(El siguiente
artículo fue escrito por la investigadora Marina Cesar Sisson y corresponde al capítulo 6 de su libro "La Esfinge".)
1. John King: un
trozo mal digerido de la literatura teosófica
John
King es un personaje de la historia teosófica que es muy poco conocido y muy
poco comprendido. La gran mayoría de las biografías y estudios sobre la
Sociedad Teosófica y Madame Blavatsky (HPB) sólo lo mencionan al pasar, como si
su importancia fuera completamente marginal.
Esto
sucede porque él es un personaje muy controvertido que en algunas ocasiones
parece ser un elemental juguetón manipulado por HPB, en otras veces parece ser
el espíritu de un pirata desencarnado, y en otras ocasiones se presenta como un
Adepto Iniciado de la Jerarquía Oculta.
Descifrar
a John King, mostrando su verdadera identidad y la importancia de su papel, no
es una tarea fácil. Como Spierenburg escribió:
“En la literatura
teosófica, John King es un trozo no digerido, tenemos que admitir eso.” (p.168)
Vamos
a examinar el personaje de John King, mostrando algunos aspectos de su
participación en la vida del coronel Olcott y de la Vieja Dama, como algunos
amigos de HPB la llamaban.
2. HPB afirmó: él es mi único amigo
La
falta de mayores informaciones sobre John King puede ser ejemplificada por su
pequeñísima mención en la voluminosa obra biográfica de Sylvia Cranston. Este
libro, que en su versión original en inglés tiene 648 páginas, usa solamente un
párrafo para hablar sobre John King:
“¿Quién es el John
King mencionado antes? Como a HPB se le ordenó no revelar, en un principio, que
los fenómenos que ocurrían en su presencia eran realizados por ella misma, ella
tenía que atribuírselos a alguien, y John King, un nombre familiar en los
círculos espiritistas, fue el escogido. Esto satisfizo a Olcott, que todavía
era un espiritista convencido.
Él mismo comenta: “¿No
me hicieron inicialmente creer que yo estaba lidiando con los espíritus
desencarnados, y no me presentaron un disfraz para dar golpes y escribir, y
producir para mí formas materializadas bajo el seudónimo de John King?”
El nombre también era
usado por HPB en esa época para ocultar a sus instructores y sus agentes. “Poco
a poco”, agrega Olcott, “HPB me hizo saber de la existencia de los Adeptos
orientales y sus poderes, y me dio, por medio de un gran número de fenómenos,
las pruebas de su propio control sobre las fuerzas de la naturaleza hasta
entonces atribuidos a John King.” (Cranston, 132)
O
sea, Cranston nos da a entender que era la propia Madame Blavatsky la autora de
casi todos los fenómenos que ella atribuía a John King. Y que ocasionalmente,
aunque de una forma no explicada por Cranston, John King podría estar sirviendo
de disfraz a los instructores de HPB.
Mientras
tanto, especialmente cuando estudiamos el período en que HPB vivió en
Filadelfia, nos damos cuenta que este personaje probablemente era el verdadero
autor de muchos fenómenos y que ciertamente él estaba muy lejos de ser una
figura marginal, tanto en la vida de HPB como en la de Olcott.
Una
demostración de esto es la explicación que Madame Blavatsky dio en una carta a
Aksakov, donde ella manifestó su inmensa gratitud a John King por los cambios
en su vida:
“Al espíritu John
King le agrado mucho, y a mí me agrada más que cualquier cosa en la tierra. Él
es mi único amigo, y si estoy en deuda con alguien por el cambio radical en mis
ideas sobre la vida, mis esfuerzos y todo lo demás, es solamente con él. Él me
transformó, y yo estaré endeudada con él, cuando yo ‘vaya hacia el piso
superior’ por no tener que vivir, tal vez por siglos, en la oscuridad y el
desaliento.” (Solovyoff, 247)
Otra
demostración clara de la importancia de John King es brindada por Olcott:
“Poco a poco HPB me
hizo saber de la existencia de los Adeptos orientales y sus poderes, y me dio,
por medio de un gran número de fenómenos, las pruebas de su propio control
sobre las fuerzas de la naturaleza.
Inicialmente, como ya
comenté, ella los atribuyó a John King, y fue a través de su mencionada amistad
que yo primero entré en correspondencia personal con los Maestros. . . .
Algunos discípulos, como Damodar y HPB, primero los vieron en visiones cuando
todavía eran jóvenes; algunos los encontraron bajo extraños disfraces en los
lugares más improbables; en cambio yo fui presentado a ellos por HPB a través
de una forma en que mis experiencias anteriores podrían tornarse más
comprensibles.
Con un supuesto ‘espíritu’
que se incorporaba en médiums, John King me hizo conocer a cuatro de los
Maestros, de los cuales uno era un Copto, otro era un representante de la
escuela neoplatónica de Alejandría, otro –uno muy elevado, un Maestro de los
Maestros, por decirlo de alguna forma– era un Veneciano; y otro un filósofo
inglés, desaparecido de la mirada de los hombres, pero no fallecido. El primero
fue mi primer Gurú...” (ODL, 17-19)
¿Entonces cómo se
podría concebir que John King solo fuera un ser de pequeña importancia en la
vida de HPB cuando ella decía estar en gran deuda con él?
¿Cómo podría John
King tener una importancia menor cuando él le hizo conocer al coronel Olcott a cuatro
de los Maestros?
¡Queda claro que su
importancia no era marginal sino decisiva!
3. Mensajero y servidor,
aunque no el igual de los Adeptos vivos
En
noviembre de 1874, cuando Olcott volvió a Nueva York después de la
investigación sobre los fenómenos espiritistas que se producían en la granja de
los Eddy, él fue al apartamento de HPB. En ese lugar Madame Blavatsky realizó
para él “algunas sesiones donde ocurrían golpes en la mesa y mensajes
deletreados.” (ODL I, 10)
Los
mensajes venían principalmente de una inteligencia invisible que se auto
denominaba “John King”, sobre quien Olcott relata:
“Este seudónimo era
familiar a quienes frecuentaban las sesiones mediúmnicas por todo el mundo en
los últimos cuarenta años. Fue oído por primera vez en 1850 en la sala de los
espíritus de Jonathan Koons, de Ohio, donde él decía ser el jefe de una tribu o
tribus de espíritus. Más tarde él dijo que era el alma en pena de Sir Henry
Morgan, el famoso bucanero, y como tal se presentó ante mí. Me mostró su cara y
su cabeza cubierta por un turbante, en Filadelfia durante mis investigaciones
en el caso de los médiums Holmes. . . . Él tenía una caligrafía singular, y
usaba expresiones no usuales del inglés antiguo.” (ODL I, 10)
En
esa época Olcott realmente se convenció que John King era un espíritu desencarnado.
No obstante, con el correr de los años y con mayores conocimientos de la
filosofía del Ocultismo y de los poderes de HPB, él entendió que aunque los
fenómenos fuesen reales, estos no eran realizados por un espíritu desencarnado.
Olcott
entonces pasó a descubrir que existían varios John King, entre los cuales un
elemental que HPB usaba como instrumento en su entrenamiento:
“Ella mantuvo la
ilusión por meses (por la distancia de los años no consigo recordar exactamente
cuántos) y yo vi muchos fenómenos realizados, según se afirmaba en ese entonces,
por John King. . . . Él era primero, John King, una personalidad independiente;
después era John King, un mensajero y servidor –nunca igual- de los adeptos vivientes,
y finalmente era un elemental, liso y llano, empleado por HPB.” (ODL, I, 11)
Naturalmente
es el segundo John King el que más nos interesa.
4. John King y la Fraternidad de Luxor
Había
en aquella época un pequeño periódico independiente llamado Spiritual Scientist que era publicado y editado
en Boston por Gerry Brown. El periódico era reconocido como un portavoz del espiritismo.
Existía la intención de que HPB, Olcott y Gerry Brown trabajasen juntos.
Como
Brown pasaba por una fase financiera difícil, HPB pidió a Olcott que escribiese
una circular hablando del periódico. Olcott dice haber escrito toda la circular
sin que nadie le haya dictado siquiera una palabra, y cuando la circular estaba
a punto de ser publicada, Olcott le preguntó a HPB por carta si la circular
debería ser firmada por él o debería quedar anónima.
Madame
Blavatsky entonces respondió que él debería firmar: “Por el Comité de los
Siete, FRATERNIDAD DE LUXOR”, pues el trabajo de ellos estaba siendo
supervisado por ese comité. Y así fue publicada la circular a fines de abril.
La
primera carta que Olcott recibió venía de la Fraternidad de Luxor y en nombre
de Tuitit Bey, no se sabe exactamente la fecha de esa carta pero por su contenido
se puede inferir que fue aproximadamente en mayo de 1875.
En
esa carta el Hermano “John” ya aparece como un nexo entre Olcott y la Jerarquía
Oculta:
“La Hermana Helena es
una servidora valiente y de toda confianza. Abra vuestro espíritu a la
convicción, tenga fe y ella os conducirá al Portal Dorado de la verdad. . . .
Nuestro buen hermano ‘John’ verdaderamente actuó impetuosamente, pero su intención
fue buena. Hijo del Mundo, si tú de hecho a ellos escuchas, entonces
INTENTADLO. El Hermano ‘John’ trajo a tres de nuestros Maestros para que podáis
ver después de la sesión. Vuestras nobles exhortaciones a favor de nuestra
causa ahora nos dan derecho de dejaros saber quiénes somos:
SERAPIS BEY (Sección
de Ellora),
POLYDORUS ISURENUS
(Sección de Salomón),
ROBERT MORE (Sección
de Zoroastro)
. . .
Por Orden del Gran TUITIT
BEY.
Observatorio de Luxor,
mañana del Martes, día de Marte.” (HPB Speaks I, 8)
Existe
también una carta que HPB le escribió a Olcott que ciertamente acompañó a la
carta de Tuitit Bey, pues en ella Madame Blavatsky explica como la carta de Tuitit
Bey había sido escrita. Y en su carta Blavatsky también confirma que esa era la
primera carta de los Maestros que Olcott había recibido.
En
su carta Madame Blavatsky escribió:
“Yo la recibí en este
preciso momento. Tengo el derecho y yo osé retener por algunas horas la carta
enviada a usted por Tuitit Bey, pues solamente yo debo responder por los
efectos y resultados de las órdenes de mis Jefes. . . . El mensaje fue ordenado
en Luxor, un poco después de la medianoche, entre el lunes y martes. Escrita en
Ellora, al alba, por uno de los secretarios neófitos, y muy mal escrita. Yo
quise asegurarme con Tuitit Bey si realmente era su voluntad que ella fuera
enviada en tal estado, con tales garabatos humanos, siendo que ella era enviada
a alguien que recibía algo así por primera vez.” (HPB Speaks I, 1)
Luego
Blavatsky revela que su opinión era que a través de esa carta, Olcott debería
recibir un pergamino mágico para que teniendo un fenómeno concreto en sus
manos, él pudiese disipar un poco las dudas que los “trucos de John”
ciertamente le estaban causando:
“Mi sugerencia era
dejarlo tener uno de nuestros pergaminos en el cual el contenido aparece
(materializado) siempre que se ponen los ojos sobre él para leerlo, y
desaparece cada vez que se termina de leer, pues como respetuosamente inferí,
usted había estado confuso con los trucos de John y tal vez su mente, a pesar
de su creencia sincera, precisase del refuerzo de alguna prueba más
sustancial.” (HPB Speaks I, 2)
No
obstante, Tuitit Bey se opuso a esto, respondiendo que:
“Una mente que busca
las pruebas de la Sabiduría y el Conocimiento en las apariencias externas, como
en las pruebas materiales, no es merecedora de ser introducida en los grandes
secretos del ‘Libro de la Sophia Sagrada’. Aquél que niega el Espíritu y lo cuestiona
basándose en su envoltorio material, a priori nunca lo conseguirá. Inténtelo.”
