LAS ENTIDADES SUTILES QUE UTILIZA LA MAGIA AFRICANA



 
Sobre este asunto, el conocedor en magia africana, Miad Hoyora Korahon, mencionó lo siguiente:
 
« Queda por estudiar una fase del Obeahismo que ocupa un terreno diferente al de cualquiera de los ejemplos que he citado hasta ahora, salvo en parte en lo que conciene a la iniciación del maestro de escuela que no se concretó.
 
Los practicantes de la magia Obeah que tienen fama de tener tratos con elementales de un alto grado, se destacan del resto de su especie, y aunque se les atribuye grandes poderes, ellos no parecen ganar dinero con sus artes ocultas de ninguna manera, excepto ocasionalmente cuando actúan como "médicos de la selva", que prescriben y suministran remedios extraídos de plantas silvestres, y cuyas virtudes en la mayoría de los casos son conocidos solo por ellos mismos.
 
Tengo razones para creer que su conocimiento de estas drogas es usualmente muy extenso, y que entre ellas se encuentran algunas formulas botánicas de gran valor para la medicina, mientras que otras posiblemente sean valiosas en el dominio de la "botánica oculta".
 
Sin embargo tales hombres y mujeres son escasos, y la información confiable relativa a su rama de la Obeah es, con mucho, la más difícil de todas para obtener.
 
 
Mi atención fue atraída por primera vez hacia este tipo de magos por los siguientes detalles curiosos que me dieron un hombre negro constructor de barcos, bastante educado y su esposa, a los que vamos a llamar el señor H y la señora H.
 
Ellos fueron a Demerara en 1875 y pasaron algún tiempo allí. (Actualmente Demerara forma parte de la Guyana en América del Sur).
 
Durante ese tiempo, mientras vivían en un alojamiento en George Town, la esposa perdió un arete de oro y tuvo muchos problemas por ello. Pero la dueña de esa casa le dijo que la llevaría con una amiga que estaba segura que le encontraría el pendiente perdido. Y al ser llevada con esa amiga, la señora H descubrió que era una mujer corpulenta de color claro y de unos 40 años de edad, la cual era conocida como señorita J.
 
Cuando las dos señoras entraron en la casa de la señorita J, ella se acercó y le dijo a la casera:
 
-      “¡Cómo estás amiga, veo que has traído a la señora H contigo para verme!”
 
Y luego a la señora H le dijo:
 
-      “Nunca antes usted me había visto, pero yo si la he visto a menudo, y tanto usted como su esposo me agradan mucho. Debe traerlo a verme, y por cierto, usted encontrará el pendiente por el que vino a preguntarme, en la esquina del alféizar de su ventana cuando vuelva.”
 
La señora H se sorprendió considerablemente con ese discurso, pero después de una conversación adicional y durante la cual la señora H prometió volver a visitar a la señorita J en uno o dos días con su esposo, las dos señoras regresaron a la casa de la casera y la señora H encontró el arete de inmediato en el lugar en donde la señorita J le había señalado.
 
Unos días después, la pareja visitó a la señorita J, y ella le preguntó al señor H si no le gustaría saber qué estaba pasando en su casa durante su ausencia (para entonces ya habían estado unos 18 meses en Demerara).
 
Y como el señor H le respondió que si le interesaba, ella le dio muchos detalles de lo que había sucedido allí desde que ellos se habían ido, mencionando varios nacimientos y muertes, con sus fechas. Y la mayoría de esos detalles se verificaron posteriormente mediante cartas que llegaron unos días después.
 
Durante esa visita, la señorita J le pidió a la señora H que se quedara con ella por un tiempo para ayudarla en sus tareas domésticas, sobre las cuales mencionó que tenía mucho que cocinar. El señor H podía ir a ver a su esposa tan a menudo como él quisiera, pero debían vivir estrictamente separados durante ese tiempo.
 
Al inicio el señor H se opuso a ese arreglo, pero como su esposa estaba ansiosa por complacer a la señorita J, finalmente cedió, y al terminar esa semana la señora H se instaló con la señorita J.
 
