EL PLEXO SOLAR EXPLICADO POR EL MAESTRO PASTOR

Sobre el plexo solar, el maestro Pastor dijo lo siguiente:

« Para deshacerse del mal humor, o de la depresión, o de cualquier otra emoción negativa. No tienes que luchar contra esa emoción cuando surge del interior y explota en la superficie. No. Lo que debes de hacer es entender de dónde proviene esa emoción, qué la produjo, cuál es la secuencia de las cosas que la generan. Y entonces percibes que tienes que bajar a la zona de tu ser donde ese sentimiento se origina.

Y esto es a lo que los alquimistas se referían cuando ellos decían:

“Tienes que bajar a las entrañas de la tierra para volver a la vida y despertar a un nuevo día.”

Y en el cuerpo, descender a las entrañas de la tierra, significa descender al fondo del plexo solar para revitalizarlo mediante la vida del espíritu, y no dejarlo seguir viviendo dominado por la vida mundana de la personalidad y el prana terrenal.

El plexo solar es el lugar donde se almacenan todos los datos, todas las memorias, y por lo tanto, es en cierto modo, el primer aspecto, la primera parte del sistema cerebral.

Durante milenios, desde el principio, allí en el centro de tu plexo solar, todo está inscrito, todo está estocado, desde el origen del primer cuerpo que apareció en la tierra, y aún más.

Y es por eso que al profundizar en ti mismo, mediante técnicas particulares como la regresión o la hipnosis, no solamente puedes percibir tus propias reencarnaciones, sino que también puedes percibir las encarnaciones de otras personas, et incluso la vida colectiva de la tierra.

Y esta percepción es posible porque el plexo solar es precisamente el elemento que te conecta con el inconsciente y con la conciencia colectiva, con todos los demás plexos del mundo, con todos los demás estados de ánimo del mundo, y con todas las demás personalidades del mundo.

Y es por eso que tan pronto como transmutas las vibraciones, es decir que mueves las vibraciones del plexo solar hacia el plexo cardíaco. Entonces automáticamente te alejas de la conciencia de masas, la conciencia de grupo. Porque mientras tus energías estén trabajando en el plexo solar y te quedes sintonizado allí (incluso inconscientemente) entonces eres parte de la masa y no tienes individualidad, eres parte del rebaño.

Y es por eso que hay miedos ancestrales, o reflejos que se transmiten casi como un código genético. Y es por eso también que ciertos instintos se transmiten de generación en generación. Las cosas buenas se han transmitido de esta manera, pero desafortunadamente las cosas malas también se transmiten de esta misma manera, como por ejemplo: los miedos primarios, el miedo al fuego, el miedo a las arañas, el miedo a los cataclismos, etc.

Por lo que a medida que transcurre un período de tiempo (y dejando el suficiente tiempo para que eso suceda) los temores se codifican y se alojan en el plexo solar y de ahí esos temores se extienden hacia los otros plexos solares. Porque es suficiente con que un plexo solar sienta una cosa para que todos los demás plexos solares también registren de inmediato ese código. Y así es como las epidemias psicológicas reales se propagan, como por ejemplo, las psicosis.

Por lo tanto descender dentro de la tierra, como solían decir los antiguos alquimistas, es descender hasta el fondo de este plexo solar. Pero para que ese descenso sea eficiente se requiere hacerlo conscientemente, mientras que por ahora, tu descenso lo haces inconscientemente.

Y bajar conscientemente dentro del plexo solar es a veces sufrir, pero este sufrimiento no se siente de la manera usual. No, no es el sufrimiento emocional usual. En este caso es un sufrimiento frío, porque es la mente la que desciende dentro de la sustancia emocional, y esta fricción entre estas dos naturalezas tan diferentes es lo que genera esta forma de sufrimiento, y el cual corresponde más por ejemplo: al sufrimiento de alguien que está en el exilio, o alguien que tiene frío pero no tiene miedo, que está en la oscuridad pero que no tiene miedo incluso si sabe que hay peligro.

