Algo
que impactó a muchos destacados científicos y a grandes eruditos que conversaron
con Blavatsky, fue la capacidad que tenía Blavatsky de hablar de temas muy especializados
como si ella fuera una gran experta en esos temas; y eso a pesar que Blavatsky
había estudiado muy poco.
EL TESTIMONIO
DEL DR. CARTER BLAKE
Uno
de esos científicos fue el Dr. Carter Blake quien fue un eminente zoólogo, y quien
aseguró que Blavatsky a pesar de sus pocos estudios, ella lo superaba en sus
conocimientos sobre la paleontología, y ella incluso sabía aspectos que pocos
expertos de esa rama científica conocían. Eso lo afirmó en el siguiente
artículo:
Un destacado
científico corrobora los impresionantes conocimientos que tenía Madame
Blavatsky
Curriculum
Vitae del Dr. Carter Blake
El
Dr. Carter Blake nació en Londres en 1840 y se dedicó al estudio de la zoología
desde muy temprana edad.
Su
relación con la literatura periodística del mundo científico existe desde hace
muchos años. Él estuvo vinculado desde muy temprano con el Servicio Civil de Su
Majestad en el Ministerio de Guerra de Londres, y durante el período que siguió
a la invasión de Marruecos por las fuerzas españolas en 1859 y las
negociaciones que se estaban llevando a cabo para obtener el rescate acordado
por la captura de Tetuán, fue secretario de los enviados moros en Inglaterra.
Durante
mucho tiempo fue alumno y asistente del profesor Sir Richard Owen, bajo cuya
dirección se llevaron a cabo sus estudios geológicos y paleontológicos.
En
1862, dictó una serie de conferencias en el Instituto de Londres sobre los
principios elementales de la zoología. Ese mismo año, fue designado para ayudar
al célebre Dr. Robert Knox en la clasificación del Museo de la ahora extinta
Sociedad Etnológica de Londres.
En
1863 fue uno de los secretarios de la Sección E de la Asociación Británica para
el Avance de la Ciencia.
Fue
uno de los miembros originales de la Sociedad Antropológica de Londres, de la
que fue secretario honorario en su fundación, y ahora vive para verla como una institución
exitosa y próspera.
En
1866, durante un período prolongado, investigó las características geológicas
de los distritos del sudeste de Bélgica.
En
1867 abandonó su relación oficial con la Sociedad Antropológica y residió en
Nicaragua durante casi un año, donde tuvo la oportunidad de estudiar la vida y
las lenguas de los aborígenes indios en sus propios hogares.
De
1868 a 1881 fue profesor de anatomía comparada en el Hospital de Westminster y
en 1871 reconstruyó el Museo de la Sociedad Literaria y Filosófica de Hull
según los principios científicos modernos.
En
1875 publicó una obra Zoología para estudiantes, a la que escribió un prefacio
el profesor Owen.
En
1881 fue traductor de la Anatomía artística de Fau.
En
1883 fue autor de una Guía para la Exposición de Pesca
En
1884 fue autor de una Guía para la Exposición de Salud y una traducción de la
obra de Rochet sobre Las proporciones naturales de ambos sexos.
En
1885 de una traducción de la obra de Dusart sobre el fosfato de cal.
Y
también muchas traducciones de obras españolas, francesas, latinas y alemanas
son de su pluma; y él ha impartido varias conferencias en el Departamento de
Historia Natural del Museo Británico, bajo los auspicios de Sir Richard Owen.
Es
autor de numerosos artículos independientes en obras científicas y
publicaciones periódicas: Modern Thought, Medico-chirurgical Review, Edinburgh
Review, Morning Chronicle, Pall Mall Gazette Reader, Parthenon Geological
Magazine, Medical Times, Geologist, Food Journal, Annals of Natural History,
Anthropological Review, Transactions of Philological Society, Brande's
Dictionary of Science, Literature, and Arty Alpine Guide, y otras, así como
editor de Knox': Manual of Zoology, cuya segunda edición se ha publicado
recientemente.
Es
el editor de la importante obra de Broca sobre la hibridez en el género Homo.