La casa de la señorita J estaba en un jardín cerrado, en una de las afueras de George Town. Detrás de la casa había una cocina separada y con dos habitaciones adicionales, y en una de las cuales se instaló la señora H, y a un lado había un pequeño estanque de patos con una cerca de alambre alrededor, y el cual la señorita J era muy insistente de mantenerlo limpio. Mientras que al otro lado, a la vista de la cocina, estaba la puerta de entrada hacia la casa en el recinto.
 
La señora H dice que la señorita J tenía mucho dinero y todas las mañanas la enviaba al mercado donde tenía que comprar suficiente carne y otras provisiones para unas diez personas. La señorita J pasaba parte de cada día preparando los alimentos para la mesa, que siempre estaba puesta a las siete de la tarde (un poco después del atardecer). Y después de eso, la casa era cerrada y las lámparas se encendían, mientras que la señorita J permanecía adentro.
 
En el porche se colocaba una botella de vino tapada con corcho, y otra de ron, con vasos, y también en la cocina y en cada una de las salas exteriores. Era para “sus amigos” decía la señorita J.
 
Esta rutina se realizaba todos los días, pero la señora H nunca vio a nadie entrar a la casa para comer estos alimentos, y ninguna persona podría haber entrado o salido sin ser vista por ella, pero aún así podía escuchar todas las noches voces hablando con la señorita J hasta las doce de la noche, aunque mirando a través de las celosías, ella nunca pudo ver a otra persona más que a la señorita J.
 
Cada mañana, la cena de la noche, aparentemente intacta, se retiraba y se regalaba a los mendigos que pasaban por la casa, como también el vino y el ron que se había puesto en las diferentes habitaciones, y cualquier resto de comida servía para alimentar a los varios patos y aves que la señorita J poseía.
 
La señorita J en varias ocasiones ofreció comida fuera de la mesa por la mañana a la señora H, quien sin embargo al intentar comérsela, la encontró completamente insípida, y después de uno o dos intentos no quiso más. Y al ser ofrecido ese alimento al señor H, él encontró la misma objeción.
 
Y también la señorita J les ofrecía con frecuencia vino y ron de las botellas que habían sido colocadas como se describe arriba. En una ocasión ella presionó al señor H que bebiera todo lo que él quisiera de ambos, ya que a sus "amigos les gustaba ver a la gente feliz", pero cuando descorchó las botellas de ron y de vino, el señor H descubrió que ambos licores apenas tenían sabor, por lo que no quiso beber mucho de ellos.
 
 
Cerca de una ventana del comedor de la casa de la señorita J había una alfombra grande, y cada mañana cuando se limpiaba la mesa, se encontraban en ese tapete varias piezas de oro y de plata (en monedas de varias naciones).
 
Pero la señorita J no quería tocarlas ni permitía que la señora H lo hiciera hasta que primero las levantara con una cuchara de harina y las arrojara a un recipiente con agua en el que se habían echado algunas cenizas. Y solo después de estar bien lavadas esas monedas en ese recipiente, la señorita J las tocaba.
 
La señorita J solía dar regalos, a veces de dinero a los H, y hablaba mucho de sus amigos invisibles, pero nunca decía quiénes eran, salvo que "venían del mar".
 
Hablando de ellos con el señor H, una vez señaló el estanque de los patos y dijo "ese es el camino por el que van y vienen mis amigos".
 
Ella les dijo a los H que ella había nacido y se había criado en Demerara, pero que a la edad de veintiún años, sus amigos se la llevaron a algún lugar y ahí ella permaneció con ellos durante siete años, al cabo de los cuales la enviaron de regreso para que "trabajar para ellos".
 
Y la única ocupación que parecía practicar la señorita J era la de médico, y los enfermos acudían a consultarla con regularidad. Ella les daba medicinas y les cobraba honorarios. Y señaló que sus amigos solían decirle por la noche quién vendría al día siguiente y todos los detalles de cada paciente.
 
Un día le dijo al señor H:
 
-      "Hay una carta para ti de tal persona en el correo que llegará mañana."
 
