos ajenos, mover objetos sin tocarlos y así sucesivamente. Por ejemplo se desea poder percibir el futuro para poder especular en la bolsa o engañar a la competencia.

 

Y existen hombres y organizaciones que parecen capaces de satisfacer estos deseos, pero en realidad solo ofrecen esperanzas vanas a los incautos pretendiendo revelar los secretos de la naturaleza a cambio de dinero.

 

Algunos de nuestros miembros, deseosos de obtener los frutos maravillosos del conocimiento, han contactado con aquellos que si pudiesen cambiarían hasta al Todopoderoso por oro.

 

Y otra clase de teósofos más serios se han encaminado por un sendero diferente. Ellos piensan que como ciertos Adeptos poseen los poderes ya que han sabido que estos Adeptos pueden oír y ver más allá de lo que permiten los sentidos físicos, así como teletransportar objetos a través del espacio, y hacer aparecer mensajes escritos a distancia con hermosos sonidos de campanillas astrales.

 

Entonces estos discípulos consideran que estos Adeptos deberían intervenir ejerciendo sus poderes para permitirles desarrollar sus propios poderes, y así por ejemplo permitirles oír los sonidos comúnmente llamados ocultos, transmitiendo de esta manera fácilmente informaciones y ayudas sin recurrir al telégrafo ni al correo.

 

Sin embargo se ha repetido una y otra vez que dichos Adeptos nunca harán esto, pues el reino del cielo no se regala, sino que se debe de conquistar. El reino del cielo se halla en frente de nosotros, pero toca a nosotros poder entrar y ocuparlo, y esto se logra solo después de una batalla que una vez ganada, permite al vencedor poseerlo tranquilamente.

 

Pero como muchas personas parecen haber olvidado esta regla, he pensado que es oportuno citar las siguientes palabras de uno de estos Adeptos, que los miembros tanto tratan de encontrar:

 

« Manifestar la facultad de escuchar sonidos ocultos no es en absoluto algo simple como lo imagináis. Y nadie nunca nos la confirió ya que según la regla férrea, los poderes que una persona alcanza, esa persona debe adquirirlos por sí misma.

 

Estos poderes se encuentran dormidos y silenciosos en su potencialidad, como el mecanismo de un cajita de música, por lo tanto resultará simple girar la llave para activarlos sólo cuando la persona ya los haya desarrollados y ella esté preparada para su uso.

 

Por lo tanto todo ser humano verdaderamente interesado puede adquirir estos poderes, pues tal es la finalidad de todo esto. Todos pueden obtenerlos, como es verdad que todos se benefician del sol o del aire. Delante de vosotros se encuentran todos los poderes de la naturaleza, tomadlos pero solo cuando ya podáis lidiar con ellos. »

 

(Observación de Cid: posteriormente cuando se publicaron las Cartas Mahatmas se supo que este texto era un extracto de la carta 11 del maestro Kuthumi, p.65)

 

 

Lo que antecede está perfectamente claro y rigurosamente en acuerdo con el canon secreto que dice que “Cuando los materiales están preparados, el arquitecto aparece” y cuando hemos adquirido los poderes que buscamos, extrayéndolos desde nuestro ser interno, el Maestro estará preparado para activar lo que hemos logrado.

 

Pero debemos tener presente el siguiente punto importante. Si el Maestro puede, por así decirlo, girar la llave activando el mecanismo, él puede también rehusarse a impartir el impulso necesario.

 

Y por razones relativas a la vida y situaciones en las que están los estudiantes, puede ser aconsejable por un tiempo no permitir la activación de estos poderes que “se encuentran dormidos en su potencialidad” ya que aprobar su empleo para alguien que todavía no está preparado para asumirlos podría ocasionar la ruina de esa persona y de otras que lo rodean, retardando así su verdadero progreso.

 

Por lo tanto el Maestro muy a menudo no sólo rehúsa activar el mecanismo; sino que puede hasta impedir que las ruedas se muevan. »

(Path, Febrero 1889)