LA CUALIDAD HEROICA DE BLAVATSKY POR ALFREDO FIGUEROA


 
Alfredo Puig Figueroa fue un miembro importante de la Sociedad Teosófica de Cuba durante la segunda mitad del siglo XX, y él pronunció la siguiente alocución en una conmemoración que se celebró en la Habana el 17 de noviembre de 1989:
 
« Cuando se procede al estudio de cualquier filosofía que es como algunos consideran a la Teosofía, las personas que sustentan esas ideas no proporcionan ninguna ayuda.
 
Pero en nuestro caso, no importa quienes fueron o quienes son los principales teósofos del pasado o del presente, pues la Teosofía como modelo de vida o forma de conducta se apoya en sus propios méritos y el reconocimiento de la vida  individual de los teósofos no hace más fructíferos los estudios teosóficos.
 
Por esta razón se puede asegurar que todo aquel que esté interesado hoy en día en el estudio de la Teosofía no tiene necesidad de conocer o de saber quién fue Helena Petrovna Blavatsky (para nosotros H.P.B.), aunque se puede afirmar que ella fue una expositora destacada de la Teosofía, la cual conocía profundamente, sus ideas se deben juzgar solamente por el valor intrínseco de sus enseñanzas.
 
Pero este enfoque resulta totalmente inadecuado cuando el estudiante de Teosofía no solamente está interesado en el estudio de la Sabiduría Divina, sino también en conocer las distintas fases del desarrollo de la Sociedad Teosófica y del papel que ha representado en el mundo como institución esta organización.
 
La Sociedad Teosófica fue fundada por H.P.B. y por el Coronel H.S. Olcott, así como por otro grupo de Hermanos que constituyeron su primer núcleo en la ciudad de Nueva York.
 
Durante los primeros 16 años de la vida de la Sociedad Teosófica, cuando la analizamos cuidadosamente, leyendo detenidamente la obra del Coronel Olcott titulada “Historia de la Sociedad Teosófica” (que en ingles se publicó con el nombre de Old Diary Leaves, “Páginas de un Viejo Diario”), llegamos a la conclusión, y así lo hemos de reconocer, que nuestra organización fue moldeada de una manera muy definida por H.P.B. nuestra extraordinaria Fundadora.
 
Por eso es que se puede asegurar que no es posible conocer profundamente la Sociedad Teosófica, su valioso trabajo en el mundo como organización, si la estudiamos separadamente de la vida de H.P.B. Y de igual manera vemos que en la medida en que vamos conociendo la vida de H.P.B. es como podemos ir comprendiendo a plenitud lo que es la Sociedad Teosófica, a la cual ella consagró hasta el último aliento de su vida.
 
Porque indudablemente, H.P.B. fue una gran teósofa, es decir, no simplemente una creyente en la Teosofía, sino alguien que vivió profunda y sinceramente estas enseñanzas, quién ofrendó generosamente largos años de su vida a la Sociedad Teosófica, y el ejemplo de H.P.B. tiene muchas lecciones que enseñarnos a nosotros, las cuales tal vez ni siquiera las podremos encontrar en su obra monumental de “La Doctrina Secreta”.
 
Es evidente que todo lo que se puede decir de valor con relación a H.P.B. como líder relevante y destacada, va más allá de las posibilidades de quien redacta estas líneas.
 
Así pues, el propósito de este trabajo se encamina a bosquejar algunos aspectos del carácter maravilloso y excepcional de H.P.B. y aquí podemos hacer una indicación que podrá ser sorprendente para algunos y es que mientras más se estudian los distintos incidentes de la vida de H.P.B., en mayor medida se siente uno algunas veces mucho más fascinado con ellos que cuando estudiamos sus escritos, a pesar de lo interesante y lleno de información oculta que se encuentra en ellos.
 
Es obvio que los escritos de H.P.B. nos pueden conducir, sin duda alguna, a la adquisición de un mayor caudal de conocimientos sobre la Sabiduría Divina, pero también resulta cierto que mientras más se conoce la vida H.P.B. como la persona extraordinaria que fue, mayor es la inspiración que se deriva de ello para aplicar a nuestro comportamiento.
 