(HPB Speaks I, 2)
Después
de alertar a Olcott sobre las precisiones de Tuitit Bey, HPB le aconseja ir con
calma en el camino de la búsqueda de la Sabiduría, pues no siempre John estaría
cerca para socorrerlo, evidenciando una vez más el papel de John King como
instructor en ese Camino:
“Ahora le doy mi
consejo para usted, Henry, un consejo de amigo: no vuele demasiado alto,
golpeando su nariz por los caminos prohibidos del Portón Dorado sin alguien que
lo guíe, pues John no estará siempre para tomarlo a tiempo de la correa y
traerlo a salvo a casa. Lo poco que ellos hacen por usted es maravilloso para
mí, pues yo nunca los vi tan generosos desde el principio. . . . Yo soy una
pobre iniciada y sé la maldición que encierra la palabra ‘Inténtelo’ como
prueba en mi vida, y cómo frecuentemente temblé y temí no comprender bien sus
órdenes, y traer castigo sobre mí, tanto por llevarlas demasiado lejos, como
por no llevarlas lo bastante lejos.” (HPB Speaks I, 3)
5. John King como abogado de HPB
En
junio de 1874, HPB entró en una asociación con la Sra. Clementine Gerebko con
el objetivo de explotar una hacienda en Northport, Long Island, la cual ya
pertenecía a esta señora.
Madame
Blavatsky participó con mil dólares, y por el contrato firmado, todo el
resultado de las plantaciones, cría de aves domésticas o cualquier otro
producto generado en la hacienda sería dividida en partes iguales, así como
todos los gastos.
HPB
se fue a vivir en la hacienda pero luego entró en litigio con la señora Gerebko
y volvió a Nueva York, buscando judicialmente el reintegro de su dinero. La
firma de abogados Bergen, Jacons e Ivins de Nueva York representó a HPB en el
caso, que fue a juicio el 26 de abril de 1875.
En
aquella época, Long Island, donde ocurrió el juicio, estaba lejos de Brooklyn,
pues los medios de transporte eran muy limitados, y como el inglés de HPB
todavía era muy pobre, ella dio su declaración en francés, mediante un
intérprete. Por dos semanas el juez, los abogados, los escribanos, clientes e
intérpretes se hospedaron en un hotelito. (CW I, 84)
Charles
Flint, en su libro “Memorias de una Vida
Activa” relata las circunstancias del juicio. Antes de la audiencia, Ivins
había combinado con Madame Blavatsky los puntos que ella debería enfatizar en
su declaración, y lo que ella debería evitar. Mientras tanto, a la hora de su
declaración, HPB comenzó a seguir una línea de argumentación muy distinta de
aquella que sus abogados habían combinado con ella, para desesperación de los
mismos.
Cuando
ellos le reclamaron esto, preguntándole por qué lo había hecho así, ella
respondió que “su ‘conocido’ a quien ella llamaba Tom [John] King, se quedó de
pie a su lado (invisible para todos excepto para ella misma) y le dictó su
declaración.” (CW I, 85)
HPB
confirma esta ayuda de John King en una carta para su amigo, el general
Lippitt:
“Yo gané una acción
judicial, y tal vez pueda recuperar los $5’000 que invertí. John me ayudó en mi
acción judicial, esto es verdad, pero él hizo una cosa muy fea, aunque no desde
el punto de vista del “Summerland” [morada de los espíritus], pero sí de
acuerdo con el código de honor humano, terrenal.” (HPB Speaks I, 90)
Es
probable que la cosa muy fea a la que se está refiriendo Blavatsky sea una riña
ocurrida entre los dos abogados, aparentemente instigada por John King, pues
ella le escribió al general Lippitt:
“El Sr. John, en su
ardiente deseo de ayudarme, llevó su celo demasiado lejos. Vea lo que ocurrió.
Después del veredicto, Marks, el abogado de la acusada, me insultó, diciendo
que yo había ganado la causa a través de la falsificación de ciertos
documentos. Si yo hubiese ignorado el insulto, todo hubiera estado bien, pero
yo no lo hice, y llamé a mi abogado para testimoniar el insulto. Mi abogado
llamó a Marks de maldito perjuro, judío y mentiroso. El otro le devolvió el
cumplido, y mi abogado, instigado por John (pues él dice que no puede entender
como él hizo eso), lo tomó por el pescuezo y lo tiró al suelo, le dio una
espectacular paliza para el deleite de la audiencia y de los jurados, pues eso
ocurrió en la Sala de la Corte, adelante de la nariz del juez.” (HPB Speaks II,
175)
Después
del juicio HPB dejó la ciudad y escribió varias cartas a Ivins preguntando
sobre el desarrollo del proceso, y finalmente lo dejó atónito una carta de
Blavatsky donde ella hacía una previsión de la decisión de la Corte.
Posteriormente
confirmando su previsión, la corte le otorgó la causa basándose en argumentos
muy semejantes a los que ella había anticipado en su carta. HPB recibió 1’146
dólares y las costas.
6. John King en Filadelfia
El
mayor número de fenómenos producidos por John King fue registrado en el período
en que Madame Blavatsky estuvo casada con Betanelly, viviendo en Filadelfia. Y
son exactamente esos fenómenos los que hacen de él una figura tan
controvertida. Estos registros aparecen en las cartas de HPB, de Olcott y de
Betanelly para el general Lippitt.
Betanelly
escribió:
“No hay final para
estas maravillas. Aunque yo sea un espiritista de apenas cinco meses, ya he
visto y testimoniado estas manifestaciones de espíritus y veo más de ellas cada
día de lo que muchos otros vieron en sus largas vidas. No tengo tiempo, ni
espacio, para contarle todo lo que John King hizo con nosotros, pero si se lo
contara sería la más notable historia jamás escrita sobre las manifestaciones
de espíritus.” (HPB Speaks I, 60)
Betanelly
señala que durante el día John King “sólo da golpes y circula por la casa, pero
a la noche él se materializa y camina por la casa asustando a los empleados.”
(HPB Speaks I, 95)
Betanelly
cuenta también un episodio en que John King quería que él y Madame Blavatsky le
diesen 50 dólares cada uno:
“John siempre le pide
dinero. Algunas veces HPB le da, otras no, entonces él roba, y después aparece
y le cuenta para provocarla. Él le pidió a ella $ 50, pero ella no se lo dio
porque él no dijo la razón. Entonces él me pidió y me dijo que si yo le
prometiese los 50 dólares, entonces él haría que un hombre que me debía $ 500
me pagara. Luego él le dijo a Madame Blavatsky y cuchicheó con ella, que si él
consiguiese $ 100 de un hombre que le debía a ella, y no quería pagarle, ella
tendría que darle $ 50. John mantuvo su palabra y el siguiente sábado ella
recibió $ 100 del hombre, sin ella habérselos pedido, y yo recibí mis $ 500.
John dijo que “psicologizó” a los dos; y eso debe haber sucedido pues él
consiguió el dinero. Ella le dio a John los $ 50 y mis $ 50, según él dijo, yo
se los debo y deberé pagarlos cuando él me los pida. Nosotros colocamos el
dinero en el escritorio de John, su mesa particular, con sus papeles y
correspondencias, que nadie de la casa osa tocar, así él toma sus cosas.” (HPB
Speaks I, 94)
Es
interesante atender el hecho de que el poder, presencia e influencia de John
King eran tan intensos que él hasta tenía su escritorio particular donde precipitaba
sus correspondencias.
Madame
Blavatsky relata al general Lippitt que John King se carteaba directamente con
varias personas, entre ellas Olcott. No hay noticias del paradero de estas
cartas. HPB le escribió:
“¿Usted oyó hablar
del fenómeno que John hizo para Olcott? Él realmente le escribió una larga
carta y, por lo que parece, él mismo se la entregó, y en ella le contó algunos
secretos maravillosos. Él es un óptimo sujeto, mi buen John.” (HPB Speaks I, 63)
“Él se muestra tan
poderoso que él mismo, de hecho, escribe cartas sin la ayuda de ningún médium.
Él se cartea con Olcott, con Adams, con tres o cuatro señoras que ni yo mismo
conozco; viene y me cuenta ‘la buena diversión que tuvo con ellos’, y como él
los eludió. Yo puedo darle el nombre de diez personas con quien él mantiene
correspondencia.” (HPB Speaks I, 85)
La
muchacha que trabajaba en la casa era una médium y muchas veces “ella gritó en
la escalera al encontrar a John King en los escalones o en el corredor, con su
poderosa figura vestida de blanco, contando que él “la miró de forma
penetrante”, con sus ojos negros de fuego. Y más de una vez lo vio cerca de mí
[HPB], como ella lo contó a mis visitantes.” (HPB Speaks I, 242)
Cierta
vez John King la asustó terriblemente cuando llegó la correspondencia, pues él:
“...abrió cada una de
ellas antes que el cartero tuviese tiempo de entregarlas. Mi empleada, que es
magníficamente mediúmnica –tal vez tanto como estúpida- y que pasa todo el día
en trance desmaterializando todo en la cocina, entró corriendo a mi cuarto,
casi llorando y tan asustada que estaba muy pálida, diciéndome que ‘aquel
espíritu amigo grandote de barba negra, rasgó y abrió los sobres sobre la mano
de ella’, y entonces yo leí su carta [de Lippitt].” (HPB Speaks I, 83)
La
publicación de su libro “Gente del Otro
Mundo” trajo para Olcott un mayor reconocimiento público en su capacidad de
investigar el espiritismo. En mayo de 1875 Olcott fundó el “Club de los
Milagros”, una organización que pretendía reunir personas interesadas en
investigaciones de los fenómenos paranormales. El grupo se reunía una vez por
semana con el médium, en una sala iluminada, donde las manifestaciones entonces
ocurrían a puertas cerradas. (Gomes 1987, 81)
El
27 de mayo de 1875, el Spiritual
Scientist informó el progreso de las actividades del Club de los Milagros.
En
su archivo, HPB escribió debajo del recorte:
“Una tentativa como
consecuencia de órdenes recibidas de T*** B*** a través de P***, personificando
a John King. Ordenaba que comience a decir la verdad al público sobre los
fenómenos y sus médium. ¡Y ahora mi martirio comenzará! ¡Tendré contra mí a
todos los espiritistas, aparte de los cristianos y de los escépticos! Sea hecho
a Su voluntad, Oh M.! HPB” (CW I, 90)
El
médium escogido fue David Dana, hermano de Charles Dana, editor del New York
Sun. David era un visitante asiduo de HPB que tenía grandes esperanzas que él
pudiese auxiliar. Infelizmente la experiencia no prosperó. David los decepcionó
y salió divulgando calumnias. (Ranson, 73-74)
En
mayo, cuando David Dana y una amiga francesa de HPB, la Sra. Magnon estaban en
casa de HPB, ella tuvo nuevamente una enfermedad bastante seria, pasando
algunos días completamente fría e inestable. Mientras tanto, John King tomaba
cuenta de la casa de su “amada Ellie” (HPB).
Recuperada,
Madame Blavatsky describió lo ocurrido, haciendo un juego de palabras con el
“king” de John King, que en inglés significa “rey”:
“Ahora, con relación
a John King, aquel rey de los traviesos condenados. Lo que él hizo aquí por la
casa cuando yo estaba postrada en la cama, a punto de morir, ¡tres volúmenes no
podrían expresarlo! . . . El hecho es que nunca se sabe lo que él puede hacer a
continuación.
. . .
Él roba todo en la casa:
el otro día, en la época en que yo estaba postrada, él trajo $ 10 para Dana;
pues Dana le había escrito de mañana en su cuarto, secretamente, pidiéndole el
dinero. (Dana lo conoce hace 29 años). Él trajo $ 10 para el Sr. Brown, trajo
un anillo de rubí para la Sra. Magnon, el cual ella había perdido hacía meses
(se había perdido o había sido robado, yo no sé) para ‘recompensarla’, dijo él,
pues ella se había encargado de `su amada Ellie`. (Pobre ego).” (HPB Speaks I,
83-85)
Otros
detalles de la manera intrigante en que John King actuaba y lo que es más
desconocido y sorprendente, de su ascendencia sobre Madame Blavatsky, nos son
revelados por ella misma:
“Él me ama, yo lo sé,
y haría por mí más de lo que cualquier otra persona; aunque desaprueba las
cosas que él me hace cuando está contrariado: por ejemplo a la menor cosa que
yo no haga como a él le gustaría que las hiciese, él comienza a hacer de viejo
Harry, haciendo travesuras –y qué travesuras.