Es similar a ese tipo de sufrimiento, es decir, la conciencia del peligro, la conciencia de la oscuridad, la conciencia de la profundidad. Pero el guerrero es lúcido y sabe que debe ganar. Entonces él desciende de todos modos. No tiene miedo, solo tiene coraje. Un coraje frío, porque es la mente la que desciende a esta sustancia, y depende de la mente aportar la razón a esta masa de tensiones emocionales que ustedes tienen guardadas ahí dentro.

Si entonces, ustedes quieren tener una forma de ascetismo para evolucionar o avanzar por el camino de la iniciación, para lograr el contacto con tu alma y un contacto con tu guía. Entonces no busquen desarrollar los centros etéreos y paranormales, sino que desciendan dentro de ustedes mismos y limpien vuestro plexo solar.

Para así también poder preparar ese instrumento en el que puedan soplar. Porque a menos de que puedan soplar en él, ustedes no podrán escuchar la voz de Dios que les responderá, porque solo este instrumento puede despertar la voz divina y el eco divino.

¿Qué es este instrumento?

Este instrumento es simplemente el canto del alma, el sonido emitido constantemente por el alma. Pero para aquellos que no están aún espiritualmente despiertos, el sonido del alma permanece atrapado en el plexo solar, exactamente como un feto que durante su gestación, pronuncia el mismo mantra, la misma clave, la misma fórmula mágica.

Y luego, en el día de la liberación, el mantra ya no se pronuncia en el interior inconscientemente para mantener una vida, sino que por el contrario, el alma lo pronuncia conscientemente y en toda su intensidad.

Y es en ese momento hay resonancia porque el canto del alma se asemeja al canto  de Dios mismo, y ese canto Dios lo pronuncia para perpetuar la vida de vuestra alma.

De modo que el sonido que originalmente él te dio y que te creó como un alma, este sonido se despierta y encuentra su fuente original, y se fusiona con él. Y a partir de ese momento, tu alma puede hablar y comprender el lenguaje de Dios.

Si ustedes desean desarrollarse para recorrer el camino iniciático, primero deben responsabilizarse.

¿Qué significa esto?

Significa tener actos conscientes hacia ti mismo, frente a tu vida interior, frente a tu vida emocional y terrenal. Ten actos conscientes, porque es la conciencia tu instrumento para lograr la resurrección, no es otra cosa. No es un mesías, no es un salvador, no es una iglesia, no es un templo quien te lo va a dar. Es tu capacidad de ser consciente y actuar conscientemente.

Por lo tanto, este centro llamado plexo solar, tiene cada vez menos energía, ya que gobierna exclusivamente la vida astral y la vida instintiva. Y es por eso que cualquier animal tiene un plexo solar.

Pero a medida que vives y actúas conscientemente, es como si tomaras la energía del plexo solar para llevarla al plexo cardíaco, y también al plexo laríngeo que también es un gran centro para la conciencia que ya se encuentra despierta.

Y mientras haces eso, empobreces la rueda y el movimiento del plexo solar, y automáticamente sales de esa conciencia de masas y entonces ahí si puedes pretender convertirte en un iniciado.

Pero esta química dentro de ti no se hace simplemente porque tú te vuelves consciente. Se debe provocar esta primera transferencia. Sin embargo, las cosas no terminan ahí.

Cuando trabajas para ser consciente, cuando piensas en tus acciones (y aquí no estoy hablando todavía de que ya tengas control de tus actos, pero al menos que observes y reflexiones sobre lo que haces). A medida que efectúas ese proceso de observación, desciendes tu mente en esa sustancia emocional e instintiva que está asociada con la sustancia astral y etérica.

Y al hacer eso, también haces descender el plano mental (que es uno de los primeros aspectos de la vida del alma) hasta el plano físico de la personalidad. Y a fuerza de provocar esa penetración de tu plano mental (que no es cerebral e intelectual, se los especifico, sino que es el plano de la conciencia que pasa necesariamente a través de la reflexión).