El estudio de la Teosofía se encuentra al alcance del más sencillo de los miembros, pero creo que todos estaremos de acuerdo en que no todos están preparados para estudiar La Doctrina Secreta.
 
Porque H.P.B. muestra una cualidad heroica y única en su vida que influye en nosotros de una manera muy especial y nos llega a todos muy hondamente, toca lo más profundo de nuestro ser. Miremos fijamente los ojos de H.P.B. en uno de sus retratos y comprenderemos esta afirmación pues su mirada parece que nos habla.
 
En esta etapa actual de la vida de la Sociedad Teosófica se requiere, tal vez más que en ningún otro momento, que cada miembro contribuya con una cualidad heroica y única, como algo característico y muy personal de cada uno, que es lo que se requiere para vigorizar nuestra amada Institución, que es un abanderado de los ideales de la Fraternidad Universal ante el mundo.
 
Nuestras vidas diarias generalmente están llenas de conflictos, de tensiones y problemas, de pequeños intereses egoístas, lo cual es causa de sufrimiento y sabemos que éste es el resultado que todos tenemos que afrontar por nuestra ignorancia pasada, y que naturalmente significa agotar con mayor rapidez nuestras deudas pendientes, lo cual en lenguaje teosófico se denomina apresurar la liquidación de nuestro Karma personal, liberándonos así del fardo del pasado estar  en mejores condiciones de poder estar libres para servir con mayor dedicación.
 
Por eso considero que en el presente se necesita mucho más crecer en heroísmo individual, en espíritu de altruismo, en incrementar nuestra dedicación, y al mismo tiempo en ajustar nuestra conducta a los ideales elevados de la Fraternidad, fundamento de la Sociedad Teosófica, que crecer en conocimiento intelectual solamente, aunque ello también tiene un papel importante que jugar en nuestras vidas.
 
Una Rama Teosófica debe ser ante todo un oasis de Fraternidad en la cual todos los miembros se relacionen entre sí con plena armonía, “juntos, aunque diferentes”, como señalara el Dr. George S. Arundale; porque de qué otro modo podríamos propagar los ideales de la Fraternidad si no predicamos con el ejemplo. Como dice el proverbio latino facta non verba, hechos y no palabras.
 
Es interesante destacar que en nuestra Sede Central Internacional, en Adyar, hay 19 álbumes de recortes preparados por H.P.B. meticulosamente noche tras noche, durante años, habiendo comenzado el primero en el año 1874.
 
En ellos se nos ha dicho que se encuentran recortes de periódicos, anuncios, programas, artículos, etc., en los cuales se refleja la gran preocupación que siempre tuvo H.P.B. por el bienestar de al Sociedad Teosófica; y también aparecen en los mismos anotaciones de su puño y letra que muestran sus planes y anhelos para garantizar el  futuro de la Sociedad Teosófica.
 
Cuando se leen las cartas del Maestro Serapis, dirigidas al Coronel Olcott, en relación con H.P.B. y que aparecen en el libro “Las Cartas de los Maestros de Sabiduría”, Segunda Serie, por C. Jinarajadasa, se tiene la impresión de que todavía se está por escribir la verdadera historia de la vida de H.P.B. Hay muchas cosas que sabremos algún día, si es que todavía estamos en esta encarnación, sino lo sabremos en la próxima. Véase con relación a lo expresado, las cartas 9, 12, y 13.
 
Al estudiar la vida de nuestra Fundadora vemos que existen ciertos aspectos del carácter y de la conducta de H.P.B. que muchos nunca pudieron comprender totalmente, ni siquiera sus colaboradores debido a que durante su vida ella actuó basada en motivos y razones que los demás no podían suponer.
 
Es necesario tener en cuenta que ella estaba comprometida para llevar a cabo las órdenes de su Maestro, lo cual efectuaba en formas que no eran obligatorias para los demás, pero que constituían un mandato imperativo e inexcusable para ella, lo cual complementaba con verdadero celo, devoción y alegría.
 
Se nos dice que H.P.B. estaba continuamente viendo, escuchando o percibiendo a los Maestros y sus discípulos, razón por la cual ajustaba sus actividades estrictamente para que se adaptaran a los planes de sus superiores jerárquicos espirituales.
 
