RETRATO
DIBUJADO DE KUTHUMI EN BOMBAY
Se menciona que en la entrada del centro de operaciones
de la Sociedad Teosófica, cuando esta se encontraba inicialmente instalada en
Bombay (entre 1879 y 1882) existía un cuadro con un esbozo del rostro del
maestro Kuthumi, el cual era visible para los que llegaban al Cuartel General.
Por ejemplo el investigador Sven Eek
comentó:
« Damodar Mavalankar narró que fue un momento dramático para
él cuando entró por primera vez en julio de 1879 al Cuartel General en Bombay y
vio el cuadro del hombre que él había visto anteriormente tres veces en sus
visiones internas [o sea a Kuthumi]. »
(Damodar
and the Pioneers of the Theosophical Movement, p.5)
PEQUEÑOS
RETRATOS DE MORYA Y KUTHUMI EN ADYAR
Cuando
Olcott y Blavatsky se mudaron a Adyar a finales de 1882, se señala que ella
tenía dos retratos de los maestros Morya y Kurhumi:
« Madame Blavatsky y el Coronel Olcott llegaron a Madras
el 19 de diciembre de 1882, y unos días después de su llegada, un domingo por
la mañana, ella estaba desempacando sus cosas, siendo asistida por "los
muchachos", o sea por: Damodar Mavalankar, Narasimhulu Chetty, Subbiah
Chetty, y Krishnaswami conocido como "Bhavaji". Y entre los artículos
que los jóvenes desempacaron se encontraban dos retratos; y Narasimhulu y
Subbiah los estaban examinando atentamente ya que reconocieron en uno de ellos
a un saddhu (un hombre santo) que
ellos habían conocido algunos años antes. Y al darse cuenta de lo que estaban
haciendo, Blavatsky se abalanzó sobre ellos y les prohibió que tocaran esos
retratos, diciendo que eran las imágenes de los Maestros, pero los dos hermanos
le respondieron que ellos ya habían visto a una de las personas que se
encontraban en esos retratos. »
(Adyar Notes and News del 25 de octubre
de 1928, p.2)
Posteriormente
se pusieron en el Relicario, por ejemplo Alfred
Sinnett afirmó que ahí:
« Había
dos pequeños retratos que ella poseía de los Mahatmas. »
(Incidentes en la Vida de Madame Blavatsky, p. 286)
RETRATO
DE MORYA EN UN DIMINUTO MEDALLÓN
Este lo
mencionó la hermana de Blavatsky, la Sra. Vera Petrovna Zhelikhovsky:
« [En París en marzo de 1884] se le pidió a Blavatsky que
narrara algo de su Maestro y cómo es que ella había adquirido de él sus talentos
ocultos.
Y mientras ella nos contaba muchas
cosas que estarían fuera de lugar en la impresión pública, ella nos ofreció ver
un retrato de su maestro en un medallón de oro que ella llevaba colgado por una
cadena alrededor del cuello.
Es un relicario perfectamente plano,
hecho para contener una sola miniatura y no más. Ella lo abrió y el relicario
pasó de mano en mano, y todos vimos el retrato de un hombre hindú. »
(Blavatsky y los teósofos)
RETRATO
DE KUTHUMI EN OTRO MEDALLÓN
Muy
probablemente Blavatsky también tenía un retrato del maestro Kuthumi ya que el coronel
Olcott escribió lo siguiente en su diario:
« Cuando el hombre se acercó a la cercanía de nuestro caballo,
se desvió del camino en nuestra dirección y ambos vimos que se trataba de un
Mahatma. Su blanco turbante y vestidura, su cabello negro cayendo de sus
hombros y su barba espesa, nos hizo pensar que se trataba de el Sahib [el maestro Morya] pero cuando
llegó al costado del coche y se detuvo a no más de una yarda de nuestros
rostros, y puso su mano sobre el brazo izquierdo de Blavatsky (que lo
descansaba en el costado del vehículo) y nos miró a los ojos y respondió a
nuestros reverentes saludos, vimos entonces que no era el Sahib sino otro Maestro cuyo retrato Blavatsky llevó posteriormente
en un gran medallón de oro y que muchos han visto. »
(Las Hojas de un Viejo
Diario II, capítulo 9)
RETRATO
DE MORYA EN UN MARCO PEQUEÑO
Posteriormente
Blavatsky dispuso de una pequeña pintura.
