LIBRO EL KYBALIÓN



El Kybalión es un libro relativamente pequeño que se publicó por primera vez en 1908 en Chicago (EU). Y a continuación les muestro la portada y la primera página de la primera edición.
 
 
El título entero es:
 
El Kybalión. Un estudio de la Filosofía Hermética del Antiguo Egipto y Grecia
 
Escrito por Tres Iniciados
 
 
Y abajo se puso la siguiente frase:
 
Los labios de la sabiduría están cerrados, excepto para los oídos del entendimiento.”
 
 
Publicado por The Yogi Publication Society, Masonic Temple, Chicago, Illinois.
 
 
 
En las dos páginas siguientes aparecen los derechos de autor y una dedicatoria
 
 
« Para Hermes Trismegisto, conocido por los antiguos egipcios como "el grande de grandes" y "maestro de maestros", este pequeño volumen de enseñanza hermética está dedicado reverentemente»
 
 
Y dado que los autores no revelaron su identidad, el libro se volvió del dominio público a partir de 1979.
 
Y en la siguiente hoja aparece la tabla de contenido
 
 
 
 
La introducción dice lo siguiente:
 
Tenemos mucho gusto en presentar a la atención de los estudiantes e investigadores de las doctrinas secretas, esta pequeña obra basada sobre las antiquísimas enseñanzas herméticas.
 
Ha habido muy poco escrito sobre este tema a pesar de las innumerables referencias que se hacen a estas enseñanzas en las muchas obras sobre ocultismo, por lo que los diligentes buscadores de las verdades arcanas darán indudablemente la bienvenida a la aparición del presente volumen.
 
El propósito de esta obra no es la enunciación de ninguna filosofía o doctrina especial, sino más bien de dar a los estudiantes una exposición de la verdad que servirá para reconciliar los muchos pedacitos del conocimiento oculto que ellos pueden haber adquirido, pero que aparentemente son opuestos uno al otro y que a menudo tienden a desanimar o distraer al principiante en el estudio.
 
Nuestro intento no es erigir un nuevo templo del conocimiento, sino más bien situar en las manos del estudiante una llave maestra con la que él pueda abrir las muchas puertas internas en el templo del misterio a través de cuyos portales principales ya ha entrado.
 
No hay una porción de las enseñanzas ocultas poseídas por el mundo que haya sido tan cuidadosamente guardada como son los fragmentos de las enseñanzas herméticas que han llegado hasta nosotros a lo largo de las decenas de centurias que han transcurrido desde la vida de su gran fundador, Hermes Trismegisto, el “escriba de los dioses”, quien residió en el Antiguo Egipto en los días en que la raza presente de los hombres estaba en su infancia.
 
Él fue contemporáneo de Abraham, y si las leyendas son verdaderas, un instructor de ese venerable sabio. Hermes fue y es el gran sol central del ocultismo cuyos rayos han servido para iluminar las innumerables enseñanzas que han sido promulgadas desde su tiempo.
 
Todas las enseñanzas fundamentales y básicas contenidas en las enseñanzas esotéricas de toda raza pueden ser atribuidas a Hermes. Incluso las más antiguas enseñanzas de la India tienen indudablemente sus raíces en las enseñanzas herméticas originales.
 
(Observación: esto es incorrecto, ya que los maestros explicaron que ellos cíclicamente envían emisarios a diferentes partes del mundo para que ellos transmitan la enseñanza oculta entre los hombres, y Hermes fue uno de ellos.)
 
Desde la tierra del Ganges muchos avanzados ocultistas viajaron a la tierra de Egipto, y se sentaron a los pies del maestro. Y de él obtuvieron la llave maestra que explicaba y reconciliaba sus puntos de vista divergentes, y así fue firmemente establecida la doctrina secreta.
 
Y de otras tierras vinieron también los instruidos, todos los cuales consideraban a Hermes como el maestro de maestros, y su influencia fue tan grande que a pesar de las desviaciones del sendero por parte de los cientos de instructores en estas diferentes tierras, aún puede encontrarse un cierto parecido y correspondencia básicos que subyacen a las muchas y a menudo divergentes teorías mantenidas y enseñadas por los ocultistas de estas diferentes tierras hoy en día.
 
El estudiante de las religiones comparadas será capaz de percibir la influencia de las enseñanzas herméticas en toda religión merecedora de ese nombre, sin importar que se trate de una religión ya muerta o que todavía esté en completo vigor en nuestro propio tiempo. Hay siempre una cierta correspondencia a pesar de los rasgos contradictorios, y las enseñanzas herméticas actúan como el gran reconciliador.
 
El trabajo de la vida de Hermes parece haber sido en la dirección de plantar la gran semilla de la verdad que ha crecido y florecido en santísimas formas extrañas, más que en establecer una escuela de filosofía que dominara el pensamiento del mundo.
 