Todo esto, expresado de otra manera, nos lleva a la conclusión de que H.P.B. era ocultista y por eso actuaba basada en razones que con frecuencia ella no podía revelar a nadie, ni siquiera a sus colegas más íntimos.
 
En uno de los muchos periodos importantes de su vida, después de haber sido fundada la Sociedad Teosófica y antes de viajar a la India, ella tuvo que pasar pruebas de una naturaleza que escapan a nuestra comprensión, pero vienen en nuestro auxilio las palabras del Maestro Serapis, en la Carta No 12 a la que hemos hecho referencia, y en la cual él señala que eran pruebas ocultas en las cuales la propia vida de H.P.B. estuvo en riego.
 
En tres lugares distintos, en el curso de la multicitada carta, el Maestro se refiere al grave peligro que ella tenía que afrontar. Veamos los tres fragmentos:
 
1.   “Haz esto en el caso de que ella fallezca, y el surgimiento posible de esto no es palabra vana, ya que el morador del umbral la está observando cuidadosamente y jamás perderá ninguna oportunidad si es que le falla el valor a nuestra Hermana. Esta es una de sus pruebas más difíciles.”
 
2.   “Si ella sobrevive a la prueba porque de la buena voluntad hacia ella y de la intensidad del pensamiento magnético concentrado sobre nuestra Hermana dependerá mucho de su seguridad en el descenso peligroso hacia... (palabras sin descifrar en el original).”
 
3.   “Cuán peligrosos serán para ella los logros de su deber y cuán propensos a esperar para ustedes dos perder una Hermana y una Providencia sobre la Tierra.”
 
Si a lo anterior le podemos añadir lo que se relata en la obra “El Mundo Oculto” del señor A.P. Sinnett, se puede constatar que en los primeros tiempos de nuestra Sociedad Teosófica, H.P.B. fue el centro de un mundo oculto extraño, porque ella estaba rodeada permanentemente de auxiliares y guías espirituales invisibles.
 
La Gran Logia Egipcia o Fraternidad de Luxor, tuvo a su cargo, en esos primeros tiempos de la Sociedad Teosófica mucho del trabajo inicial del movimiento teosófico, lo cual se confirma en el contenido de la Carta No, 3 antes mencionada.
 
Por eso es que este elemento de lo interno es inseparable de la vida de H.P.B. y para poder comprender su carácter tenemos que darle preeminencia a este concepto del elemento de lo oculto en los más mínimos incidentes de su vida diaria, que era algo inseparable de ella y de cada una de sus acciones.
 
Mientras más se estudia todo lo que se ha publicado documentalmente sobre H.P.B., más se da uno cuenta de que para conocer verdaderamente a nuestra Fundadora, esto nunca podrá separarse del concepto de la existencia de los Maestros, a quienes ella sirvió con lealtad inquebrantable.
 
El valor único de este mundo de H.P.B. y de su trabajo en la proyección de su pensamiento, palabra y obra, era que ella era un agente de los Maestros.
 
Y también es cierto que ella poseía ciertos poderes ocultos y que no siempre actuaba como centro de los fenómenos que efectuaban los Maestros o sus condiscípulos, como los que se describen durante el período que nos relata el señor Sinnett en su obra antes mencionada.
 
Por eso es que nadie puede comprender plenamente lo que fue H.P.B a menos que crea en la existencia de los Maestros. Porque ella vivió para Ellos y, muy especialmente, para su propio Maestro.
 
Para la mayoría de nosotros hoy en día los Maestros pueden ser como ideales, como algo elevado que se encuentra fuera de nuestro alcance, quizás para unos pocos ellos serán una hermosa realidad, pero a pesar de ello, todavía los Maestros no son realidades viviente en este mundo físico, como en cambio si lo son nuestros familiares y amigos con quienes nos relacionamos diariamente.
 
Pero para H.P.B. los Maestros siempre fueron algo verdaderamente real y una parte fundamental de su vida heroica, porque además ella había estado en el Tíbet y en otros lugares donde se reunió y convivió con ellos físicamente.
 