Y al día siguiente en la mañana, el señor H fue a la oficina de correos para pedir esa carta, pero no la habían recibido; por lo que luego volvió a ir una segunda vez, sin embargo con el mismo resultado. Entonces la señorita J lo envió de nuevo una tercera vez, diciéndole:
 
-      "Es imposible que mis amigos se equivoquen."
 
Y efectivamente en esa ocasión si recibió la carta y al leerla el señor H verificó varias de las cosas que la señorita J le había mencionado.
 
 
Después de quedarse con la señorita J durante unas seis semanas, la señora H se hartó de esos “amigos” cuyas voces escuchaba todas las noches, aunque no podía entender lo que decían y a quienes nunca podía ver. Así que decidió irse y volvió a vivir con su esposo, y poco después dejaron Demerara y regresaron acá.
 
Y al parecer, la señorita J sigue viva, ya que el otro día el señor H vino a verme y me dijo que recientemente había llegado un hombre de Demerara y le había traído un amable mensaje de ella.
 
Los H piensan que los amigos invisibles de la señorita J eran "espíritus", y yo también pienso eso, pero nunca antes había oído hablar de un arreglo similar con los elementales (como presumiblemente son), y es que esa es una idea completamente inusual que un grupo de elementales se siente regularmente todas las noches para una cena mundana.
 
Pero los H están perfectamente seguros de que ninguna persona podría haber entrado o salido de esa casa sin ser vistos, y los seres ordinarios apenas habrían saciado su apetito simplemente absorbiendo el sabor y el olor de las comidas y licores que ahí se servían.
 
Y más abajo se verá que los “amigos” de la señorita J tienen representantes en otros lugares, aunque su gusto por los refrigerios mundanos aún no ha trascendido.
 
 
 
Y a continuación les menciono otros ejemplos de encuentros de humanos con elementales.
 
En esta región, en una aldea cercana hay una niña negra que ha desaparecido dos veces, la primera vez fue durante dos días, y la segunda vez fue durante tres días; y al final de ambos períodos ella fue encontrada insensible en la orilla de una laguna cercana.
 
Y todo lo que ella pudo decir al respecto es que:
 
 "Unas hermosas doncellas se la llevaron y la trataron muy bien. Ellas son blancas y viven en casas bonitas. Le ofrecieron comida y otras atenciones, pero la niña prefirió no comer porque sintió que si lo hacía, entonces las doncellas se la habrían podido quedar y nunca la habrían regresado a su casa."
 
 
Y también hay en esta localidad dos médicos practicantes de Obeah que se dice que son instruidos por esas “hermosas doncellas”. Estos hombres viven en diferentes partes del país y no tengo conocimiento de que exista alguna conexión entre ellos, pero hay historias que relatan que a esos hombres se los ha visto hablando con mujeres blancas de largos cabellos negros, pero que ellas desaparecen abruptamente cuando perciben que son observadas.
 
Uno de esos hombres desaparece ocasionalmente durante dos o tres días seguidos, y el otro ha tenido la costumbre de desaparecer por períodos similares en diferentes  intervalos desde que era un niño de 7 u 8 años. Y este último ha sido visto repetidamente en conversaciones con tales mujeres cerca de un gran árbol de algodón de seda.
 
Pero más allá de esto y del hecho de que los nativos aceptan la existencia de estas mujeres misteriosas, y profesan el mayor respeto hacia ellas, no he podido obtener ninguna información confiable sobre este tema.
 
Ahora bien, hay puntos de diferencia entre los “amigos” de la señorita J y las “doncellas” de estas últimas personas; y es que si las “hermosas doncellas” hubieran tenido alguna inclinación por los licores y la comida, se habría oído hablar de ello. Pero aquellos que afirman haberlas conocido, aseguran que ellas se abstienen tanto de la carne como de los licores espirituosos.
 
Y los “amigos” de la señorita J nunca fueron visibles, excepto para ella misma. En cambio “las hermosas doncellas” parecen haber sido vistas por muchas personas, cuyas descripciones de su apariencia concuerdan muy bien entre sí.
 