Él me ofende
horriblemente, me llama por los nombres más sorprendentes, ‘nunca antes oídos’,
va a los médiums y les inventa historias sobre mí diciéndoles que herí sus
sentimientos, que soy una mentirosa maliciosa, una ingrata y mucho más. . . .
Él falsifica la letra de las personas y les crea problemas en la familia; ‘él
desaparece y aparece rápida e inesperadamente’ como algún Dios ex machina
infernal; él está en varios lugares al mismo tiempo y mete su nariz en los
negocios de todo el mundo. Él nos hace las cosas más inesperadas –algunas veces
peligrosas; me indispone con las personas y entonces viene riéndose y me cuenta
todo lo que hizo, jactándose y provocándome.
. . .
Hace algunos días él
quería que yo hiciese algo que yo no quería hacer, pues yo estaba adolorida y
no encontraba algo correcto; entonces él arrojó sobre mí un cáustico pedazo de
piedra ‘infernale’ que estaba guardado en un porta-joyas dentro de los cajones,
y quemó mi ceja derecha y mi mejilla. Y a la mañana siguiente cuando mi ceja se
volvió negra como un azabache, él se rió y dijo que yo parecía una ‘bella moza
española’. Ahora mi ceja va a quedar marcada por lo menos un mes. Sé que él me
ama, yo sé de eso, él está devotamente ligado a mí, pero me ofende de la manera
más vergonzosa, el miserable creador de problemas. Él escribe largas cartas
para las personas sobre mí, hace que ellas crean en las cosas más horribles, y
entonces ¡se burla de eso!” (HPB Speaks I, 85-86)
Todo
este comportamiento –tan atípico– nos puede hacer creer que la hipótesis de
Olcott, de que había más de un John Kings, es la explicación más plausible.
Esta es de hecho una hipótesis muy conveniente, pues de esta manera, las
acciones que condenamos, o que no entendemos, pasan a ser atribuidas a un
“Diakka”, o sea un espíritu que “experimenta un placer insano en hacer bromas,
en hacer trucos ilusorios, en personificar papeles contradictorios.” (Isis
Develada I, 219).
Pero
la propia HPB descarta esa hipótesis al escribir al general Lippitt que:
“Sus ideas y las mías
sobre el mundo de los espíritus son dos cosas diferentes. ¡Mi Dios! Usted tal
vez pensará: ‘John es un Diakka’, ‘John es un espíritu malo, un espíritu burlón
y malicioso’, pero él no es ni siquiera eso.” (HPB Speaks I, 87)
Más
allá de eso, tal hipótesis no es sustentable lógicamente cuando consideramos
que, en esa época, Madame Blavatsky ya había desarrollado extraordinariamente
sus poderes psíquicos, y asimismo el “espíritu” John King, “rey de los
traviesos”, sin dudas ejercía un gran poder e influencia sobre ella. Con él,
ella nada podía hacer, ni tampoco prever sus travesuras, como ella atestigua:
“Actualmente, por
ejemplo, la naturaleza me dotó muy generosamente con la segunda visión, los
dones clarividentes, y generalmente puedo ver lo que yo deseo ver; pero yo
nunca puedo presentir sus travesuras, o enterarme de ellas, al menos que él
mismo venga y me las diga.” (HPB Speaks I, 87)
Con
relación al grado de desarrollo psíquico alcanzado por HPB, su hermana, Vera
Jelihosvsky comenta que desde 1866 en adelante:
“HPB no es más víctima
de ‘influencias’, las cuales, sin duda, habrían triunfado sobre una naturaleza
menos fuerte que la de ella; pero, al contrario es ella quien somete a estas
influencias –sean las que fueren– a su voluntad.” (Sinnett 1886, 152)
De
este modo, queda claro que el desarrollo psíquico que Madame Blavatsky poseía
era tal que jamás ella permitiría que un espíritu desencarnado tuviese tanto
poder e influencia sobre ella. Y un elemental –un mero siervo suyo en la
producción de fenómenos– ciertamente tampoco tendría ninguna ascendencia sobre
ella.
Por
más difícil que nos sea “digerir” el comportamiento del “rey de los traviesos
condenados”, de los tres John Kings descritos por Olcott, debemos concluir que
el John King del período en que ella vivió en Filadelfia, y de quien HPB afirmó
estar en deuda “por el cambio radical en mis ideas sobre la vida”, sólo puede
ser el “mensajero y servidor, aunque no el igual de los Adeptos vivos.”
7. John King – Un Iniciado
William
Stainton Moses fue un médium inglés que escribió varios libros bajo el
seudónimo de “M.A. Oxon” y que se comunicaba con una entidad que se auto
denominaba “Imperator.”
El
contacto de Moses con Olcott y Madame Blavatsky comenzó en 1875, a partir de la
publicación del libro de Olcott “Gente
del otro Mundo”, generando una amistad estrecha que duró muchos años. En
una carta, refiriéndose a John King como si fuese un iniciado, Olcott
recomienda que Moses intente conversar con él a través de los médiums de la
época:
“Intente conseguir
una charla particular con ‘John King’ –él es un iniciado, y sus liviandades de
diálogo y acción tienen el propósito de encubrir cuestiones serias. Usted puede
encontrarlo en Herne o en Williams y combinar en particular para que él venga y
converse con usted y traiga a los demás.” (Godwin 1990, 108)
Por
lo tanto en esa época (julio de 1875), Olcott todavía no usaba la “disculpa” de
un espíritu desencarnado para justificar el comportamiento atípico de John King,
pero revelaba conocer que ese comportamiento tenía la intención de encubrir
cuestiones serias. Pero la verdad es que a pesar de que Olcott demuestra
conocer esta faceta de John King, en algunas ocasiones él todavía se sentía
confuso y desconfiado con relación a sus métodos.
El
Maestro Serapis, en una carta también de esa época, le llama la atención a
Olcott a causa de esa actitud diciendo que:
“El guardián estaba
actuando, intentando envenenar su corazón con la duda negra y hacerlo
desacreditar a nuestro buen John. Usted lo hirió mucho, pues incluso vinculado
de otro modo a la tierra y compartiendo en gran medida las frágiles
imperfecciones humanas, aún así nuestro Hermano John es verdadero y noble en su
corazón, e incapaz de decepcionar a un amigo deliberadamente.” (LMW, 2nd
Series, 24)
8. John King es un
ayudante del Maestro Serapis
Hay
varias cartas del Maestro Serapis a Olcott que mencionan a John King, por
ejemplo cuando Olcott estaba en Boston, él tenía que enviar informes diarios
para la Logia a través de John King:
“Escriba diariamente
a nuestra Hermana que está sufriendo. Conforte su corazón dolorido y perdone
las deficiencias infantiles de alguien cuyo verdadero y fiel corazón no
acompaña los defectos resultantes de una tierna infancia mimada. Usted debe
enviar sus informes y notas diarias para la Logia mientras esté en Boston, a
través del Hermano John, no omitiendo los símbolos cabalísticos de Salomón en
el sobre.” (LMW, 2nd Series, 39)
“El Hermano Henry
debe presentar sus informes todas las noches, y habiendo presentado su opinión
sobre el trabajo del día, enviarlo mediante la dirección de nuestro buen
Hermano John, cerrando las puntas del sobre con el sello del Rey Salomón” (LMW,
2nd Series, 40)
Ese
símbolo del rey Salomón (o sea los dos triángulos entrelazados) también
conocido como el “triángulo doble” vino después a formar parte del símbolo de
la Sociedad Teosófica. Él simboliza “las seis direcciones del Espacio, la unión
y fusión del Espíritu puro con la Materia.” (Glosario Teosófico, 718)
9. El auto-retrato de
John King
A
principios de marzo de 1875, HPB escribió al general Lippitt que le mandaría un
auto-retrato que John King hiciera, en el cual él aparece “en su balcón, en el
Summer- land.” (HPB Speaks I, 57). Elaborado en colores sobre un pedazo de
lienzo blanco, la pintura muestra en el centro la cabeza y parte del tronco de
un hombre, con barba negra cerrada, vistiendo un turbante y vestimentas
blancas.
Él
está de pie en un balcón, rodeado por follajes y una gran guirnalda de flores.
En el fondo, a la derecha, hay pálidas figuras humanas y, a la izquierda, una
construcción que recuerda a un castillo a la vera de un lago. Él posee un gran
libro con símbolos en su tapa. En la parte delantera del balcón aparecen los
símbolos del sello de Salomón y la esvástica. Es importante observar que estos
dos símbolos también están presentes en el monograma de HPB y en el símbolo de
la Sociedad Teosófica.
Dice Gomes que:
“Esta pintura está
preservada en la sede de la ST en Adyar, India. Los colores todavía son
extraordinariamente brillantes para su edad; el lienzo se desprendió apenas en
un lugar. Ella fue llevada a Londres en junio de 1893 por W.Q.Judge, entonces
presidente de la Sección Americana de la Sociedad, como un presente del general
Lippitt para Annie Besant.” (Gomes, 211)
Olcott,
que estaba en la casa en esta ocasión, describe en una carta al general Lippitt
como el retrato fue realizado. (HPB Speaks I, 78) Madame Blavatsky compró un
trozo de un fino lienzo blanco del tamaño requerido (1 yarda cuadrada = 0,91
metros cuadrados), que fue colocado en un caballete, junto con pinceles,
pinturas y agua. Todo este material fue cubierto con un paño y dejado por toda
la noche en la sala especialmente dedicada a los “espíritus.”
Por
la mañana toda la parte superior de la pintura y la cara de John estaban
esbozadas y había unos colores atrás de las figuras humanas, en el fondo. John,
entonces, pidió a HPB que comenzase la guirnalda de flores que está a la vuelta,
como una moldura. No obstante, como Madame Blavatsky trabajaba “muy despacio
cuando él no me ayuda o lo hace él mismo.” (HPB Speaks I, 57)
John,
insatisfecho con el trabajo de ella, la dispensó. Cuando la llamó de vuelta,
ella encontró todo el follaje superior y la cornisa de mármol delineadas. HPB
pasó entonces a trabajar en este follaje y, de allí en adelante, se limitó
exclusivamente a pintar este pedazo. Olcott relata:
“John hizo todo el
resto él mismo por partes, algunas veces de día y algunas veces a la noche. Yo
estaba en la casa durante la mayor parte de este tiempo y en más de una ocasión
me senté cerca de ella [HPB] mientras pintaba, y con ella salí de la sala por
algunos minutos mientras el espíritu artista diseñaba alguna parte de la pintura,
debajo del paño que cubría su cara. Las palabras griegas y hebreas y los
símbolos cabalísticos fueron las últimas cosas colocadas.” (HPB Speaks I, 78)
Escribiendo
a Lippitt, Betanelly se refiere a la producción de la pintura que John King
estaba haciendo en el lienzo:
“Yo todavía no la vi,
pues él no quiere que nadie la vea antes que él la termine completamente. . . .