Sus
logros dan valor a su opinión sobre los puntos que trata, y un interés especial
a la siguiente comunicación. — (Ed.)
Su opinión
sobre Blavatsky
En
términos ordinarios es desconcertante que una mujer anciana y enfermiza, que no
consulta una biblioteca y no tiene libros propios de importancia, posea el
conocimiento inusual que sin duda poseía Madame Blavatsky.
En
verdad eso es incomprensible, a menos que ella tuviera una capacidad mental
extraordinaria y hubiera pasado toda su vida estudiando. Pero sabemos que eso
no es el caso ya que obtenemos evidencia indudable de muchas fuentes de que la
educación de Madame Blavatsky ni siquiera había llegado tan lejos como la de un
estudiante de secundaria de la actualidad.
Pero
es un hecho que ella sabía más que yo sobre mis propias líneas particulares de
antropología, por ejemplo:
1)
Su información era superior a la mía sobre el tema de la mandíbula de Naulette.
2)
En la página 744 del segundo volumen de La
Doctrina Secreta se hace referencia a hechos que ella no podría haber
obtenido fácilmente de ningún libro publicado.
3)
En la página 754 de ese mismo volumen, la frase que comienza: "Si nos
dirigimos al nuevo mundo" y ahí habla de la existencia de "mamíferos
del plioceno y la aparición de playas elevadas del plioceno".
Recuerdo
que en una conversación que mantuve con ella en 1888, en Lansdowne Road, cuando
Madame Blavatsky estaba trabajando en La
Doctrina Secreta, para mi gran asombro ella me dijo subitamente que las
playas elevadas de Tarija eran del plioceno. Pero yo siempre había pensado que
eran del pleistoceno, siguiendo la línea de razonamiento de Darwin y Spotswood
Wilson.
Sin
embargo el hecho de que estas playas sean del plioceno me ha sido demostrado
posteriormente por las obras de Gay “Istoria
Fiscia de Chile”, el libro de Castlenaw sobre Chile y otras obras, aunque
estos libros son poco conocidos y nunca habían llegado a mis manos, a pesar de
que yo había hecho una especialidad acerca de ese tema, y no fue hasta que
Madame Blavatsky me puso sobre la pista del plioceno que oí hablar de ellos.
4)
En la página 755 del segundo volumen de La
Doctrina Secreta, su mención de las huellas fósiles de Carson, en Indiana,
en los Estados Unidos, es de nuevo interesante como prueba de que ella no
obtuvo su información leyendo el pensamiento de las demás personas.
Porque
Cuando Madame Blavatsky me habló de esas huellas, yo no sabía de su existencia,
y el señor G. W. Bloxam, secretario adjunto del Instituto Antropológico, me
dijo después que nunca había salido a la luz un folleto sobre ese tema en su
biblioteca.
~
* ~
Mi conclusión es que
Madame Blavatsky tenía ciertamente fuentes originales de información que
trascendían el conocimiento de los expertos en sus propias áreas.
C.
Carter Blake.
28,
Townshend Road, N.W.
27
de enero de 1893.
(Este artículo se publicó en el libro “Reminiscencias de H.P.
Blavatsky y la Doctrina Secreta” por la Condesa Constance Wachtmeister,
apéndice I-7, p.117-120)
EL TESTIMONIO
DE LA HERMANA DE BLAVATSKY
Vera
Petrovna Zhelikhovsky fue la hermana de Blavatsky, y en una biografía que ella
escribió sobre Blavatsky, ella comento acerca de este asunto lo siguiente:
Blavatsky me envió recortes de periódicos estadounidenses en donde
estaban publicados sus artículos, así como informes sobre lo que ella escribió,
y de lo cual era evidente que se estaba prestando mucha atención de sus
opiniones.
Su
brillante crítica se reveló especialmente en muchos de sus artículos en contra
de las conferencias que dio el profesor Huxley en Boston y Nueva York, y las
críticas de Blavatsky y Olcott contra el materialismo y el espiritismo tuvieron
un gran efecto en la población. Pero lo que nos asombró infinitamente más fue
la profunda erudición y el gran conocimiento que de repente ella mostró en sus
escritos.