En lo que si se asemejan ambos casos es que a esos seres misteriosos se les atribuye la enseñanza del uso de las hierbas medicinales.
 
 
Y estos seres misteriosos también han sido mencionados en el Occidente. Por ejemplo el ocultista Paracelso habla de humanos que a veces conviven con elementales. Y en Escocia, hasta en los últimos dos siglos, y quizás más tarde también, ha habido casos repetidos de personas que han sido "llevadas por las hadas". Y para ilustrar este asunto puedo nombrar al célebre Thomas (El Rhymer) de Erceildon, quien fue un renombrado vidente, profeta y poeta que vivió alrededor del año 1286.
 
Pues bien, se dice que él fue llevado por las hadas y mantenido por ellas durante siete años, cuando después de ello se le permitió regresar a la vida mundana por un tiempo.
 
Y yendo a una fecha más moderna, el reverendo Robert Kirk, ministro de Aberfoyle alrededor de 1660, y quien tradujo los Salmos de David al gaélico, y fue el autor de un curioso pero ahora muy escaso libro llamado “La Comunidad Secreta” del que hubo una reimpresión en 1815 y donde habla sobre los modales y las costumbres de las Hadas y otros seres de la naturaleza.
 
En ese libro señala a un tipo particular de “hadas” que se asemeja mucho con las “hermosas doncellas” que mencionan los nativos negros, y en ese libro se refiere a ellas con estas palabras:
 
« Porque en las regiones montañosas hay muchas bellas damas de esta orden aérea, que se llaman Leannain Sith. »
 
Y en la obra titulada "Las Tierras Altas de Escocia", se encuentra la siguiente descripción de las Leannain Sith:
 
« Según la leyenda de las Tierras Altas, se cree que las Shi'ach (hadas) son de ambos sexos, y es la opinión general de los montañeses que los hombres a veces han cohabitado con mujeres de la raza Shi'ach, y que en consecuencia se llaman Leannain Shi.
 
Se cree que estas amantes son muy amables con sus amantes mortales al revelarles el conocimiento de muchas cosas, tanto presentes como futuras, que estaban ocultas al resto de la humanidad, ya que se dice que se ha obtenido el conocimiento de las virtudes medicinales de muchas hierbas de esta manera, por medio de las Leannain Shi.
 
Y se dice también que los Daoine Shi, que son del otro sexo, a su vez han mantenido relaciones sexuales con mujeres de raza mortal. »
 
 
El Sr. Kirk desapareció en 1688 a la edad de 42 años. Y se relata que eso sucedió mientras caminaba una tarde al oeste de la actual Manse, lugar que todavía se considera en la actualidad como un “Dunshi” (una colina de las hadas).
 
Ahí él "cayó muerto", pero no se cree que este haya sido su destino, porque luego se le apareció a un pariente diciéndole que en realidad no estaba muerto, sino que "lo habían llevado al país de las hadas".
 
Por lo que le pidió a su pariente que efectuara una ceremonia determinada que le describió para que de esa manera "él fuera regresado de nuevo a la sociedad humana". Pero cuando se realizó esa ceremonia, esta no se llevó a cabo de la manera correcta y el Sr. Kirk no fue restaurado y se cree firmemente que "todavía se encuentra en el país de las hadas".
 
Pero ya sea que el Sr. Kirk esté allá o no, la descripción anterior sobre las “Leannain Shi” coincide mucho con las “hermosas doncellas” que he escuchado en esta otra parte del mundo.
 
Y el Sr. Kirk, aunque era un ministro presbiteriano, aparentemente también era un ocultista, probablemente portador innato de la "segunda vista", aunque tal vez no entrenado.
 
Su libro es muy pintoresco y tiene similitudes con Paracelso, y por sus dictados correctos sobre algunos puntos de la teoría oculta, como los cuerpos astrales, la repercusión, la clarividencia, los elementales de varios tipos, etc., merece prestarle atención.
 