John llevó fuera su propio retrato en la moldura dos veces, quedo con él por
algunos días y lo trajo de vuelta – y todo tan rápido como un rayo.”(HPB Speaks
I, 59)
A
principios de abril la pintura fue enviada al general Lippitt, con el pedido
que él nunca se separase de ella, y que no “dejase que muchas personas la
tocasen, o se aproximasen mucho a ella.” (HPB Speaks I, 64). Madame Blavatsky
comenta la reacción de Lippitt sobre la pintura:
“Yo estoy feliz que a
usted le haya gustado la pintura de Johnny, pero usted no debe llamarlo turco,
pues él es un noble y querido espíritu y gusta mucho de usted. No es culpa de
nadie si usted todavía no lo vio, hasta ahora, como es él en realidad, y siempre
lo imaginó parecido al viejo médico judío medio materializado que le era
presentado generalmente a los Holmes. Sólo en Londres él aparece como es, pero
todavía trayendo, en sus queridas facciones, alguna semejanza con sus
respectivos médiums, pues es difícil para él cambiar completamente las
partículas extraídas por él de varios poderes vitales.” (HPB Speaks I, 65)
Al
enviar el retrato a Lippitt, Madame Blavatsky también le dice que:
“John pide que usted
ponga atención en la figura del espíritu que está arriba –‘la madre y el hijo’.
Dice que usted va a reconocerla. Yo no la reconocí. Johnny quiere que usted
intente comprender todos los símbolos y señas masónicas colocados.” (HPB Speaks
I, 64).
Lippitt
no reconoció el espíritu y posteriormente Madame Blavatsky lo identificó como
la imagen de Katie King, que había aparecido en varias sesiones al general.
(HPB Speaks I, 66). Pero, en cuanto a los símbolos que él debía intentar
comprender, HPB comenta:
“Hasta que todo el
significado de los símbolos en la pintura de John sea descubierto, John no
puede enseñar a las personas –y declina de volverlas más sabias. ‘Intente’ y
descúbralo, si puede.” (HPB Speaks I, 73)
10. John King era un
miembro de la Hermandad de los Maestros
El
uso de la palabra “Intente” –característica de las cartas del Maestro Serapis–
y la referencia a John King como alguien apto a transformar a las personas más
sabias, son un refuerzo a la hipótesis de que él era un miembro de la Jerarquía
Oculta, y como vimos, jerárquicamente superior a HPB.
Olcott
en una carta a Lippitt explica que las palabras griegas y hebreas y los
símbolos cabalísticos de la pintura “eran conocidos de todos los estudiantes de
la Cábala” y que las palabras:
“y los símbolos y la
joya que usa John King sobre su pecho son todos símbolos Rosacruces, habiendo
sido él un hermano de la Orden, y siendo este el lazo que lo liga a nuestra
dotada amiga Madame de Blavatsky.” (HPB Speaks I, 79)
Es
importante notar que Olcott se refiere a John King como “un Hermano de la Orden”
y que este es el “lazo que lo une” a Madame Blavatsky.
HPB
refuerza esta relación de John King con una Orden, o Fraternidad, al escribir a
John Lippitt que las cartas que él recibiera, dictadas por los espíritus y que
aparentemente no significaban nada, eran instrucciones para los espiritistas de
los Estados Unidos, escritas en un alfabeto cifrado, o sea:
-
“el cabalístico, empleado por los Rosacruces
y otras fraternidades de las Ciencias Ocultas. Yo no estoy en libertad para
leerlas a usted, hasta tener la autorización. No considere estas palabras como
una artimaña. Yo le doy mi palabra de honor de que es así. Queda claro que John
sabe escribir de esta manera, pues él pertenece, como usted sabe, a una de las
órdenes. Preserve todo lo que usted pueda recibir de este modo muy
cuidadosamente.” (HPB Speaks I, 97)
Obsérvese
que en 1874 HPB se declaraba una “rosacruz” (CW I, 100), pero en un artículo de
junio de 1875 ella escribió que “estrictamente hablando, los Rosacruces ahora
no existen más, habiendo partido el último de aquella Fraternidad con la
persona de Cagliostro.” (CW, I, 103)
Ahora,
si ella se declaraba ser una Rosacruz, pero decía que el último de esta
Fraternidad había partido con Cagliostro, ella debía estarse refiriendo a una
Fraternidad en un sentido más elevado. Por lo tanto esta Orden debía estar
relacionada a la Jerarquía. Y si esta Fraternidad era el lazo que relacionaba a
HPB con John King, entonces, él también sería un miembro de la Jerarquía
Oculta.
Esta
hipótesis está reforzada por Olcott al decir que HPB en 1874 usaba sobre su
pecho, en forma de joya, un emblema místico de una Fraternidad Oriental a la
cual ella pertenecía. Esta joya que HPB usaba está descrita como la misteriosa
joya del 18º Grado Rosacruz que habría pertenecido al mismo Cagliostro.
(Taylor, 79)
Olcott
escribió:
“Si Madame Blavatsky
fue admitida dentro del velo o no [o sea en las ramas superiores de la Magia
Blanca] de eso sólo se puede conjeturar pues ella es muy reticente a hablar sobre
este asunto, pero sus dones sorprendentes parecen imposibles ser explicados con
cualquier otra hipótesis. Ella usa sobre su pecho un emblema místico en forma
de joya, de una Fraternidad Oriental, y es probablemente la única representante
en este país de esa Hermandad, la cual (como Bulwer observa) ‘en una época más
antigua era la poseedora de los secretos de los cuales la Piedra Filosofal era
el menor; se consideraba la heredera de todo lo que los Caldeos, los Magos, los
Gimnosofistas y los Platónicos habían enseñando; y que diferían de todos los
hijos siniestros de la Magia, por la virtud de sus vidas, por la pureza de sus
doctrinas y por su insistencia, como fundamento de toda Sabiduría, en la
subyugación de los sentidos y en la intensidad de su Fe Religiosa’” (Olcott
1875, 453)
11. John King cura la pierna de HPB
En
enero de 1875, HPB se había caído al suelo al intentar mover el armazón de una
cama pesada, golpeando seriamente su rodilla y casi quebrando su pierna,
obligándola a permanecer en reposo. (HPB Speaks II, 163).
A
mediados de abril, HPB relata que John King curó su pierna pero que como ella
no cumplió con el reposo, su pierna empeoró nuevamente:
“Mi pierna está peor
que nunca. John la curó completamente, y me ordenó reposar por tres días. Yo no
obedecí esto y desde aquel día siento que mi píerna está quedando cada vez
peor.” (HPB Speaks I, 75)
Betanelly
le escribió a Lippitt, preocupado, pues no había signos de que HPB mejorara:
“El Dr. Pancoast, que
estaba atendiéndola desistió, diciendo que difícilmente podría hacer alguna
cosa, mientras que la parálisis se aproximaba o tal vez algo peor: la
amputación de la pierna podría ser necesaria. Yo no sé que es lo que voy a
hacer.
Imagine que en este
exacto momento en que ella está tan enferma, ella continúa escribiendo,
trabajando y ayudando a los demás todo el tiempo, cuando por el consejo del
doctor, ella necesita quedarse quieta y no preocupar su cerebro.
Yo creo que la
dolencia de ella es parcialmente causada por la falta de cuidado consigo misma
y por el exceso de trabajo. Aunque ella ayude a los demás, ella no puede, o no
quiere ayudarse a sí misma, ni siquiera para curar su pierna.” (Gomes 1987, 76)
El
26 de mayo Betanelly le escribió a Olcott diciendo que la pierna de HPB se
“estaba quedando paralizada y que la amputación podría ser necesaria.” Ocurre
entonces que llega un mensaje precipitado por John King en una carta diciendo
que él la curaría. (CW I, lvi).
En
esta época, HPB envía a Betanelly fuera, pues ella estaba sintiéndose muy mal,
y quería quedarse sola. El 12 de junio ella le escribió una carta al general
Lippitt:
“Usted necesita
agradecer a ‘John King’ si su última carta tuvo alguna respuesta. El Sr. B. [Betanelly]
fue para el Oeste. Yo lo mandé afuera el día 26 de mayo, cuando suponían que yo
estaba tan enferma, y los doctores comenzaran a pensar en privarme de mi mejor
pierna. Pues yo pensé, en esta hora, que estaba yendo “hacia el piso superior” para
mejor, y como detesto ver caras tristes, lamentaciones, sollozos y cosas de este
tipo cuando estoy enferma, lo mandé afuera.
. . .
Yo le dije que
estuviese listo para volver cuando le escriba que me encuentre mejor, o cuando
alguna otra persona le escriba que yo fui para casa, o “pateé el balde” como
“John” muy bondadosamente me enseñó a decir.
Bien, yo todavía no
he muerto . . . pero aún estoy en cama, muy flaca, irritada, y generalmente me
siento enloquecida entre las 12 y las 24 horas. Entonces todavía mantengo al
camarada lejos, para su beneficio y para mi propia comodidad.” (HPB Speaks I,
80)
A
principios de junio, aparte de la pierna, HPB pasa nuevamente por una extraña
enfermedad, a veces pareciendo estar muerta, siendo un rompecabezas para los
médicos. La crisis máxima fue en la media noche del 3 de junio. Sus
acompañantes llegaron a pensar que ella había fallecido, pues yacía fría, sin
pulso y rígida. Su pierna machucada se hinchó al doble de su tamaño, quedó
negra y su médico desistió de hacer alguna cosa, diciendo que le amputaban la
pierna inmediatamente o ella no sobreviviría. Mientras tanto, en el lapso de
algunas horas, la hinchazón pasó y ella revivió. (CW, I, lvi).
A
mediados de junio, cuando Betanelly vuelve, escribe a Lippitt que HPB todavía
estaba muy enferma:
“Todos estos días
Madame Blavatsky estaba siempre igual: tres o cuatro veces al día, perdiendo
energía y yacía como si estuviera muerta, por dos o tres horas cada vez, cuando
el pulso y el corazón se detenían, ella quedaba fría y pálida como una muerta.
John King dijo la
verdad inmediatamente, en todo. Ella estaba en trance el lunes a la mañana y a
la tarde, de las tres a las seis, que nosotros pensamos que estaba muerta.
Las personas dicen
que, en estas ocasiones, el espíritu de ella viaja, pero yo no sé nada de eso y
simplemente pensé muchas veces que todo estaba acabado. . . . John hizo cosas
extrañas, materializó su cabeza y la besó, pero como a ella no le gusta ser
besada, cuando ella mejoró, lo reprendió y ellos se quedaron siempre riñendo,
como usted recuerda; pues ella detesta cuando él la besa en los labios.” (HPB
Speaks I, 93-94)
Ésta
también es la época aproximada en que, según las palabras de Olcott, “una
cierta maravillosa transformación psíquico-fisiológica ocurrió en HPB, sobre la
cual no estoy en libertad de hablar y de la que nadie, hasta ahora, sospechó”
(ODL I, 18)
El
hecho es que sin duda ésta fue una época del entrenamiento oculto de HPB en que
sus poderes psíquicos pasaron por transformaciones. Hacía poco tiempo ella
había adquirido dones de clarividencia: “Actualmente, por ejemplo, la
naturaleza me dotó muy generosamente con una segunda visión, o dones
clarividentes.” (HPB Speaks I, 87).
Y
otras transformaciones en sus capacidades psíquicas también ocurrieron en este
período.
12. No es mediumnidad
sino que es de un orden totalmente superior
En
la época en que la obra “Isis Develada”
fue publicada, Vera Jelihovsky comenzó a quedar muy preocupada, pues su hermana
Helena estaba escribiendo de una manera que pocos años antes habría sido
imposible. Ella no conseguía entender como HPB había adquirido tal
conocimiento, que llevaba a la prensa americana e inglesa a exaltarla. Había
rumores de que la fuente de ese conocimiento era “brujería”, lo que atemorizaba
a la familia.
Vera
le escribió entonces a su hermana implorándole por una explicación y HPB le
respondió:
-
“No tengas miedo de que yo esté loca. Todo lo
que puedo decir es que alguien positivamente me inspira. . . . más que eso:
Alguien entra en mí. No soy yo quien habla y escribe: es algo dentro de mí, mi
Yo Superior y luminoso que piensa y escribe por mí.
No me preguntes,
amiga mía, lo que yo experimento, porque yo no podría explicarle claramente.
¡Ni yo misma lo sé! La única cosa que sé es que ahora, cuando estoy por
alcanzar la vejez, me volví una especie de depósito de conocimiento de otra
persona...