Pero, no obstante, las verdades originales enseñadas por él han sido conservadas intactas en su pureza original por unos pocos hombres en cada edad, quienes rehusaron tener a numerosos estudiantes y seguidores que solo estuvieran desarrollados a medias. En cambio siguieron la costumbre hermética y reservaron su enseñanza para los pocos que estaban listos para comprenderla y amaestrarla. Y así de labio a oído, la verdad ha sido transmitida entre los pocos.
 
Siempre ha habido en los diversos países de la Tierra unos pocos iniciados en cada generación que mantuvieron viva la llama sagrada de las enseñanzas herméticas, y ésos iniciados siempre han estado deseosos de usar sus lámparas del conocimiento para volver a encender las lámparas menores del mundo externo cuando la luz de la verdad se volvía sombría y nublada por la negligencia, y cuando las mechas se obstruían con materia extraña.
 
Siempre hubo unos pocos para atender fielmente al altar de la verdad sobre el que se mantenía encendida la lámpara perpetua de la sabiduría. Y estos hombres dedicaron sus vidas a la labor de amor que el poeta ha establecido tan bien en sus versos:
 
« ¡Oh, no dejes que se extinga la llama! Protegida está, edad tras edad, en su oscura caverna y en sus santos templos es cuidada y alimentada por sacerdotes puros de amor. ¡No dejes que se extinga la llama! »
 
 
Estos hombres nunca han buscado la aprobación popular ni una multitud de seguidores. Son indiferentes a  estas cosas, pues saben cuán pocos hay en cada generación que estén preparados para la verdad, o que sabrían reconocerla si esta les fuera presentada.
 
Ellos reservan la “carne para los hombres fuertes”, mientras que otros proporcionan la “leche para los bebés”. Ellos reservan sus perlas de sabiduría para los pocos elegidos que reconocen su valía y que las llevan en sus coronas, en vez de arrojarlas delante de los vulgares puercos materialistas, quienes las pisotearían en el fango y las mezclarían con su repugnante alimento mental.
 
Pero a pesar de eso, estos hombres nunca han olvidado las enseñanzas originales de Hermes, y por consiguiente consideran el traspaso de las palabras de la verdad a quienes están preparados para recibirlas, enseñanza que está establecida en el Kybalión como sigue:
 
«  Donde caen las pisadas del maestro, los oídos de aquellos listos para su enseñanza se abren de par en par. »
 
Y también:
 
«  Cuando los oídos del estudiante están listos para oír, vienen los labios a llenarlos con sabiduría. »
 
Pero su actitud acostumbrada ha estado siempre estrictamente de acuerdo con el otro aforismo hermético, que se encuentra también en el Kybalión y que dice:
 
«  Los labios de la sabiduría están cerrados, excepto para los oídos del entendimiento. »
 
 
Hay quienes han criticado esta actitud que tienen los hermetistas, y han proclamado que ellos no manifiestan el espíritu apropiado manteniendo esa actitud de reclusión y reticencia. Pero una ojeada momentánea hacia atrás sobre las páginas de la historia ha mostrado la sabiduría que han tenido esos maestros, que sabían de la estupidez que era intentar enseñar al mundo algo para lo cual los hombres todavía no estaban ni preparados ni deseosos de recibir.
 
Los hermetistas nunca han buscado ser mártires, y en cambio se han sentado a un lado con una compareciente sonrisa en sus labios cerrados, mientras los paganos se enfurecían ruidosamente alrededor suyo, con su perversa costumbre de llevar a la muerte y a la tortura, a todos los entusiastas honestos pero descaminados que imaginaban que podían forzar sobre una raza de bárbaros, la verdad capaz de ser entendida sólo por el elegido que había avanzado a lo largo del sendero.
 
Y el espíritu de persecución no ha muerto aún en la tierra.
 
Hay ciertas enseñanzas herméticas que si se promulgasen públicamente hoy, atraerían sobre sus instructores un gran grito de escarnio y contumelia proveniente de la multitud que elevaría de nuevo el grito de “¡Crucificad! ¡Crucificad!”.
 
Así que en esta pequeña obra nos hemos esforzado por darles una pequeña idea de lo que son las enseñanzas fundamentales del Kybalión, haciendo lo posible para resumir los principios funcionales para que vosotros mismos los apliquéis, en vez de intentar desarrollar la enseñanza en detalle.
 
Y si tú eres un verdadero estudiante, entonces serás capaz de desarrollar y aplicar estos principios; pero si no lo eres, entonces debes convertirte en uno, pues de otro modo las enseñanzas herméticas serán para ti solo como “palabras, palabras y más palabras”.
 
LOS TRES INICIADOS
 
 
 
 
 
Y los quince capítulos que componen el libro los pueden leer en los siguientes links:
 
  4.   El Todo
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Y qué conclusión tienes con respecto al libro, ya después de haber elaborado varios artículos? Lo recomiendas?

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    1. Antes lo recomendaba pero ahora que lo he investigado más profundamente ya no lo recomiendo debido a que contiene muchos errores, sin embargo como es un libro muy famoso, si sería propicio que lo leyeran, pero teniendo en cuenta esos errores.

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