¿POR QUÉ LOS MAESTROS NO COMPARTEN SUS CONOCIMIENTOS CON LOS HUMANOS?

 

 

RESPUESTA DEL MAESTRO PASTOR

 

 

Cuando le hicieron esta pregunta al maestro Pastor, él respondió:

 

« Porque antes de poder recibir todo ese conocimiento, los hombres deben primero volverse plenamente humanos, debido a que de la misma manera que este conocimiento puede ser muy benéfico si se utiliza adecuadamente, también puede ser muy dañino si se utiliza con malas intenciones.

 

El hombre vive mal porque todavía no quiere vivir en acorde con el Cosmos. Pongan ondas de forma benéficas en un planeta donde la gente se comporta de manera barbárica, y esa humanidad no avanzará a pesar de ello. Pero en cambio si esa humanidad intenta mejorarse a sí misma, entonces todo irá cada vez mejor.

 

Y es por eso que antes de difundir un mayor conocimiento, los humanos deben primero hacer el esfuerzo por ellos mismos de mejorar en los fundamentos de la vida.

 

Las ondas de la forma, la ciencia y la tecnología, son cosas importantes que hay que descubrir, pero que no representan los fundamentos mismos de la vida.

 

 

Y escucho a uno de ustedes hacerme la pregunta:

 

¿Por qué un gran científico entonces no es un médium?

 

Así ese científico adquiriría un conocimiento cósmico de todo lo que se necesita para mejorar a la humanidad.

 

¿Y por qué un gran médico no es un médium?

 

Así ese médico podría tener acceso a la medicina cósmica y de esta manera establecer una nueva base.

 

¿Y por qué un gran político no es un médium?

 

Así ese político se sentiría inspirado a construir las estructuras de una nueva sociedad.

 

 

Y les respondo que los hay, pero que también la sociedad es el reflejo del conjunto de quienes la habitan, y que si bien algunos profesionistas logran hacer avanzar un poco más a la sociedad, esta no puede ir más lejos mientras que el conjunto de la población persista en vivir de una manera inferior.

 

Hay individuos previstos para cada uno de estos sectores, y cada uno cumple su tarea y por lo tanto existe una complementariedad entre todos los humanos. Pero no se debe esperar que algún día aparezca un nuevo Einstein que por casualidad es médium y que logre encontrar todos los acertijos matemáticos, dando de esta manera todas las claves del espacio y del universo.

 

No

 

Ya que aunque por lo general en un descubrimiento suele haber un elemento de inspiración gracias a la concentración obtenida por el investigador. Pero siendo cada humano tan específico, cada trabajo requiere de una forma de mente y una constitución intelectual específica, lo que provoca que la persona que está diseñada para trabajar en el campo científico, lamentablemente tendrá grandes dificultades para ser un médium.

 

Pero ustedes no deben lamentarse por estas diferencias, sino considerarlas al contrario por su complementariedad. Y así cada área, cada sector de la vida, está evolucionando, que sea la ciencia, la espiritualidad, el arte, etc., porque personas especializadas trabajan en cada uno de estos sectores.

 

Ustedes no deben de ver los diferentes sectores de la sociedad como partes separadas, sino que deben de considerarlos como los órganos de un sistema unido (así como por ejemplo: los órganos del cuerpo) y de esta manera se sentirán ayudados en todos los ámbitos de la vida.

 

Algo que actualmente no es evidente en sus corazones y mentes, porque ustedes están proyectando esa separación.

 

¡Separación!

 

Cuidado con esa noción, porque si ustedes quieren ir hacia la perfección, tienen que olvidarse de la separación porque eso es lo que genera la limitación a nivel intelectual y espiritual que les impide ir más lejos. Eso es lo que separa al discípulo y al maestro. Pero cuando no hay más separación, entonces el Maestro se convierte en un hermano y tú te conviertes, como por casualidad, en un maestro.

 

 

Para nosotros, como lo pueden constatar, siempre hay una diferencia entre los fundamentos mismos de la vida y el mensaje de conocimiento que es bueno traer de forma natural, pero que sigue siendo secundario. Y es por eso que parece haber una separación entre la espiritualidad y la ciencia, o el mundo espiritual y el mundo secular.

 

Porque la espiritualidad se preocupa por explicar los fundamentos mismos de la existencia. Y dejamos que otras personas vengan a hablar de ciencia y de tecnología y de todo aquello que a los humanos les interesa, pero que es secundario. En cambio no tendría sentido que un Maestro viniera y les diera todo ese conocimiento en un nivel mayor si ustedes todavía no tuviesen una conciencia más elevada, porque ustedes conocen la frase:

 

“La ciencia sin conciencia es solo la ruina del alma."

 

 

Esta frase es crucial, y es por eso que hasta ahora la espiritualidad se ha ocupado esencialmente del alma y del espíritu del hombre, porque los Maestros saben que los humanos pueden valerse por sí mismos de todo lo que concierne a la materia, ya que los humanos tienen una mente lo suficientemente curiosa y analítica para ir descubriendo los secretos de la Naturaleza.