Alguien viene y me
envuelve como una niebla, y de repente me empuja hacia fuera de mí misma, y
entonces no soy más ‘yo’ –Helena Petrovna Blavatsky– sino otra persona. Alguien
fuerte y poderoso, nacido en una región completamente diferente del mundo; y en
cuanto a mí, es casi como si yo estuviese durmiendo, o dejada, ni inconsciente,
ni en mi propio cuerpo, pero cerca de él, unida apenas por un hilo que me
amarra a él.” (Letters of HP Blavatsky, I)
HPB
también describe a su hermana que esa dualidad o proceso de este “Alguien”
habitando
su cuerpo, estaba ocurriendo desde la época en que a ella casi se le había
amputado la pierna, ocasión en que fue completamente curada por un negro, según
órdenes de su “Sahib”:
-
“Él me curó completamente, e incluso en esa
época yo comencé a sentir una dualidad muy extraña. Varias veces por día, yo
siento que, más allá de mí hay alguien más, bien diferenciado de mí, presente
en mi cuerpo. Yo nunca pierdo la conciencia de mi propia personalidad; lo que
siento es como si yo me estuviese quedando quieta y el otro –el huésped que
está en mí– estuviese hablando con mi propia lengua.
. . .
Pero, ¿cuál es la
utilidad de hablar sobre eso? Es algo suficiente para dejar a alguien
desquiciado. Yo intento entregarme a mis tareas y olvidarme de lo extraño de mi
situación. Esto no es mediumnidad, y de ningún modo es un poder impuro, pues
esto tiene una ascendencia demasiado fuerte sobre todos nosotros,
conduciéndonos a un mejor estado del ser. Ningún diablo actuaría de esta
manera.
¿’Espíritus’, tal
vez? Pero si admitiéramos esta hipótesis, ¿cómo explicar que mis antiguos ‘espectros’
no osan más aproximarse a mí? Basta que entre en una sala donde está siendo
realizada una sesión para detener todos los fenómenos inmediatamente,
especialmente las materializaciones. ¡Ah, no, esto es de un orden totalmente
superior! Pero fenómenos de otra especie ocurren más y más frecuentemente bajo
la dirección de mi Nro.2.” (Letters of HP Blavatsky, I)
A
su tía Nadya, HPB le reafirma tanto la cura como la dualidad que ella vivenciaba:
“Cuando mi pierna
tenía que ser operada (ellos querían operarla cuando la gangrena se estaba
desarrollando), el ‘dueño del hostal’ (‘host’) me curó. Él estaba todo el
tiempo de pie, próximo a un viejo negro, y él puso un pequeño prendedor blanco
en mi pierna. ¿Usted se acuerda que yo le escribí sobre este incidente? Ahora,
él va a llevarme pronto, a Olcott y a otros más hacia la India para siempre;
nosotros solo necesitamos organizar primero la Sociedad Teosófica en Londres.
Si él ocupa otros cuerpos
aparte del mío, yo no lo sé. Pero yo sé que cuando él no está aquí –algunas
veces por muchos días– yo frecuentemente escucho su voz y le respondo “a través
del mar”; Olcott y otros también muchas veces ven su sombra, algunas veces ella
es sólida como una forma viva, varias veces como humareda; pero con mayor
frecuencia ella no es vista, sino sentida.
Solamente ahora estoy
aprendiendo a salir de mi cuerpo; tengo miedo de hacerlo sola, pero con él no
tengo miedo de nada.” (HPB Speaks I, 224)
13. John King – el
“Sahib” de HPB
Observemos
que HPB está diciendo a su tía y a su hermana que este “alguien”, “dueño del
hostal”, “No. 2” o “Sahib” –aquel que ocupaba el cuerpo de ella, que le hacía
pasar una vida doble, que le enseñaba “a salir del cuerpo”, y en compañía de
quien ella no tenía “miedo de nada” – ¡había sido también responsable de la
cura de su pierna!
O
sea que el “dueño del hostal” o “Sahib” era John King –su “único amigo”, aquél
con quien ella estaba “en deuda por el cambio radical en sus ideas sobre la
vida, sus esfuerzos y todo lo demás”; aquel que la “transformó.” (Solovyoff,
247)
Viendo
a John King en este papel de Instructor de HPB, responsable hasta incluso del
entrenamiento y desarrollo de sus poderes, comenzamos a entender mejor la deuda
que ella menciona tener con él.
No
obstante, más allá de ser un miembro de la Jerarquía Oculta con este papel muy
específico junto a HPB: entrenarla e instruirla en las Ciencias Ocultas, John
King fue, en gran medida, el verdadero autor del mensaje que HPB estaba
trayendo al mundo, por lo menos en esta fase inicial de su trabajo público.
Como citamos anteriormente, la propia HPB describe:
“No soy yo quien
habla y escribe: es algo dentro de mí. . . . La única cosa que yo sé es que
ahora, cuando estoy por alcanzar la vejez, me volví una especie de depósito del
conocimiento de otra persona.” (Letters of HP Blavatsky, I)
Con
todos estos datos en mente, podemos ahora intentar descifrar quién era este
misterioso personaje. El papel tan definido de John King como instructor de HPB
lleva a muchos a preguntarse:
¿Pero el Gurú o
Maestro de HPB no es el Maestro Morya?
¿Quién es entonces
John King?
14. John King y el
Maestro Morya
Solovyoff,
quien en 1895 fue el primer autor de una biografía acusando a HPB de ser una
impostora y de inventar a los Maestros, al percibir la dimensión del papel de
John King, y al mismo tiempo, el hecho de que pocos años después el “espíritu”
John King desapareció, mientras el Maestro Morya se volvió más y más importante
en la vida de Madame Blavatsky, da como una de las “pruebas” de la
charlatanería de HPB, justamente la confusión entre John King y el Maestro
Morya:
“Aquí están los
primeros trazos de la gradual transformación de John King en el Mahatma Morya.
El ‘maestro’ todavía no fue inventado, puesto que él sólo se desarrollará
claramente en el transcurso de un par de años, en la India, en la persona en
que el ‘espíritu familiar’ se convertirá.” (Solovyoff, 247)
Cuando
HPB escribe, por ejemplo, que: “Mi John King sólo es una recompensa suficiente
por todo, él es, en sí mismo, el dueño del hostal para mí. . . . John King es
una personalidad, una definida, viva, personalidad espiritual.” (Solovyoff,
243)
Solovyoff
interpreta que esta es la primera “aparición” del Maestro Morya:
-
“Lo que ella dice es suficiente para que cada
lector de mi relato reconozca inmediatamente en este John King, la primera
aparición en escena, de nuestro viejo conocido, el famoso Mahatma Tibetano
Morya . . . pero él ya está incesantemente visitando a nuestra heroína, y es
‘en sí mismo, un dueño del hostal’ para ella. Él manda a Olcott para Havanna
[Localidad de Nueva York]. Él luego será transfigurado en el Mahatma Morya o
M., el famoso ‘maestro’.” (Solovyoff, 244)
Esta
confusión entre John King (Instructor o Sahib de HPB) y Morya (Maestro o Gurú de
HPB) predomina hasta hoy en día. Muchas de las acciones de John King son
atribuidas al Maestro Morya, pero esto ocurre por el desconocimiento de que la
presencia de un Instructor, más allá de la del Maestro del discípulo, tal vez
sea una práctica más usual de lo que se imagina.
En
el Diario Oculto de Geoffrey Hodson podemos leer que aunque el Maestro de
Geoffrey Hodson fuese el Maestro K.H., por muchos años él tuvo un Instructor
–el Maestro Polydorus Isurenus- el cual:
“...me aseguró una
continua orientación, progreso y responsabilidad en muchas horas de enseñanza,
la cual consiste, en gran medida, de interpretaciones de la simbología de
Egipto, del Nuevo Testamento y de la Francmasonería. . . . Con el consentimiento
de mi Maestro estoy en su Escuela entrenándome para el importante trabajo
futuro.” (Hodson, 116)
15. John King salvó
mi vida en tres ocasiones
¿Pero
hace cuánto tiempo HPB estaba bajo los cuidados de John King? En una carta a
Lippitt, escrita en junio de 1875, ella dice que conocía a John desde 14 años
atrás (por lo tanto desde 1860 o 1861) y que en ese período él había sido
responsable por salvar su vida en tres ocasiones:
“Conozco a John hace
14 años. No es de hoy que él está conmigo; él se hizo conocido de toda
Petersburgo y la mitad de Rusia, bajo el nombre de Janka (Johny); él viajó
conmigo por todo el mundo. Salvó mi vida en tres ocasiones: en Mentana, en un
naufragio y la última vez cerca de Spezzia, cuando nuestro vapor explotó en el
aire en pedazos, y de 400 pasajeros quedaron apenas 16 con vida, el 21 de junio
de 1871.” (HPB Speaks I, 84)
Vamos
a examinar esas tres ocasiones en que ella dice que John King le salvó su vida.
HPB primero habla de la batalla de Mentana, que sucedió el 2 de noviembre de
1867. Observemos que ella está afirmando que quien la salvó fue John King, y no
el Maestro Morya, como tantas veces se afirma.
Y
en la explosión del Eunomia cerca de la isla de Spezzia en 1871, cuando Madame
Blavatsky iba de Chipre hacia Alejandría. Pero, ¿y en cuanto al otro naufragio?
HPB
cuenta al príncipe Dondoukoff que, después de su primer viaje a la India, en
1853, ella se embarcó en el “Gwalior, el cual naufragó próximo al Cabo, pero
fui salvada junto a otras 20 personas.” (HPB Speaks II, 20).
Que
yo sepa, no hay en la literatura referencia a ningún otro naufragio. Así,
incluso sin una identificación más segura, pienso que podemos asumir que es ese
el naufragio al que se refiere HPB.
Las
fechas de esta época de su vida son muy confusas, pero se supone que habría
ocurrido entre 1853 y 1854. Así, al mismo tiempo en que ella dice que conocía a
John King desde 14 años atrás, por lo tanto, desde 1860 ó 1861, ella cita un
acontecimiento cuyo registro es bien anterior. Y si él la salvó en 1854, es
probable que ya la conociese incluso antes de esa fecha.
No
obstante la historia de este naufragio del Gwalior es un poco confusa, hay
otras referencias en la literatura que nos muestran que HPB y John King ya se
conocían antes de 1854.
En
abril de 1875, Madame Blavatsky escribió a Aksakov, un ruso, investigador de
fenómenos psíquicos, que:
“John King y yo nos
conocemos hace mucho tiempo, mucho antes de que él comenzara a materializarse
en Londres y andar por la casa del médium con una lámpara en su mano.”
(Solovyoff, 247)
Godwin
dice que John King, como entidad espiritista, aparecía en sesiones en Gran
Bretaña y en los Estados Unidos desde 1854. (Godwin, 107) Así, HPB afirma que
ya lo conocía mucho antes de 1854.
En
una carta a Lippitt, Madame Blavatsky cita estas apariciones de John King en
Londres, diciendo:
“Ahora, yo no voy a
comprometerme a decir y testimoniar en una corte de justicia que mi John, es el
John de las sesiones de Londres, el John de la ‘lámpara fosforescente’, aunque
yo esté bastante segura de que es él, y él dice que sí lo es. Pero los
misterios del mundo de los espíritus son tan enredados, presentan un maravilloso
e intrincado laberinto que ¿quién puede decirlo?” (HPB Speaks I, 84)
16. Lo conozco desde
mi infancia
Hay
todavía otra referencia en la literatura reseñándose desde qué época John King
y Madame Blavatsky estaban en contacto. En 1881, cuando el general Lippitt
volvió a cuestionarla sobre la autoría de la pintura en satén, del auto-retrato
de John King que él había recibido, HPB le contestó:
-
“Mi querido amigo, le puedo contar sólo
aquello que le conté desde el comienzo, aunque el resto del mundo me crea o no.