H.P.B. describe cómo encontró a su Maestro Morya por primera vez en 1851, cuando él visitó Londres como parte del séquito de la Embajada de Nepal. Luego vivió en el Tíbet con su Maestro Kuthumi durante el año 1869, y en una ocasión ella fue con él desde la India hasta Constantinopla.
 
H.P.B. describe a su Maestro del modo siguiente:
 
-      "Mi Maestro, el solo creador de mi Yo interno, que si no hubiera sido por su llamada, despertándolo de su letargo, nunca hubiera llegado a ser un ser consciente, no en esta vida, sino en todos los actos."
(Cartas de H.P.B. a A.P. Sinnett)
 
Los Maestros en general eran para ella (y especialmente el Maestro Morya que era su propio Maestro) como el propio aliento de su vida, su razón de ser, el motivo de su existencia.
 
En cierta ocasión en que el Maestro Morya le había concedido permiso para que lo visitase, ella abandonó Bombay secretamente y fue hasta Darjeeling, y desde allí cruzó la frontera hacia Sikkim donde durante dos días, que ella califica como de “dos días benditos, muy benditos” permaneció con los Maestros Morya y Kuthumi.
 
En esa ocasión se puede señalar que varios discípulos indios trataron de seguir a H.P.B. en su viaje secreto para visitar a los Maestros, pero solamente uno de ellos, Ramaswamier de Madras, tuvo éxito en cruzar la frontera de la India y ver al Maestro Morya. Y la narración de ese encuentro se reseño ese año en la revista The Theosophist, que es el órgano oficial de la Sociedad Teosófica, y posteriormente se ha publicado en varias ocasiones y existe una escena profundamente conmovedora relacionada con H.P.B. y es interesante poder brindar un recuento de la misma.
 
El obispo Leadbeater regresó a Adyar desde Birmania (actualmente Kampuchea), poco después que sucedió este evento, y escuchó de la propia H.P.B. la historia de lo acontecido. Él relató que ella se encontraba terriblemente enferma por aquel entonces con una “congestión reumática y una pérdida de vitalidad alarmante, a lo cual se añadía una función muy debilitada de su corazón”.
 
La doctora que la atendía, la señora Mary Sharlieb, se había marchado por la noche prometiendo regresar a la mañana siguiente, pero expresó serias dudas de que H.P.B. pudiera sobrevivir esa noche. De hecho, la propia H.P.B. ansiaba morir debido a que su martirio era mayor de lo que ella podía soportar.
 
En la antecámara se encontraban conversando en voz baja los dos Cooper-Oakley, Damodar Mavalankar, Bowajee D. Nath y el Dr. Franz Hartmann, esperando todos cualquier llamada de H.P.B.
 
De pronto apareció el Maestro Morya completamente materializado en el balcón y atravesó rápidamente la antecámara y entró en la habitación de H.P.B. Mientras que los que se encontraban en la antecámara, se retiraron discretamente. Después de la entrevista, el Maestro se retiró por el mismo camino por el cual había entrado y se desvaneció al llegar nuevamente al balcón.
 
A la mañana siguiente, para sorpresa de la doctora, la condición de H.P.B. había tenido un cambio maravilloso con un restablecimiento total de su salud; la doctora no encontró un cadáver como ella esperaba, sino una paciente que no solamente estaba fuera de peligro sino que, además todos los síntomas de la gravedad de su enfermedad habían desaparecido.
 
Y cuando H.P.B. se recuperó totalmente, le contó a sus amigos más íntimos cómo su Maestro había venido y le había ofrecido dos alternativas: la primera morir y entrar en un período de paz, poniendo fin a sus sufrimientos; y la segunda, vivir unos cuantos años mas para acometer la tarea de escribir La Doctrina Secreta, de manera que por lo menos algunas almas fieles que buscaran la Sabiduría pudieran ser capaces no solamente de obtenerla, sino además de llegar a los pies del Maestro. Así vemos que H.P.B. se ofreció una vez más en holocausto para que el movimiento teosófico contara siempre con su ayuda valiosa.
 
