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EL EFECTO DEL VACÍO SOBRE LOS ÉTERES SEGÚN MAX HEINDEL




Sobre este tema, en su libro “Enseñanzas de un Iniciado”, Max Heindel escribió lo siguiente:

« Hemos oído hablar del “estallido de las granadas” y hemos visto que muchas personas que no presentaban la menor herida se habían, sin embargo, encontrado muertas en el campo de batalla.

Y hemos visto y hablado con las almas de personas fallecidas que habían perecido de esta manera, pero que ellas no se podían explicar el por qué de su muerte. Todas negaban sentir miedo y estaban unánimes en asegurar que de repente se habían encontrado sin conocimiento y un momento más tarde se habían visto en su condición presente. Pero al contrario de sus compañeros, estas personas no tenían ni el menor rasguño en sus cuerpos.

Nuestra idea preconcebida de que debía haber un miedo momentáneo en el caso de una llamada excepcionalmente cercana que, aunque inconsciente, había causado su defunción, nos impidió una investigación completa; pero los resultados indicados de las consecuencias de la velocidad sobre los éteres, nos indujo a creer que algo por el estilo podía suceder en este caso también.

Y esta suposición se confirmó ya que cuando un proyectil voluminoso pasa por el aire, forma un vacío detrás de él por la enorme velocidad que lleva, y si alguna persona está en esta zona del vacío del paso del proyectil, esa persona sufre en una medida que está determinada por su propia naturaleza y su proximidad al centro de succión.

Su situación es, en efecto; un caso opuesto al del hombre que cae por el aire, debido a que en el segundo caso está quieto, mientras un cuerpo en movimiento desplaza la presión de aire y permite que los éteres se escapen.

Si la cantidad de éter desplazada es relativamente pequeña y compuesta solamente de los éteres tercero y cuarto, que dirigen la percepción sensorial y la memoria, probablemente sufrirá tan sólo una pérdida momentánea de la memoria y una incapacidad de moverse o de servirse de sus sentidos.

Esta incapacidad desaparecerá cuando los éteres extraídos se hayan otra vez fijado en el cuerpo denso; una situación mucho más difícil de conseguir que cuando el cuerpo físico sucumbe y la reorganización tiene lugar sin referirse a este vehículo.

Si las personas que sufren un accidente de esta naturaleza hubiesen conocido el modo de practicar los ejercicios que separan los éteres superiores de los inferiores, habrían podido hallarse fuera del cuerpo en plena conciencia, y quizá preparadas para su primer vuelo del alma, si hubieran tenido el valor de emprenderlo.

En todo caso se puede afirmar con seguridad que a su regreso al cuerpo denso no hubieran sentido casi ninguna incomodidad, y en el caso de haber sido el vacío bastante fuerte para extraer los cuatro éteres y causar la muerte, probablemente no habría habido pérdida alguna de la conciencia, tal como domina a las personas en general, porque se ha descubierto que las personas que decían que habían perdido la conciencia sólo durante momento, se equivocaban.

Se necesitó el transcurso de uno hasta varios días, en los casos investigados por nosotros, para que el cuerpo vital estuviese reorganizado y la conciencia restablecida»
(Capítulo 1)






OBSERVACIÓN

Pero desafortunadamente todo esto que dijo Max Heindel, él lo está inventando porque en realidad ustedes deben de saber que no existen los éteres, por las razones que les explico en este otro capítulo.
(Link)









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