RUDOLF STEINER AFIRMA QUE JESÚS SE DESMAYÓ DURANTE UN RITUAL

En su libro “El Quinto Evangelio”, Rudolf Steiner escribió lo siguiente:

« A la edad de veinticuatro años, Jesús de Nazaret llegó a un lugar donde se efectuaba un culto pagano y en donde se hacía una ofrenda a una determinada divinidad. Pero allí había únicamente gente triste, afectada por toda clase de pavorosas enfermedades psíquicas que se manifestaban hasta en lo corpóreo.

Los sacerdotes hacía tiempo que habían abandonado ese lugar, y Jesús escuchó a sus habitantes lamentarse de que los sacerdotes los habían abandonado y que desde entonces carecían de la bendición del sacrificio y que por lo tanto sufrían de lepra y otras enfermedades, precisamente porque los sacerdotes los habían abandonado.

El sufrimiento de esa gente le causó a Jesús un profundo pesar, y en su alma se encendió una inmensa caridad para con esos oprimidos.

Y parece que ellos, abandonados por los sacerdotes, como asimismo como creían por su Dios, en cierto modo se dieron cuenta y quedaron profundamente impresionados por el amor que emanaba del alma de Jesús.

Y en el corazón de la mayoría de ellos repentinamente surgió algo que encontró su expresión en que esa gente percibiendo en el rostro de Jesús el reflejo de su inmenso amor, le dijeron:

      -   “Tú eres el nuevo sacerdote que nos ha sido enviado.”

Y entonces obligaron a Jesús a colocarse en el altar pagano, y le pidieron que hiciera el ritual del sacrificio para que él les procurara la bendición de su Dios. Y al realizarse todo esto sucedió que Jesús cayó como si hubiera muerto, su alma quedó como enajenada; y la gente que había creído que su Dios había vuelto, percibió horriblemente como Jesús cayó como si hubiera muerto, aquel a quien habían tenido por su nuevo sacerdote, enviado del cielo.

Y mientras el cuerpo de Jesús yacía tumbado, el alma enajenada de Jesús se sintió elevada a los reinos espirituales, como a la esfera del Sol. Y desde ahí Jesús oyó las palabras que muchas veces había percibido a través de la Bath-Kol. Pero la Bath-Kol ahora estaba transformada, convertida en algo totalmente distinto. Además, la voz le llegó de otra dirección, y lo que ahora Jesús de Nazaret escuchó era diferente.

Y aquí yo debo de precisar que existen deberes ocultos, y yo obedeciendo a semejantes deberes ocultos tuve que enunciar entonces lo que por la transformada voz de la Bath-Kol, Jesús de Nazaret había percibido al realizarse lo que acabo de relatar.

Y estas son las palabras que Jesús percibió:

         “Aum, Amén.

          Impera el Mal,

          testigo de yoidad que se desenlaza,

          deuda del propio ser, por otros acarreada,

          vivida en el pan de cada día,

          en que no domina la voluntad de los cielos,

          porque el hombre se separó de vuestro reino

          Y olvidó vuestro nombre,

          Vosotros, Padres en los Cielos.”

Únicamente así puedo traducir a nuestro idioma lo que en aquel momento, cual la transformada voz de la Bath-Kol, Jesús de Nazaret había percibido.

¡No es posible traducirlo de otro modo!

Y con estas palabras se expresa lo que vivió en el alma de Jesús al despertar del desmayo que le había causado el enajenamiento de su alma. Y cuando al haberse despertado, Jesús quiso volver los ojos a la multitud de los afligidos y oprimidos que lo habían puesto en el altar, todos habían huido. Y al dirigir la mirada clarividente hacia la lejanía, sólo percibió unas cuantas potencias demoníacas, seres demoníacos vinculados con esa gente. »

(Capítulo 4)

Esta historia que narró Rudolf Steiner supuestamente es de un acontecimiento de la vida de Jesús que no aparece en los evangelios pero que él afirma haber visto a través de los registros akáshicos.

Sin embargo la pésima clarividencia que mostró tener Rudolf Steiner, más el hecho que su obra está plagada de numerosas mentiras, me hacen considerar seriamente que lo más probable es que este relato solo sea otra fantasía más producto de su imaginación desbordante.