Sin embargo tuvo una compensación porque después de algún tiempo más de incomprensiones, pudo reunir a su alrededor a un grupo de miembros fieles que hicieron que sus últimos años no fueran tormentosos, sino llenos de paz. Sin esperar nada, ella lo dio todo, lo cual condujo en 1888 a la creación de la Escuela Esotérica de Teosofía.
 
Y para concluir, voy a leer un fragmento del último mensaje escrito por H.P.B. el 15 de Abril de 1891, tres semanas antes de morir, que tiene todo el profundo vigor de su vida heroica y que sigue resonando como una llamada a todos los miembros de la Sociedad Teosófica.
 
Ella dijo:
 
"Compañeros teósofos, me siento orgullosa de vuestra labor incesante en pro de nuestra causa común, tan querida de todos nosotros. Permitid que os recuerde una vez más que dicha labor es ahora más necesaria que nunca, ya que el período que hemos llegado a alcanzar es y continuará siendo una era de grandes contiendas y de esfuerzos continuados.
 
La naturaleza crítica de la situación que atravesamos es tan conocida de las fuerzas que luchan en nuestra contra como de aquellas que están a favor nuestro. Estas fuerzas oscuras no perderán ninguna oportunidad para sembrar la semilla de la discordia y aprovecharse de las equivocaciones y movimientos en falso, instalando la duda en los corazones para así aumentar las dificultades, alentando las sospechas de modo que por todos los medios habidos y por haber pueden llegar a cercenar la unidad de la Sociedad Teosófica, diezmando y dispersando las filas de nuestros compañeros.
 
Por lo tanto nunca jamás como en los momentos presentes, será mayor la necesidad que tienen los miembros de recordar y llevar grabados en sus corazones la vieja parábola del haz de leña: inevitablemente, uno a uno; pero unidos, no habrá fuerza en la Tierra capaz de destruir nuestra Hermandad."
 
Con esta idea central de nuestra heroica H.P.B., de mantener a toda costa la unidad de todos los miembros de la Sociedad Teosófica, por encima de cualquier dificultad y diferencia, terminamos nuestro trabajo en homenaje a este Día de la Fundación. »
 
(Esta alocución se publicó inicialmente en la revista de la sección cubana y posteriormente fue reimpresa en la revista Sophia, Nº 220, mayo 2007.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Hola Cid,desde hace poco leo tus articulos me ayudan mucho.
    Tengo algunas dudas que deseo que me puedas ayudar.
    1_Los audiolibros que suben en youtube de H.P.B de sin las originales ? Desde hace poco tengo esta gran curiosidad de saber mas en particular loto lo que se trata de ella es como un llamado.


    2-Los de las fuerzas oscuras que no perderan la opirtunidad para separa y dañar lo he vivido y me.doy cuenta cuanto estan.hacechando. ¿porque me esta pasando todo esto? Porque la gente con la que hablo no me entiende y ultimamente ya no le comento nada a nadie...
    Por eso te escribo a ver si puedes ayudarme.


    Y por ultimo las elites ...granja humana conspiracion etc.
    puedes contarnos algo al respecto?

    Desde ya Gracias espero puedas ayudarme.
    soy mercedes.desde Buenos Aires.

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    1. 1) Si te refieres a sus libros, no sabría decirte porque no los he escuchado, pero pienso que en esos videos se han de leer las traducciones al español que se hicieron en el milenio pasado, las cuales no son las mejores pero si son aceptables aunque por momentos cometen errores.

      Si te refieres a los análisis que se han hecho sobre ella, encuentras de todo: muy buenos y muy pésimos.

      2) Las fuerzas oscuras no quieren que los humanos se liberen del marasmo espiritual en el que se encuentra actualmente la mayoría de la humanidad, y cuando ven que una persona hace esfuerzos, se empecinan sobre esa persona para tratar de derrumbarla.

      Y es por eso también que no es recomendable hablar demasiado profundamente de estos asuntos con la gente porque usualmente no lo comprenden y terminan por considerarte como un bicho raro, y en cambio es mejor ir profundizando paulatinamente conforme veas que la gente lo va asimilando.

      3) Sobre esos temas no te podría hablar porque casi no los he estudiado, pero hay mucha falsedad en esos asuntos por lo que recomiendo ser muy cauto.

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