En
la primavera de 1887, el experto en sanscrito Charles Johnston visitó a
Blavatsky, quien entonces vivía en Londres, y una parte de su conversación fue
la siguiente:
« Madame Blavatsky me
pregunto:
- “¿Qué opinas de la
escritura roja?” Refiriéndose a la escritura de algunas de las cartas que el
señor Sinnett había recibido de los Mahatmas y que él me las había mostrado.
Yo
le respondí:
- “Es completamente
diferente a la azul, es feroz, impetuosa, dominante, fuerte; viene en
estallidos volcánicos, mientras que la otra es como las Cataratas del Niágara.
Una es fuego y la otra es océano. Son totalmente diferentes, y muy diferentes a
las tuyas. Pero la segunda se parece más a la tuya que la primera”.
- “Es la escritura de
mi Maestro”, me contestó, “a quien llamamos el Mahatma Morya. Aquí tengo su
retrato”, y me mostró un pequeño lienzo al óleo.
Si
alguna vez vi una auténtica admiración y veneración en un rostro humano, fue el
de ella cuando habló de su Maestro.
- “Él es un Rajput de
nacimiento”, dijo, “uno de los viejos guerreros del desierto indio, la nación
más pura y hermosa del mundo.”
Ella
me dijo que su Maestro era un gigante de 6 pies y 8 pulgadas [2.03 metros] y
espléndidamente construido: un tipo magnífico de belleza viril. Incluso en el
retrato hay una fascinación y un poder maravillosos: la fuerza, la ferocidad
incluso de la cara; los ojos oscuros y brillantes que te miran desconcertados;
los rasgos bien definidos de color de bronce, pelo negro y barba negra. Todos sus
rasgos mostraban una tremenda individualidad, un Zeus en la cima de su virilidad
y fuerza. »
(CW VIII, p.399)
Cuando en diciembre de 1888 un
reportero del periódico "The London Evening
Star" describió la visita que tuvo con Madame Blavatsky en la casa de
Londres donde ella residía y que sirvió como el principal centro de trabajo
teosófico en Inglaterra, el periodista mencionó entre otras cosas lo siguiente:
« Además de la caja de tabaco, sólo hay otro objeto notable en
su santuario, y es el retrato del Mahatma Morya (descendiente, según ella, de
la antigua dinastía de los Mauryas) y a quien llama su Maestro, un
rostro indio hermoso y oscuro, lleno de dulzura y sabiduría. Madame Blavatsky
dice que ha visto a este Adepto varias veces en persona: una vez en Inglaterra,
varias ocasiones en India y hace algunos años fue a buscarlo en los refugios
del Tíbet, un peregrinaje romántico aunque no exento de peligro y durante el
cual ella ingresó en algunos monasterios budistas y conversó con los residentes. »
William
Judge visitó a Blavatsky en 1888, y posteriormente él escribió un artículo donde
describió la recámara donde ella residía y puso el siguiente dibujo que él
hizo:
Y
acerca del retrato que aparece en su dibujo, él comentó:
« La
imagen del caballete es la de un antiguo amigo oriental de H.P.B., de su
Maestro, en realidad, como solía decir. »
Existe
una foto tomada en 1888
de la habitación de la casa de Lansdowne Road 17, en Londres, donde Blavatsky
vivió durante sus últimos años (en su último año se mudó a la casa de Annie
Besant) y
en esa foto se percibe ese retrato del maestro Morya.
Y sobre esta
foto el investigador Boris de Zircoff dijo lo siguiente:
« La vista de esta habitación se toma
desde la esquina cerca del escritorio de Blavatsky. Ella usó la pequeña mesa
redonda para sus desayunos frugales. Y lo más probable es que la pintura del
maestro Morya sea una copia hecha por Hermann Schmiechen de su propio original,
antes de que el coronel Olcott lo llevara a Adyar. »
(CW
VII, p.256)
Efectivamente
el retrato del maestro
Morya que aparece en la habitación de Blavatsky se parece mucho al retrato que
pintó el
retratista alemán Hermann Schmiechen entre junio y julio de 1884:
Y por consiguiente
podemos considerar que Blavatsky le solicitó a Schmiechen que le hiciera una copia más
pequeña de ese retrato para que ella lo llevara consigo.
NOTA
No
sabemos qué fue de esos retratos después de la muerte de Blavatsky.
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