A medida que este plano mental penetra en la sustancia de tu plexo solar, entra más y más profundamente en la sustancia emocional, entonces realiza todo un trabajo de purificación.

Y ese es el verdadero trabajo de purificación del que tanto se habla, no es otra cosa. No se trata de obligarse a ser mejor, a ser paciente, a estudiar, a controlarse. Todo eso sirve, pero es inútil si no hay también este trabajo de purificación. Y este trabajo de purificación se efectúa descendiendo el mental para limpiar todos los aspectos emocionales y traumatismos de la personalidad.

Y seguramente ahora ustedes me dirán que en teoría eso suena muy bien, pero concretamente:

¿Cómo hacerlo?

Pues bien, como se los he dicho mil veces, deben desarrollar la vigilancia. Ustedes no pueden penetrar el plano mental dentro de la sustancia de su plexo solar, si no tienen ese reflejo de vigilancia para provocar esa situación necesaria. Así que sean vigilantes.

Es decir que cuando durante el día, se encuentren en una situación, el primer reflejo que deben de tener es el de la observación. Y esta observación les va a permitir reflexionar, y más tarde también controlar vuestros pensamientos, vuestras emociones y vuestras acciones.

Y antes de actuar, ustedes se van a preguntar:

¿Qué tipo de reflexión tengo que hacer?

¿Qué palabras tengo que decir?

¿Qué actos tengo que efectuar?

Pero antes de llegar a ese nivel, primero deben de hacer esa parada, ese desapego que solo dura unos pocos segundos, pero que es absolutamente imprescindible para poder convertirse en un observador.

Y luego, cuando se hayan entrenado varias veces para al menos observar vuestras reacciones. Porque no les pido que intervengan de inmediato en ustedes mismos. Pero al menos por un tiempo, unos días, unas semanas, unos años (tómense todo el tiempo que necesiten) observen todos los clics disparadores de sus reacciones. Y así ustedes se conocerán mejor, al menos a nivel de vuestra personalidad.

Por ejemplo:

¿Qué es lo que les causa tal traumatismo?

¿Qué es lo que les suscita tanta ira, o tanta exaltación, etc.?

Conócete a ti mismo, dicen los antiguos sabios, y eso se logra observándose. Pero la cosa debe de hacerse libremente, un poco como un juego, como si estuvieran viendo a una tercera persona.

Y cuando hayan acumulado suficiente conocimiento sobre ustedes mismos, cuando entiendan lo que les provoca vuestras reacciones, entonces podrán perdonarse y amarse a ustedes mismo. Y entonces, en ese momento, tendrán la fuerza para controlarse, pero no antes.

Si quieres controlarte de inmediato, no tendrás éxito porque no puedes. Y si no puedes comprenderte a ti mismo, tampoco podrás perdonarte.

Muchas personas tienden a poner sus manos frente a sus ojos para no ver los horrores y las tonterías que han estado haciendo o están haciendo. Mientras que otras tienden a culparse demasiado. Pero ninguna de esas personas puede perdonarse a sí misma.

Y el día en que la persona despierta su consciencia, el día en que tiene remordimiento, ella es incapaz de comprenderse a sí misma como si fuera una tercera persona. Es incapaz de sentirse a sí misma, de conversar consigo misma. Y es precisamente esto lo que debe establecerse, la unión.

Mientras ustedes no vivan esta síntesis entre vuestra alma y vuestra personalidad, esa dualidad existirá y no podrán verse con claridad para trabajar para mejorar la personalidad.

Y es así como algunos humanos, debido a que tienen una mala personalidad o algunos problemas transitorios, incluso terminan suicidándose, o se sienten tan culpables por lo que han hecho que desencadenan enfermedades o problemas psiquiátricos en su interior. Porque llegan a la conclusión de que ellos no son buenos, o de que tienen terribles defectos o vicios, y comienzan a odiarse por lo que son.

Pero, de hecho, lo que ellos ya no pueden soportar son solamente las acciones de su personalidad, pero en cambio ellos no pueden decir nada sobre su alma porque no la conocen.

Entonces, ante todo, debes ubicarte como un alma.