La pintura en el satén, con las excepciones que señalé, no fue hecha por mí
pero sí por aquel poder que llamé John King; el poder que asumió las
características y el nombre genérico de John King; pues es un nombre genérico y
es responsable por las muchas afirmaciones contradictorias de, y sobre él, el
John King en diferentes partes del mundo. Con este poder he estado
familiarizada desde mi infancia, pero vi su cara, como usted dice, años
después, en un viaje (cuando el Sr. Blavatsky era gobernador de Erivan, capital
de Armenia, no en Tiflis.) (HPB Speaks I, 237)
Por
lo tanto ahora HPB dice que estaba familiarizada con este “poder” –John King–
ya desde su infancia, pero que solamente vio su cara en un viaje, en la época
en que el Sr. Blavatsky era gobernador en Erivan, no en Tiflis. ¿Qué viaje
habría sido este?
17. En El Cairo con el Mago Copto
El
27 de noviembre de 1849, Nikifor Blavatsky “fue nombrado Vice-Gobernador de la
recién formada Provincia de Erivan, y la gobernó durante la ausencia del Gobernador
militar.” (Barborka, 12)
Por
lo tanto, de acuerdo con su primer relato, HPB debe haber visto la cara de John
King en el final de 1849 o en 1850. ¿Dónde ella estaba en esa época?
Después
de abandonar a Nikifor, en octubre de 1849, ella volvió a Tiflis. De allí,
después de varias peripecias, fue para Constantinopla, donde encontró a una
vieja amiga de la familia, la Condesa Kisselev.
Alfred
Sinnett dice que HPB viajó con la Condesa durante algún tiempo por Egipto,
Grecia y partes de Europa Oriental.
Helena
Pissarev sugiere que el príncipe Galitzin habría sido responsable tanto de este
viaje en compañía de la Condesa, como por suministrarle a Helena la dirección
de un Ocultista en Egipto, donde:
-
“Madame Blavatsky ya comenzó a recibir algún
entrenamiento oculto, aunque de un orden muy diferente e inferior del que ella
adquirió más tarde. En aquella época había en El Cairo un viejo copto, un
hombre muy bueno y ampliamente conocido, de considerables bienes e influencias,
y con una gran reputación como mago.
Las leyendas de las
maravillas contadas sobre él por el pueblo son muy emocionantes. Madame Blavatsky
parece haber sido una alumna que muy rápidamente atrajo su interés y que
absorbía sus lecciones con entusiasmo. Ella se encontró con él nuevamente
algunos años más tarde, y pasó algún tiempo con él en Boulak, pero su contacto
con él en el comienzo no duró mucho tiempo, pues en aquella época ella pasó
sólo cerca de tres meses en Egipto.” (Sinnett 1886, 59)
Ya
se mencionó ese encuentro años más tarde, que ocurrió cuando HPB cerró su
Société Spirite y fue a vivir a Boulak, próximo al Museo y “entró nuevamente en
contacto con su viejo amigo, el Copto de fama misteriosa, cuya mención fue
hecha en conexión con su primera visita a Egipto, al inicio de sus viajes. Por
varias semanas él fue su único visitante.” (Sinnett 1886, 160)
18. Albert Rawson,
compañero de los primeros viajes de HPB
HPB
tenía un compañero de viajes, Albert Rawson, que no es citado por Sinnett, y aunque
el señor Rawson todavía sea muy poco conocido, fue un personaje importante en
los primeros tiempos de la Sociedad Teosófica. En febrero de 1892, Albert
Rawson escribió un artículo sobre Madame Blavatsky donde afirma que la conoció
por más de 40 años, por lo tanto antes de 1852, y que estaba con ella en El
Cairo.
En
ese artículo, él cuenta:
“Madame Blavatsky y
su amigo artista [el propio Rawson] estaban disfrazados de musulmanes, solo
para evitar perturbaciones en la multitud pues en aquellos tiempos las personas
con trajes europeos ciertamente serían molestadas como infieles odiados, o
realmente puestos en peligro de vida o en apuros por fanáticos enloquecidos.
Con esos disfraces,
ellos, a salvo, visitaron al jefe de los encantadores de serpientes, Sheik
Yusef ben Makersi, aprendieron secretos y tomaron lecciones de modo que se
volvieron especialistas en lidiar con serpientes vivas sin peligro.
Una auspiciosa
amistad se logró con Paulos Metamon, un celebrado mago copto, que poseía varios
libros muy curiosos, llenos de diagramas, fórmulas astrológicas, encantamientos
mágicos y horóscopos, y que a él le gustaba mostrar a sus visitantes, después
de una introducción adecuada.
- “Somos estudiantes
que oyeron hablar de sus grandes conocimientos y habilidades en magia y
deseamos aprender a sus pies.”
- “Yo percibo que
ustedes son dos europeos disfrazados, y no tengo duda que están en busca del
conocimiento –del saber oculto y mágico. Yo busco recompensa.”
Ah, allí estaba la
clave para los misterios ocultos de la vieja ciudad de El Cairo. El jefe –el
sheik de los magos– había descubierto el misterio de la piedra filosofal, que
transformaba las cosas en oro. Él fue enriquecido por nosotros, y nosotros
fuimos iluminados.” (Rawson 1988, 210)
Observemos
que Rawson se refiere a Metamon como un mago copto que había “descubierto el secreto
de la piedra filosofal” y por lo tanto no era un mago cualquiera sino alguien
que ya había accedido a profundos conocimientos ocultos.
Como
veremos, la relación de Madame Blavatsky con este Instructor puede haber sido
más profunda y duradera de lo que se imagina. ¿Qué “recompensa” y qué “riqueza”
mayor puede tener un Instructor sino aquella que la entrega “a sus pies” y la
ardiente devoción de sus jóvenes discípulos?
19. Paulos Metamon
Olcott,
en su libro “Viejas Hojas de un Diario”
habla un poco sobre Paulos Metamon, relatando una experiencia que Madame
Blavatsky le había narrado:
“Ella estaba en el
desierto con cierto mago blanco copto que debe permanecer sin ser nombrado, y
acampando una noche expresó el ardiente deseo de tomar una taza de un buen café
con leche francés.
- “Bien, ciertamente,
si usted lo desea tanto”, dijo el guía guardián. Él fue hasta el equipaje del
camello, sacó agua de un odre, y después de un momento regresó trayendo en sus
manos una taza de un humeante y aromático café con leche.
HPB pensó que esto era
claramente una producción fenoménica, dado que su compañero era un elevado
adepto y poseía poderes muy grandes. Entonces ella le agradeció y bebió, y se
deleitó declarando que nunca había tomado un café mejor que en el Café de
París.
El mago no dijo nada,
pero apenas se inclinó divirtiéndose se quedó de pie a su lado, como si
estuviese esperando para recibir la taza de vuelta. HPB tomó la bebida humeante
y la saboreó feliz y ¿pero qué es esto? ¡El café había desaparecido y nada sino
agua pura había en su taza! Nunca había sido nada más que eso; ella estaba
bebiendo, disfrutando y sorbiendo la Maya [ilusión] de un caliente y aromático
café con leche.” (ODL I, 432)
Recordemos
que Paulos Metamon era un mago copto, que él era “el sheik de los magos”; que “había
descubierto el secreto de la piedra filosofal”, y que él había “iluminado”
tanto a HPB como a Albert Rawson. Considerando todos estos datos, es muy
probable que el mago blanco copto, que debería permanecer sin ser nombrado, con
quien HPB estaba viajando en el desierto era Paulos Metamon. Y aquí él es
identificado como un “elevado adepto que poseía poderes muy grandes.”
Anteriormente
vimos que John King era un iniciado, un Hermano de la Orden y el Instructor de
HPB. Paulos Metamon es más allá de cualquier duda aquél que es reconocido en la
literatura como el primer Instructor de HPB. De esta forma es muy probable que
Paulos Metamon sea otro nombre “de aquel poder que llamé John King.”
Olcott
todavía cuenta que supo por medio de un testimonio ocular [que sólo puede ser
Rawson] que, mientras HPB estaba en El Cairo, los más extraordinarios fenómenos
ocurrían en cualquier sala que ella estuviese. Por ejemplo, la lámpara que
estaba en una mesa se mudaba hacia otra, pasando por el aire, como si fuese
cargada por una mano invisible, y que:
“...este mismo
misterioso Copto desapareció de repente del sofá donde estaba sentado, y muchas
otras maravillas, no consideradas más como milagros, desde que los científicos
comprobaron la posibilidad de inhibición de los sentidos de la visión, oído,
tacto y olfato por mera sugestión hipnótica. Sin duda esta inhibición fue
provocada en el grupo presente, haciendo al grupo ver al Copto desaparecer y a
la lámpara moverse por el espacio, pero no a la persona cuya mano la estaba
cargando.” (ODL I, 23)
Esta
lámpara moviéndose en el aire, cargada por una mano invisible, nos hace
recordar al “John de la lámpara fosforescente”, que aparecía en Londres,
andando “por la casa del médium con una lámpara en su mano”, de quien Madame
Blavatsky estaba bastante segura de que se trataba del John de ella.
20. Viajes al Perú
(década de 1850)
De
acuerdo con Sinnett, HPB viajó por Europa con la Condesa B. [Bagration] en
1850. Estuvo a fin de año en París y en julio de 1851 habrían ido al Canadá
tras los indios pieles rojas. De allí fueron para Nueva Orleáns a estudiar la
práctica del Vudú, en “una secta de negros . . . adeptos de un tipo de magia
práctica.” (Sinnett 1886, 63)
HPB
se debe haber envuelto peligrosamente con ellos pues:
“...la extraña
protección que tan frecuentemente se había manifestado en su beneficio durante
su infancia –la cual habría, por esta época, asumido una forma más definida,
pues ella ahora había encontrado, como un hombre vivo, el semblante tan
familiar en sus visiones– nuevamente viene en su auxilio. Ella fue avisada
mediante una visión sobre el riesgo que corría con los Vudú y de inmediato se
lanzó en busca de nuevas aventuras.” (Sinnett 1886, 63)
La
palabra “ahora” se refiere al año 1851, cuando “ella ya había encontrado, como
un hombre vivo” a su extraño protector durante la infancia y que es al “poder”
de John King, que dice ella que “ha estado familiarizada desde la infancia”,
como ya mencionamos.
Cabe
realzar que usualmente se supone que fue el Maestro Morya quien ejerció el
papel de su “extraño protector durante la infancia.
Sinnett
también relata que en 1852 ella fue para México a través de Texas, y después de
sus andanzas por México, ella resolvió que iría a la India:
“...pues ya estaba
completamente consciente de la necesidad de buscar, más allá de las fronteras
del norte de aquel país, una mayor aproximación con aquellos grandes
instructores de la más elevada ciencia mística, con los cuales estaba asociado,
en su mente, el guardián de sus visiones.” (Sinnett 1886, 65)
Ella,
entonces escribió a cierto “inglés” para reunirse con ella en las Indias
Occidentales [región de Cuba, Bahamas, Haití, Puerto Rico y Jamaica] con el fin
de que fuesen para el Oriente.
En
“Copau”, México, ella se encontró con el hindú, el cual:
“...ella luego
verificó que era lo que se denomina un ‘chela’, o sea un alumno de los Maestros
o Adeptos de la Ciencia Oculta Oriental. Los tres peregrinos del misticismo
fueron, vía del Cabo, para Ceilán y, después de allí, en un velero, hacia Bombay
donde, por lo que yo deduje de las fechas, deben haber llegado casi al final de
1852.” (Sinnett 1886, 66)
“Copau”,
México, nunca fue identificada, y muchos autores tienden a creer que ella se
estuviese refiriendo a Copán, que queda en Honduras, un poco al sur de México.
El
grupo se separó en Bombay. (Sinnett 1886, 64-66) y como ya vimos, es bastante
probable que ese “inglés” sea el americano Albert Rawson, el compañero de HPB
en El Cairo cuando ambos fueron instruidos por Paulos Metamon.