Y para mostrar que la existencia de las "Daoine Shi" (buenas hadas de la gente) no son simplemente una fantasía romántica de los montañeses de esa época, por mucho que esas damas se parezcan a las Ondinas mencionadas por el Conde de Gabalis; se tiene constancia de que en octubre de 1675, el obispo y el Sínodo de Aberdeen, estas dos eminencias se comprometieron a considerar "a diversos cómplices que bajo el pretexto de trances y familiaridad con los espíritus, han ido con estos espíritus comúnmente llamados Hadas (Shi'ach), y han hablado con reproche de varias personas, algunas muertas y otras vivas".
 
Y el Sínodo amenazó tanto a los "seductores como a los consultores con censura", etc. (V. Aberdeen Session Records).
 
 
Ahora bien,
 
¿En qué categoría se clasifican a las “Leannain Shi'ach” y a las “hermosas doncellas”?
 
 
Ellas no pueden ser “Devas superiores” que menciona la Teosofía (los Dhyani Chohans) a quienes el hombre no puede ni propiciar ni mandar. Y tampoco son los “Dhakini” de los ocultistas indios, quienes a pesar de toda su supuesta bondad hacia los mortales, según una alta autoridad en la materia, "no tienen mente, sino sólo un instinto semi-animal".
 
Por lo tanto, si son elementales, deben ser de un grado más alto y tener alguna semejanza con “el genio” que se relata de forma fantasiosa en las historias árabes, y poca o ninguna semejanza deben de tener con los “espíritus familiares” de las brujas y magos de la Edad Media.
 
Sin embargo, como evidentemente estas entidades poseen mucho más que un simple instinto animal, y aparentemente incluso un conocimiento humano promedio, entonces me veo impulsado a clasificarlos como "espíritus más avanzados" a diferencia de los elementales y elementarios, pero solicito cualquier sugerencia que tienda a dilucidar este punto de mis hermanos más instruidos y experimentados.
 
(Observación de Cid: yo me inclino a pensar que son elementales pero de un reino superior al reino de los espíritus de la naturaleza.)
 
Pero sean lo que sean, ellos son "espíritus informadores" y tienen en la magia Obeah, la honorable posición de ser las únicas entidades de las que no se les alega ningún mal, y eso a pesar de llevarse con ellos a un humano de vez en cuando.
 
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Y antes de dejar el tema de los elementales, hay algunos otros puntos que merecen un poco de atención.
 
Los elementales utilizados por practicantes de la magia Obeah, como el que les mencioné en mi primer capítulo, son seres muy diferentes al de las “hermosas doncellas” y son de un grado mucho más bajo en la escala de la vida, y no tienen más que un instinto semi-animal.
 
Existe una creencia entre los Obeahmen con respecto al uso de tales entidades, que se encuentra algo en desacuerdo con las enseñanzas del Ocultismo Oriental sobre este tema, pero que curiosamente si se encuentra respaldada por las tradiciones de los antiguos Ocultistas Occidentales.
 
Y esta teoría dice (y alerta sobre el peligro que existe) en la relación que se crea con este tipo de elementales, y es que en manos de personas distintas a la de los adeptos, estos los elementales una vez que se utilizan, generalmente terminan por convertirse en dueños de esos humanos que en un inicio pensaban controlarlos.
 
Los Obeahmen sostienen que estos elementales se parecen mucho a lo que algunos capitanes de mar dicen de los marinero maliciosos: ¡Ellos son aptos para volverse problemáticos o peligrosos si no se les mantiene trabajando duro todo el tiempo!
 
Y aunque no tengo ningún ejemplo real de esto con respecto a los Obeahmen para relatar, puedo mencionar que, según la tradición escocesa, el gran Michael Scott, por no hablar de muchos otros ocultistas antiguos, como Lord Hay de Yester, Lord Foulis, etc., tenía varios "Diels" (elementales) en su empleo, y uno de ellos por lo menos tenía una capacidad de trabajo tan grande que le dio a su amo algunos problemas para encontrarle un empleo lo suficientemente estable como para evitar que efectuara travesuras.
 