 

En cambio sentarse durante treinta minutos para meditar o controlarse, eso todavía les resulta imposible, y es por eso que los Maestros se ocuparon de lo más importante a nivel evolutivo; pero llegará el día en que todo esto se unirá, debido a que ya se habrá desarrollado lo suficientemente la conciencia del hombre.

 

Pero mientras no se desarrolle este imprescindible, ustedes seguirán teniendo la impresión que tienen que arrancar los conocimientos a través de vuestros esfuerzos, cuando no es así. El conocimiento está tan abierto para ustedes como los mensajes que han sido dados por todos los guías y los profetas.

 

Imagínense que hay en el Cosmos una gran biblioteca donde está escrito todo el conocimiento que existe, como por ejemplo: cómo hacer cohetes muy poderosos, o cómo disponer de energías limpias muy efectivas, o cómo curar todas las enfermedades, etc.

 

Pero hasta que la humanidad no sea más civilizada, ella no puede ir a ver esa biblioteca, porque se trata de hablar de energía y de grandes principios que por el momento los humanos no podrían entender e incluso podrían hacer un mal uso (simplemente vean lo que han hecho de la energía atómica).

 

Y mientras que no haya alcanzado ese grado de integridad, la humanidad tiene que adquirir por sí misma el conocimiento. Lo que no significa que ella esté sola en su búsqueda, ya que los maestros la guían.

 

Los hombres no se quedan solos con su materia, pero nosotros nos ocupamos más específicamente de su alma, y luego uniremos los dos. Y cuando los humanos hayan unido su materia con su alma, entonces abriremos nuestros conocimientos. Pero a menos que los humanos vengan a nosotros, nosotros no iremos a ellos. »

 

(Conferencia del 16.11.85)

 

 

 

 

 

 

 

RESPUESTA DEL MAESTRO KUTHUMI

 

 

Y sobre este asunto, el maestro Kuthumi escribió lo siguiente:

 

« Si por generaciones le hemos cerrado al mundo la puerta de nuestro conocimiento, esto se debe por su gran incapacidad para captarlo y aceptarlo, y si a pesar de las pruebas que se le han dado en esta ocasión, aún se niega a rendirse ante la evidencia, entonces al final de este ciclo, nosotros nos retiraremos una vez más a la soledad y a nuestro reino de silencio. »

(CM 9, p.50)

 

« A los que creen en nosotros, las personas los llaman charlatanes y necios, y de esa ciencia sagrada de la cual nosotros somos los custodios y que conduce hacia la meta más excelsa del conocimiento más elevado y hacia la verdadera percepción de la Vida y de la Sabiduría, los hombres se mofan como si fuese un vuelo disparatado de la imaginación. »

(CM 8, p.31)

 

« Pero nuestro conocimiento no desaparecerá de la visión humana, ya que este es “el regalo de los dioses” y la reliquia más preciada de todas. Y los guardianes de la sagrada Luz no atravesaron sin contratiempo tantas edades para venir ahora a zozobrar contra las rocas del escepticismo moderno. »

(CM 28, p.214)

 

« Sin embargo, es solo aquel que en el fondo de su corazón ama a la humanidad entera y es capaz de percibir completamente la idea de una Hermandad practica y regeneradora, sólo él es quien tiene el derecho a la posesión de nuestros secretos. Porque alguien así nunca hará mal uso de los poderes que esos conocimientos aportan y no habrá temor que los dirija hacia fines egoístas. Y es por eso que el humano que no coloca el bien de toda la humanidad por encima de su propio bien, no es digno de convertirse en nuestro discípulo y tampoco es digno de que alcance un conocimiento superior al de sus semejantes.

 

Desafortunadamente el mundo en esta época oscura ha nublado la Luz del verdadero conocimiento, y el egoísmo no permitirá la resurrección de esta luz porque es excluyente y no reconoce la completa confraternidad de todos los que nacieron bajo la misma inmutable ley natural. »

(CM 38, p.252)

 

« El conocimiento para la mente, al igual que el alimento para el cuerpo, tienen como objetivo nutrir y ayudar al crecimiento, pero requieren ser bien digeridos, y cuanto más completo y pausadamente se lleve a cabo ese proceso, mejor será para el cuerpo y para la mente. »

(CM 43, p.262)

 

« Y es por eso que nuestro conocimiento solo puede ser comunicado gradualmente, para así evitar que los hombres terminen por hacerse daño. Además que si algunos de nuestros secretos más elevados fueran actualmente formulados al público, a la gente les sonaría como un demente galimatías.

 

¿Cómo los humanos le podrían dar expresión a ideas para las cuales todavía no tienen lenguaje ni comprensión?

 

Dar a los hombres más conocimiento del que ellos ya están capacitados para recibir es un experimento peligroso, porque la revelación repentina de hechos que en gran medida trascienden a lo ordinario, en muchos casos es fatal, y no solo para el neófito sino también para los que están directamente relacionados con él. »

(CM 49, p.283-284)

 

 

 

 

 

 

 

CONCLUSIÓN

 

Entonces en resumen, los maestros van compartiendo sus conocimientos con los humanos a medida que estos van evolucionando, para que así los humanos los puedan cada vez mejor comprender y no hagan un mal uso del poder que esos conocimientos aportan.