De
acuerdo con las investigaciones de John P. Deveney, Rawson fue acusado en
1851de robo en Nueva York y estuvo preso entre septiembre de 1851 y junio de
1852. (Deveney)
En
comunicación personal, Deveney sitúa a Albert Rawson en El Cairo en 1853 y
también tal vez en 1855. Y en París en el año 1858. Con esas informaciones
adicionales, si acaso Rawson fuese realmente el compañero de viajes de HPB,
éste difícilmente hubiera ocurrido en 1851. El hecho de que él estuviese en El
Cairo en 1853, sitúa este año como bastante probable para su viaje con HPB.
Aunque
Sinnett no mencione a América del Sur, en su obra “Isis Develada” HPB revela haber estado en Perú dos veces. (Isis
Unveiled I, 597). Y por sus descripciones se cree que debe haber viajado
largamente tanto en América Central como en América del Sur, visitando antiguas
ruinas. Las fechas más probables de estos viajes a América del Sur son después
de México, en 1852, y en 1854, tras haber estado en California.
Annie
Besant encontró en Adyar un manuscrito donde consta en una letra que no se sabe
de quién es, una cronología de los viajes de Madame Blavatsky. Por esa
cronología, ella habría estado en América del Sur en 1851 y en América Central
en 1855. (Neff, 299)
Hay
todavía otro manuscrito, de cuatro páginas, que fue encontrado en los Archivos
de la Sociedad Teosófica, en Adyar, probablemente relacionado con algún viaje
de HPB a América del Sur. En la primera página, hay un diseño de parte de la
costa oeste de América del Sur, indicando algunas ciudades y la frontera entre
Perú y Bolivia.
Al
lado del mapa hay notas escritas en una mezcla de italiano con francés,
hablando de la historia del tesoro de los incas, semejante a aquella que fue
narrada después en Isis Sin Velo. (Isis Unveiled I, 595-598). Hay también una
corta línea en inglés y otra en un tipo de escritura que parece ser oriental.
Al tope de la página aparecen dos inscripciones. La primera, firmada por H. Moore,
dice “Para aquellos que yo amo y protejo. Inténtenlo.”
La
segunda, que es lo que en este momento más nos interesa, está firmada por John King,
y Boris de Zirkoff describe que “está en la caligrafía arcaica usada por John
King y está firmada por él.” (CW, II, 342) Es una frase corta que dice “Amigos,
yo les recomiendo reflexionar y discutir.” (CW, II, 320) [Ver imagen 1]
Imagen 1: caligrafía
de John King en la nota sobre el viaje a Perú (CW II, 320)
Examinando
la caligrafía en el facsímil citado arriba, y aquellos mensajes precipitados en
Filadelfia, en 1874 (Olcott 1875, 457 y 468), o incluso en el facsímil de una
esquela de John King a Olcott, en 1876 (Godwin 1994a,10), vemos que las
caligrafías son tan pintorescas que luego argüimos que pertenecen a la misma
persona. [Ver imagen 2]
Imagen 2: muestras de
la caligrafía de John King. (Izquierda) Filadelfia en 1874 (Olcott 1875, 457,
468) (derecha) nota para Olcott en 1876 (Godwin 1994ª, 10)
Esto
nos indica que el John King que instruía a Olcott, que actuaba como su
intermediario en las correspondencias con la “Logia”, y que aparecía en las
sesiones mediúmnicas en la casa de los Eddy, era el mismo que en los inicios de
la década de 1850 estaba aconsejando a HPB y a sus compañeros a “ponderar y
discutir” sobre planes de viajes a América del Sur, y por lo tanto ¡ya estaba
con HPB desde esa época!
Como
vimos, esto debe haber ocurrido entre 1851 y 1855, o sea que nuevamente nos
estamos remitiendo a un período de conocimiento entre HPB y John King muy
anterior a 1860.
No
hay muchas dudas de que esta esquela es para HPB, pues si no fuese así, ¿qué
estaría haciendo en los archivos de la Sociedad Teosófica en Adyar? Y, por la
manera familiar, casi íntima, conque John King se dirige a los que está
aconsejando, estos parecen ser personas muy conocidas. Él dice “Folks”, lo cual
quiere decir “amigos, gente.”
Considerando
que Albert Rawson y Madame Blavatsky estaban juntos en El Cairo, cuando ambos
fueron instruidos por Paulos Metamon y aceptando que Rawson pueda realmente ser
el “inglés” compañero de viajes de HPB, entonces la manera íntima y familiar
usada por John King se vuelve bastante comprensible y constituye un elemento
adicional que refuerza la conclusión de que Metamon y John King sean la misma
persona.
21. Identificación de John
King
Solamente
años más tarde, en 1884, es que HPB nos reveló quién era realmente John King.
Arthur
Lillie había escrito un artículo llamado “Koot Hoomi Unveiled” (Kuthumi Develado)
en el cual hizo muchas críticas hacia HPB y los Maestros. En ese artículo
Lillie decía que: “Por catorce años (1860 a 1875) Madame Blavatsky fue una
espiritista declarada, controlada por un espíritu llamado John King.” (CW, VI,
269)
En
agosto de 1884 Madame Blavatsky le contestó:
“El Sr. Lillie afirma
que yo conversé con ese ‘espíritu’ (John King) durante catorce años
‘constantemente, en la India y en otros lugares’. Pero para comenzar yo afirmo
aquí que nunca oí el nombre de John King antes de 1873. Es verdad que le dije
al Coronel Olcott y a muchos otros que la forma de un hombre con la cara pálida
morena, barba negra, ropas blancas flotantes y turbante, que algunos de ellos
habían encontrado por la casa y en mis aposentos, era la de ‘John King’.
Pero yo le había dado
ese nombre por razones que serán completamente explicadas muy pronto, y reí
mucho al ver la manera fácil en que un cuerpo astral de un hombre vivo puede
ser confundido con un espíritu, y lo acepto. Yo les conté que había conocido a
aquel ‘John King’ desde 1860; pues era la forma de un adepto oriental, quién,
desde entonces fue para su iniciación final, visitándonos en su cuerpo físico
al pasar por Bombay, en su camino.
. . .
Yo he conocido y
conversado con muchos ‘John King’ en mi vida –un nombre genérico para más de un
espectro– pero gracias a los cielos ¡yo todavía nunca fui ‘controlada’ por uno
de ellos! Mi mediumnidad ha sido eliminada de mí hace un cuarto de siglo o más,
y yo desafío en voz alta a todos los ‘espíritus’ del Kama-Loka a que se
aproximen, a ver si pueden controlarme ahora.” (CW, VI, 271)
Como
vimos, John King firmó la esquela relacionada con el viaje a Perú, que es de
mediados de los años 1850, y por lo tanto no es verdad que HPB nunca haya oído
hablar del nombre John King antes de 1873. Pero Lillie vuelve a criticar la
respuesta de HPB interpretando que ella estaba identificando al “adepto
oriental” (John King), como el Maestro KH, afirmando “que el Maestro KH venía
constantemente a verla, con barba negra y largas vestimentas blancas flotantes”.
Ella
entonces vuelve al asunto en un segundo artículo, en octubre de 1884, negando
lo que Lillie había dicho y desafiándolo a probar lo que estaba afirmando, pues
en su artículo anterior ella se había referido a:
“...un ‘adepto
oriental, el cual, desde entonces partió para su iniciación final’, que había
pasado, en ruta de Egipto hacia el Tíbet, por Bombay y nos visitó en su cuerpo
físico. ¿Por qué este Adepto debía ser el Mahatma en cuestión?
¿Entonces no hay
ningún otro Adepto más allá del Mahatma Kuthumi?
Todo teósofo en la
sede sabe que yo mencionaba a un caballero griego al que conozco desde 1860,
mientras que nunca vi al correspondiente del Sr. Sinnett antes de 1868.” (CW,
VI, 291)
Esta
afirmación de la Vieja Dama es refrendada por el propio Maestro KH, que también
se refiere al viaje “de uno de nosotros” desde Chipre hacia el Tíbet pasando,
en su camino por Bombay:
“Y el problema de la
Sra. B [Blavatsky] es (más allá de la enfermedad física) que ella algunas veces
oye dos o más voces nuestras al mismo tiempo; por ejemplo esta mañana mientras
el “Desheredado” [Djwal Khool] estaba hablando con ella sobre un asunto
importante, ella prestó un oído a uno de nosotros, que estaba pasando por
Bombay viniendo de Chipre, en su camino hacia el Tíbet – y de esta manera ella
mezcló las dos conversaciones en una confusión enmarañada.” (MLcr, 52)
La
identificación concluyente de quién era el Adepto oriental “John King” viene
del hecho de que el señor Sinnett recibió esa carta del Maestro Kuthumi el día
20 de febrero de 1881, y en los diarios de Olcott hay una carta recibida en la
fecha del 19 de febrero de 1881, escrita en Bombay, donde leemos:
“Hilarión está aquí
en ruta hacia el Tíbet y ha examinado cuidadosamente, por todos los ángulos, la
situación. Blavatsky considera algo moralmente horrible. Opiniones sobre la
India, Bombay, la S.T. en Bombay, Ceilán, Inglaterra y Europa, Cristianismo y
otros asuntos altamente interesantes.” (LMW 2nd Series, 82)
22. Primer viaje a
Grecia y encuentro con Hilarión
Así,
comparando las afirmaciones de HPB, de Olcott y del Maestro Kuthumi, llegamos a
la identificación clara de que John King, el Instructor y Sahib de HPB es el
Adepto ligado a la Jerarquía que conocemos con el nombre de Hilarión.
Es
interesante notar que Madame Blavatsky no se refiere a él como un Maestro, pero
sí como un Adepto Oriental, que después pasó por su iniciación final. En las
cartas para Sinnett, ella se refiere al Maestro Hilarión simplemente como “Illarion”,
como podemos ver en el pasaje que es erróneamente usado por muchos autores para
decir que HPB lo encontró por primera vez en 1860, en Grecia:
“Por favor, no hable
de Mentana y no hable del Maestro [M.], yo le imploro. Yo volví de la India en
uno de los primeros vapores. Pero primero fui a Grecia y vi a Illarión, en un
lugar que yo no puedo y no debo decir.” (LBS, 153)
Obsérvese
que ella está diciendo que primero fue a Grecia y vio a Hilarión, y no que fue
a Grecia y por primera vez vio a Hilarión. En el original: “But I first went to
Greece and sae Illarion, in what place I cannot and should not say.”Aquí la
traducción en este caso no da márgenes de dudas, ya identificamos que el
Maestro Hilarión es John King y conforme vimos arriba, ella bien ya lo había
encontrado antes de 1860.
23. El Maestro
Hilarión y Paulos Metamon con HPB en El Cairo
Ya
citamos el episodio de la muerte de Metrovitch en 1872, en El Cairo. En ese
evento HPB demuestra claramente que sus acciones, en aquella época, estaban
siendo guiadas por el Maestro Hilarión, como su Instructor, de forma análoga a
la época de John King.
Ella
le escribió a Sinnett:
“Yo fui avisada por
Illarión, entonces físicamente en Egipto –él hizo que Agardi Metrovitch viniese
directamente hasta mí y no abandonase la casa por diez días. . . . Él fue hacia
Alejandría, incluso así yo fui detrás de él haciendo como Illarión me dijese. .
. . Yo nunca lo dejé, pues sabía que él moriría, como Illarión había dicho, y
así sucedió.” (LBS, 189-190)
HPB
también le relata a Sinnett que ella enterró a Metrovitch con la ayuda de un
sirviente del hotel y de “un discípulo de Illarión.” (LBS, 190)
Es
interesante observar que justamente en esa época en que HPB revela que el
Maestro Hilarión estaba físicamente en El Cairo, es justamente la época
posterior al intento frustrado de fundar la Société Spirite. O sea cuando
estaba nuevamente con Paulos Metamon, quién “por varias semanas fue su único
visitante”. Esto, otra vez, fortalece la hipótesis de que John King, o sea, el
Maestro Hilarión, también sea Paulos Metamon.