Y la tradición dice que terminó de esta manera:
 
Pensando en mantenerlo en uso durante algún tiempo, Scott lo configuró para dividir Eildon Hill en tres, lo que como ya se relató, se logró en una sola noche. Y posteriormente lo puso a colocar una línea de "escalones" de Escocia a Irlanda; y esto también se logró rápidamente. Y relacionado con esto se dice que el Dique de Deil "en la costa de Ayrshire y la Calzada del Gigante" en el lado opuesto son los restos que aún existen.
 
Y allí, gracias a un esfuerzo de ingenio, Scott encontró un trabajo realmente duradero. Lo puso para hacer y enrollar cuerdas con la arena en la orilla del mar, ¡y se dice que ese desafortunado elemental todavía está en eso!  Excepto por el hecho de que pudo haber sido "contratado" recientemente por el Sr. Keely de Filadelfia (V. "PTS", No. 9, p.4, líneas 3, 4 y 5).
 
 
Y algunos viejos magos orientales parecen haber concordado en la misma forma de pensar, como por ejemplo se relata en la historia "Las Noches de Arabia" en donde se cuenta que un pescador descubrió una jarra de cobre en su red en donde estaba impreso "sellado por Suleiman".
 
Pero aún así el pescador quiso abrir la jarra y entonces un espantoso elemental salió, pero por suerte para el pescador, él logró embotellar al elemental nuevamente, y al parecer, Suleiman tenía una mentalidad más practica que Scott, ya que en lugar de preocuparse por mantener a ese elemental en funcionamiento, prefirió sellarlo herméticamente en el frasco y lo puso en un lugar donde no era probable que causara problemas.
 
Y si puede haber algo de verdad en eso, el ocultismo experimental en lo que respecta al uso de los elementales por parte del Obeahismo no está tan lleno de peligros, e incluso esas entidades pueden ser útiles, tanto para fines benévolos como para fines egoístas.
 
Por ejemplo, me han dicho que solía haber varias personas aquí, conocidas como "Vituas", que parecen haber tenido la misma convicción que Hassan Khair Djinni.
 
En los días de mercado y en otras ocasiones, los Vituas compraban mercadería a la gente, pero los vendedores, cuando unos minutos después buscaban en sus bolsillos la moneda que habían recibido, descubrían que esta se había desvanecido y la moneda volvía al Vitua que se la había dado.
 
Y también me han contado que los Vituas solían entrar en las tiendas y manipular numerosos artículos pequeños con el pretexto de examinarlos antes de comprarlos. Y luego comprarían uno, pero a la mañana siguiente faltaban todos los artículos que ellos habían tocado.
 
Y para evitar esto se recomendó llevar ajo, sal y otros ingredientes en las bolsas y bolsillos, y mezclarlos con la mercadería, y se dice que esta precaución tuvo tan buen resultado, que echó a perder el negocio de los Vituas, y estos se fueron a otro lugar en donde el uso de esos potentes ingredientes no fuera tan conocido.
 
El ajo, la sal y algunos otros ingredientes que no he podido averiguar, parecen servir a los nativos negros en lugar de las herraduras, ramas de acebo o de saúco, cenizas, etc., que en Europa tenían fama de mantener a raya a las brujas, o para formar defensas áuricas neutrales a través de las cuales los poderes de los seres malignos no pudieran actuar. »
(Theosophist, junio 1891, p.543-552)
 
 
 
 
 
 
Elementales que cumplen deseos
 
El relato que Miad Hoyora Korahon mencionó en el primer capitulo de su extenso artículo es el siguiente:
 
« La siguiente historia es sobre una iniciación que no se efectuó, y me la contó un nativo negro de cierta educación ya que él era un profesor:
 
"Un domingo de 1878 iba a caballo y en el camino me encontré con un africano llamado Pebu, y descubriendo que él también iba hacia el mismo pueblo acordamos viajar juntos.
 
Este Pebu era un hombre que no tenía medios visibles de sustento, pero que siempre se encontraba bien vestido y montaba un buen caballo. Se decía que él era un gran Obeahman, y sentí mucho miedo de él, pero como tenía mucha curiosidad por saber sobre la Obeah, le pedí que me enseñara algo.
 