¿De dónde había
adquirido ese conocimiento tan variado y abstracto del que hasta entonces no
había mostrado ninguna señal?
¡Ella misma no lo
sabía!
Fue
entonces cuando, por primera vez, nos habló de su maestro, pero de una manera
muy vaga, nombrándolo a veces como “la
voz”, y a veces llamándolo “Saïb”
(que significa maestro en un idioma oriental), y a veces lo denominaba “el que me instruye”...
Y
como la idea misma de las sugerencias mentales no existía en ese entonces, nosotros
no comprendimos sus explicaciones, y estábamos asustados de que ella comenzara
a perder la razón, pero Helena nos aseguró que ese no era su caso.
Ella
me escribió en 1874:
«
Emprendo un gran trabajo sobre teología, las creencias antiguas y los secretos
de las ciencias ocultas, pero no tengas miedo por mí, ya que estoy siendo
guiada. Puede que no pueda hablar bien de estas cosas abstractas, pero lo
esencial se dictará a mi mente y todo lo que escriba no será mío, sino que yo
solo seré la pluma, mientras que la cabeza que pensará lo que escribo será la
de un ser que sabe mucho y de todo. »
Y
luego Helena le escribió a nuestra tía N.A. Fadeew:
«
Decidme, queridísima amiga, ¿tenéis algún interés en los secretos de la
fisiología psíquica?
Lo
que voy a relatar os presentará un problema muy interesante para los que se
dedican al estudio de la fisiología.
Tenemos
entre los miembros de nuestra pequeña Sociedad Teosófica, recientemente
fundada, a personas que desean estudiar idiomas orientales, la naturaleza
abstracta de las cosas, así como los poderes espirituales del hombre.
Algunos
miembros poseen bastantes conocimientos, como por ejemplo, el destacado profesor
Wilder, orientalista y arqueólogo, y muchos otros que se han acercado a mí para
hacerme preguntas científicas, y los cuales me aseguran que estoy más versada
que ellos en las ciencias abstractas y positivas, y que conozco mejor las
lenguas antiguas.
(¡Este es un hecho
inexplicable, pero no obstante es cierto!)
Bueno,
estimada antigua compañera de mis estudios,
¿Qué pensáis de esto?
Explícame,
si podéis, cómo puede ser que yo, que como muy bien sabéis, era una tremenda
ignorante hasta la edad de cuarenta años, y ahora me he convertido
repentinamente en toda una erudita, en un modelo de conocimientos, según la
opinión de varios sabios verdaderos.
Es
un gran misterio irresoluble. En verdad, soy un enigma psicológico, una esfinge
y una incógnita para las generaciones futuras y para mí misma.
Imaginaos,
querida amiga, que yo, pobre de mí quien nunca quise aprender nada, que no he
poseído conocimientos ningunos de química, ni de zoología, ni de física, y que
sabía muy poco de historia y de geografía. Bueno, ese mismo yo está ahora
haciendo frente en discusiones sobre asuntos científicos a profesores y doctores
en ciencias de primer orden, y no sólo criticándolos, sino ¡hasta
convenciéndolos!
¡Te aseguro que no
estoy bromeando diciendo que hasta me da miedo!
Sí, en efecto tengo
miedo porque no entiendo nada de lo que me sucede.
¿Cómo comprender que
todo lo que ahora leo, me parece que lo he sabido desde hace largo tiempo?
Al
leer los artículos de las eminencias de ciencias, como Tyndal, Herbert Spencer,
Huxley y otros, percibo los errores que han cometido. Y hablo con convicción
respecto de las opiniones sostenidas por sabios teólogos, y ellos perciben que
tengo razón.
¿De dónde vienen
estos conocimientos?
No
lo sé, y algunas veces estoy tentada a pensar que mi mente, y mi propia alma,
ya no me pertenecen. »
(Un esbozo biográfico sobre HPB)
EXPLICACIÓN
Esta capacidad que
tenía Blavatsky se explica muy fácilmente si consideramos que Blavatsky a través
de su telepatía era instruida por los Maestros de Sabiduría cuando ella conversaba
con los grandes eruditos de su época, y también cuando ella escribía.
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