Cuando un discípulo quiere trabajar en el camino, debe ser exactamente como un cochero que considera a su caballo desde lejos, debe considerarse como un alma que guía a su personalidad. Pero si mezclas los dos, si estás en el caballo que te lleva, y a veces en el cochero, el asunto ya no funcionará en absoluto e inevitablemente en un momento dado habrá una caída y un olvido total de lo adquirido.

Por lo tanto, es necesario disociar las cosas y volver a colocar los valores iniciales.

Y es así como los humanos hacen un muy mal uso de su emocional, al grado que hoy su emocional puede incluso matar a su cuerpo. Y no es raro ver a alguien que ha sido sometido a demasiado estrés, o a demasiada emoción negativa durante demasiado tiempo. Y termina desencadenándose enfermedades cardíacas y muriendo.

Y no es raro ver crímenes cometidos por pasión. Cuando de hecho, todo el plano emocional se debe de utilizar solo para experimentar la fraternidad, el amor compartido, el amor por la presencia del otro y fusionarse totalmente en una exaltación divina, en una comunión divina.

Para esto debe de usarse únicamente el plano emocional, cuando se le quita todos los bajos usos. El plano emocional es importante en la constitución del hombre, porque sin el plano emocional, el humano no podría convertirse en ángel algún día, debido a que en primer lugar él no entendería nada sobre las leyes cósmicas, y en segundo lugar porque él ignoraría completamente los mismos fundamentos del amor.

¿Por qué el hombre no puede entender las leyes cósmicas, cuando para comprenderlas parece que solo se requiere del aspecto cerebral?

El hombre no podría entenderlas, porque las leyes cósmicas no se integran con el intelecto sino con la consciencia. Cuando ustedes quieren realmente saber algo, nunca será suficiente abordarlo desde el aspecto intelectual, sino que necesitan también experimentarlo.

Por ejemplo, una persona puede leer cientos y cientos de libros que diserten sobre el amor, pero esa persona no podrá realmente saber lo que es el amor hasta que ella misma lo haya experimentado.

Y el centro que permite esta comunión, que permite sentir profundamente la naturaleza de la cosa, y por lo tanto integrarla para hacerla suya, es el centro cardíaco. Y el centro del corazón es el plano real de lo emocional, pero aquí estoy hablando de lo emocional con una gran E, o sea una emoción divina.

Mientras que si todas estas cosas se viven solo con el plexo solar, entonces solo se registran como una memoria, pero no como un conocimiento integrado.

Y las emociones que normalmente se deben de experimentar en el centro del corazón, son experimentadas torpemente por el plexo solar, que vibra pesadamente, lo que produce un eco muy bajo en las profundidades oscuras, y automáticamente la emoción que no es agradable parece fea, parece mala.

Y esta emoción ustedes van a tratar de combatirla, buscaran cancelarla, cuando no hay que actuar así. En cambio lo que tienen que hacer es observarla, vestirla en su verdadero aspecto y reubicarla en su dominio, que es el centro del corazón.

Mientras que si todas estas cosas son experimentadas por el plexo solar. Esto solo creará traumatismos, porque se los repito: el plexo solar no está hecho para eso, ya que es solo es donde se registran los eventos.

Y es así como ese o aquel traumatismo que se atasca en vuestro plexo solar, también codificará todo el resto emocional de vuestra vida, y así, en esta o aquella situación típica, automáticamente se vivirá el recuerdo de ese traumatismo anteriormente sufrido, o incluso puede ser un trauma ancestral; y es así como tu plano emocional está cada vez más parasitado.

Y luego habrá producción de fantasías, complejos, traumas y el ser humano se encuentra cada vez más agobiado por todas esas cadenas.

Así que si quieren ascender hacia la divinidad, primero se tienen que liberar de todas esas cadenas. Y para ello tienen que purificar vuestro plexo solar, en primer lugar por medio de la observación y la vigilancia. Y luego analizando y respetando tu cuerpo y tu personalidad. »

(Conferencia del 29.11.86)