Al principio se negó, pero después de mucha persuasión, consintió en hacerlo, y me pidió que me encontrara con él en cierto lugar a orillas del río que pasaba cerca del pueblo a donde íbamos.
 
A las doce en punto del miércoles siguiente por la noche. Allí estaba para llevarme a cierta piedra grande que él conocía en el lecho del río, en esa estación casi seca. Y debajo de esa piedra yo debía poner mi mano, y me advirtió que allí sería agarrado por otra mano.
 
Esa mano tiraría de la mía, y yo debía tirar de ella en algún momento con todas mis fuerzas. Y por mucho que me pudiera doler, no debía rendirme. El séptimo lance iba a ser el último, y sería tan fuerte que casi me sacaría el brazo de la cuenca, pero a cambio dejaría en mi mano una pequeña piedra blanca y un poco de una sustancia viscosa, las cuales yo tenía que poner en una botellita limpia (que tenía que llevar preparada) y taparla bien.
 
Esta botella yo debía cuidarla mucho porque eso me permitiría controlar a la entidad que me había jalado mi mano debajo de la piedra, y esta entidad estaría siempre a mi servicio cuando yo sacudiera la botella y haría o me conseguiría lo que yo quisiera. Pero cuando llegó el momento, tenía demasiado miedo y no acudí a la cita."
 
 
Esto parece ser parte de algún método para obtener el mando sobre un elemental, o como también lo llaman aquí, un “familiar". Pero es una gran lástima que mi informante no me haya podido decir nada más al respecto.
 
Y me parece un poco curioso que no se le hubiera instruido previamente para prepararse con una dieta en particular, o de alguna otra manera, durante un tiempo determinado antes de ese acontecimiento. »
(Theosophist, febrero de 1891, p.311-312)
 
 
 
 
 
 
Para hacer llover
 
La utilización de los elementales más famosa que se conoce, es para provocar que llueva a voluntad en donde uno quiera, y sobre los hacedores de lluvia africanos les hablo más en detalle en el capítulo anterior a éste.
 
 
 
 
 
 
Otros usos
 
Y al igual que sucede con los ocultistas del Oriente y del Occidente, también los practicantes de la magia africana utilizan a los elementales para muchas de sus actividades, como por ejemplo: para desarrollar poderes, efectuar hazañas asombrosas, hacerle daño a las personas, etc. Y a medida que vaya encontrando más información al respecto, la iré poniendo en el blog.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

9 comentarios:

  1. Respuestas
    1. La teosofía explica que aparte de los reinos físicos (humano, animal, vegetal y mineral) también hay reinos sutiles que habitan la Tierra, y a esos reinos se les conoce como "los elementales".

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  3. Hola Cid.
    Gracias por estas interesantes entradas, que cada vez que leo me generan varias preguntas, como la siguiente: respecto de los elementales, ¿Cual de los siguientes casos ilustra mejor su relación con los magos?
    1- como un trabajador remunerado que realiza los trabajos encomendados por su empleador bajo un acuerdo mutuo o contrato, donde el beneficio es mutuo, ó,

    2- como un esclavo que realiza las ordenes de su “amo“, donde el beneficio es mas unilateral, como ocurre con los animales de granja, que el ser humano utiliza, a veces indiscriminadamente, y en casos sin considerar su capacidad de sentir, ó,

    3- como un robot que ejecuta las ordenes implementadas en su código por su programador, sin tener sentido o conciencia alguna.

    De darse los casos 1 o 2, ¿Que ganan o en que se benefician los elementales, a cambio de realizar las ordenes del mago?

    De darse solo el caso 2, desde el punto de vista esoterico, ¿Se puede considerar ético?

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    1. Por lo que he leído, se dan los casos 1 y 2, mientras que el 3 no sabría decirte, y es que es tan poca la información que he encontrado sobre los elementales, que es difícil poder detallar al respecto.

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  4. Cid,usted que tiene conocimientos más profundos acerca de estos temas,
    1) que discerdinimiento tendria acerca de las relaciones sexuales entre ser humano y los elementales ¿?

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    1. No sabría decirte si son reales o producto de la imaginación de las personas.

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