24. Mabel Collins y
el Maestro Hilarión
Mabel
Collins es conocida en el medio teosófico principalmente por ser la autora de
“El Idilio del Loto Blanco” y de “Luz en el Sendero.” El Idilio fue publicado
en 1884, un poco antes de que ella ingresara a la Sociedad Teosófica, en
Londres. Sinnett, en un artículo sobre experiencias psíquicas, publica el
relato que Mabel Collins le hiciera de cómo el Idilio había sido escrito.
En
1878, ella estaba viviendo en Londres cuando, bien próximo a su ventana, fue
colocado el obelisco de Cleopatra. Desde la primera vez que miró al obelisco,
percibió en él un rostro –que luego descubrió que no era visible para nadie
más. “Era un rostro egipcio, lleno de poder y voluntad, e intensamente vivo.”
(Sinnett 1987, 121)
Inmediatamente
después de la llegada del obelisco, Mabel Collins también comenzó a percibir
que una larga fila de sacerdotes egipcios, con vestiduras blancas, entraban en
su casa y quedaban de pie a su alrededor, mientras ella escribía. Esto sucedía
frecuentemente, y ella se acostumbró a tenerlos cerca. Un día, cuando estaba
escribiendo su novela y su cuñada trabajaba en la misma sala, pintando, la
larga fila de sacerdotes entró y la rodeó. Ella no dijo nada a la cuñada, pues
ya había descrito el hecho varias veces, y continuó escribiendo, atareada.
Mabel Collins entonces describe que la cuñada:
“...me miró y notó un
cambio en mi apariencia, yo me había tornado rígida, como alguien transformada
en piedra, como ella expresó; mis ojos estaban firmemente cerrados, pero yo
escribía sin parar, tan veloz como siempre, y ella me asistió moviendo página
tras página para un lado, con la tinta todavía mojada.
Esto continuó por un
tiempo considerable hasta que, finalmente, abrí los ojos y solté la lapicera.
Estaba muy cansada, pero absolutamente inconsciente del hecho que había estado
inconsciente –o fuera del cuerpo– o sea el nombre que se le quiera dar.
. . .
Ella no dijo nada,
pero aún me observaba, y me vio tomar una página de mi manuscrito para ver y
descubrir, para mi inexplicable espanto, que no era, como yo creía, una página
de la novela que estaba escribiendo, pero si algo completa y absolutamente
desconocido para mí. Tomé página tras página y las miré con el mismo espanto.
Descubrí que tenía en mis manos, completos, el prólogo y el primer capítulo de
“El Idilio del Loto Blanco”.
. . .
Para mí, fue una
experiencia muy maravillosa, pues yo nunca, hasta entonces, había sabido lo que
era ser completamente sacada de mi cuerpo para que mi mano y mi lapicera
pudiesen ser usadas por otra inteligencia, sin que mi ser -si así lo puedo
expresar- estuviese presente.
De tiempo en tiempo,
después de esto, algo semejante ocurrió, aún cuando yo nunca estuviese tan
absolutamente ausente de la escena como la primera vez; y los siete primeros
capítulos del Idilio fueron completados. El escrito fue todo hecho
completamente automático; y yo nunca estuve consciente de ninguna palabra que
fue escrita, y después lo leía del mismo modo como leería algo escrito por otra
persona.”(Sinnett 1987, 121)
Mabel
Collins cuenta que cuando el séptimo capítulo quedó listo los sacerdotes
dejaron de aparecer y, aunque ella estuviese ansiosa por ver el manuscrito terminado,
no consiguió escribir ninguna palabra más en éste por siete años. Entre
1884-85, en medio de muchos problemas y dolencias:
“el trabajo fue
nuevamente retomado por un misterioso poder fuera de mí misma, para quien yo
era un instrumento escogido, y fue concluido de la misma manera que los siete
primeros capítulos fueron escritos, sin que yo estuviese consciente de ninguna
palabra...” (Sinnett 1987, 122)
Las
circunstancias bajo las cuales el libro “Luz
en el Sendero” fue escrito fueron muy diferentes. Este libro, Mabel Collins
dice haber sido el resultado de su arduo esfuerzo de obtener algún conocimiento
fuera de su cuerpo. Ella se sentía como una criatura que comienza a descubrir
sus sentidos recién adquiridos. Era conducida de la mano por un ser poderoso que
le mostraba lo que tenía que ver y como entenderlo.
En
un vasto salón, que ella llamó el “Salón de Aprendizaje”, ella vio las paredes
cubiertas de piedras preciosas y, con la ayuda de su guía, percibió que ellas
formaban frases. Le dijeron que ella intentase recordarlas cuidadosamente, y
las escribiese inmediatamente después de retornar al cuerpo físico. Estas
fueron las primeras frases de Luz en el Sendero. De esta manera, poco a poco,
todo el libro fue escrito. (Sinnett 1987, 123)
Mabel
Collins se encontró con HPB, rápidamente, en noviembre de 1884, antes de la
partida de Madame Blavatsky para la India. En una carta publicada en Light, en
junio de 1889, HPB dice:
“...cuando la
encontré [a Mabel Collin] ella había recién terminado “El Idilio del Loto Blanco”, el cual, como ella le afirmó al Coronel
Olcott, le había sido dictado por una “persona misteriosa”. Guiados por sus
descripciones, los dos reconocimos a un viejo amigo nuestro, un griego, que no
era un Mahatma, pero sí un Adepto; acontecimientos posteriores probaron que
estábamos en lo cierto...” (CW VIII, 427)
En
una carta para Khandalavala, en julio de 1888, Madame escribió que hasta
1884,
Mabel Collins era una mujer que no prestaba mucha atención a las cuestiones
espirituales pero que en aquel año, ella:
-
“...vi delante de ella muchas veces la figura
astral de un hombre moreno (un griego que pertenece a la Fraternidad de
nuestros Maestros), que la instigó a escribir bajo su dictado. Era Hilarión, a
quién Olcott conoce bien. El resultado fue Luz
en el Sendero y otros más.” (Gomes 1991, 194)
Así
HPB identifica que fue el Maestro Hilarión que se apareció nuevamente a
Collins, en 1884, y la hizo escribir bajo su dictado, concluyendo El Idilio del Loto Blanco y escribiendo Luz en el Sendero.
En
una copia de Luz en el Sendero, Mabel
Collins escribió que el libro fue un trabajo hecho bajo “Sri Hilarión”,
habiendo comenzando en octubre de 1884, y el pequeño ensayo sobre la Ley del
Karma, que aparece en un apéndice, fue escrito el 27 de diciembre de 1884. (CW
VIII, 428) [Ver imagen 3]
Imagen 3: : caligrafía
de Mabel Collins en estado normal. (CW VIII, 428)
Observemos
en las dos citas anteriores que HPB dice que no sólo ella, sino también Olcott,
reconoció de inmediato al “viejo amigo griego”, y que era “Hilarión, a quien
Olcott conoce bien.” Esto es muy revelador porque sabemos que era con John King
que Olcott había convivido más intensamente desde sus primeros tiempos en el
Ocultismo, en Filadelfia y Nueva York.
Sinnett,
en el artículo citado también publicó el facsímil de una página del manuscrito
original del Idilio, donde aparece “una letra completamente diferente de Mabel Collins.” (Sinnett 1987, 119) [Ver imagen 4]
Imagen 4: caligrafía
de Mabel Collins escribiendo en trance El
Idilio del Loto Blanco (Sinnett 1987, 120)
Recordemos
que cuando Mabel Collins describe la producción de este manuscrito, ella dice
que había sido: “completamente sacada de mi cuerpo para que mi mano y mi
lapicera pudiesen ser usadas por otra inteligencia”.
Examinando
este facsímil (imagen 3), nuevamente notamos características de la letra de
John King (imagen 2). Y siendo que la autoría del Maestro Hilarión en estas dos
obras traídas al mundo por Mabel Collins es algo completamente aceptado, las
semejanzas en las caligrafías refuerzan la identificación de John King como el
Maestro Hilarión.
25. Conclusión
¿Será
que de hecho existió más de un John King: el elemental, el espíritu
desencarnado y el Adepto?
Hasta
hoy la principal referencia en este sentido es la del propio Olcott. Entretanto
como vimos antes él mismo reconoció que la forma de un espíritu desencarnado
era la que él más fácilmente podría aceptar, en aquella época, cuando escribió:
“fui presentado a ellos por HPB a través del medio de un pretendido “espíritu” que
incorporaba en médium, para que mis experiencias anteriores se tornasen más
comprensibles”. (ODL I, 19)
Muchos
autores aceptan la fácil explicación de Olcott de que había más de un John King,
pues por ejemplo las “travesuras” que hacía con Madame Blavatsky contrariaban
las nociones preestablecidas acerca del modo de como un mensajero y asistente
de los Adeptos vivos “debería” actuar. Y como no las entendemos, estas
actitudes son convenientemente atribuidas al espíritu desencarnado o a un
elemental.
Sin
embargo son esas propias “travesuras” y actitudes, como tirar una “piedra
cáustica” en el rostro de Madame Blavatsky, o pedir dinero en un aparente
cambio de favores, que tornan insostenible la cómoda explicación de Olcott.
¿Cómo explicar que
Madame aceptase tales actitudes, venidas de un espíritu?
Como
vimos, en esa época, HPB ya poseía un desenvolvimiento de sus poderes que no
permitirían jamás que un espíritu desencarnado la desafiase o la influenciase.
Como
ella misma afirmó:
“Yo he conocido y
conversado con muchos “John King” en mi vida –un nombre genérico para más de un
espectro -pero, ¡gracias a los cielos, yo todavía nunca fui ‘controlada’ por
uno! . Mi mediumnidad ha sido expurgada de mí hace un cuarto de siglo o más, yo
desafío en voz alta a todos los ‘espíritus’ del Kama-Loka a que se aproximen –
para ver si pueden controlarme ahora.” (CW VI, 271)
Todo
eso nos indica que había solo un John King –que es difícil de “digerir”– y
cuyos métodos y modos de acción se contraponen con las nociones que tenemos de
cómo debe o no debe ser la conducta de un Adepto. Pero no nos olvidemos que en
verdad, conocemos muy poco de los métodos de ellos, pues como el Maestro Kuthumi
escribió:
“Nuestros modos de
acción son extraños y no usuales, y muy frecuentemente, propensos a crear
sospecha. Esta última es una trampa y una tentación. ¡Feliz es aquél cuyas
percepciones espirituales siempre le susurran la verdad! Juzgue a aquellos
directamente envueltos con nosotros por esta percepción, y no de acuerdo con
sus nociones mundanas de las cosas.” (LMW 1st. Series, 32)
Bibliografía
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Taylor, N.C. Theosophical History, Vol. 3, n° 3, July 1990.
Buenos días Cid.
ResponderBorrarLeo tus artículos con regularidad y me gustaría saber si tienes algo sobre el Yo Superior, no he encontrado nada en tus entradas. si fuera posible me recomendaras lecturas sobre cómo alinearme y/o entrar en contacto con mi Yo Superior.
gracias.
Tu “Yo superior” es lo que usualmente los esoteristas llaman tu alma espiritual, y los teósofos denominan Buddhi, a continuación te dejo dos artículos que hablan al respecto:
Borrarhttps://esoterismo-guia.blogspot.com/2020/01/encuentro-con-nuestra-alma.html
https://sabiduria-atemporal.blogspot.com/2022/01/el-principio-de-buddhi.html
Para entrar en contacto con tu Yo Superior existen varios métodos, pero lo más sencillo es que busques desarrollar tus cualidades y disminuir tus defectos, y de esa forma irás cada vez incrementando más el contacto con tu alma espiritual.
Muchas Gracias por tu pronta respuesta.
BorrarPara alinear tus diferentes cuerpos, yo conozco esta técnica:
Borrarhttp://esoterismo-guia.blogspot.com/2012/03/alineamiento-cuerpos-alinearse-alma.html