LA LUCHA ENTRE EL CUERPO VITAL Y EL CUERPO DEL DESEO SEGÚN MAX HEINDEL




Sobre este tema, en su libro “Principios de salud y curación”, Max Heindel escribió lo siguiente:

« El cuerpo vital tiende a construir y formar al cuerpo físico, mientras que nuestros deseos y emociones lo destruyen. Y esta lucha entre el cuerpo vital y el cuerpo de deseos es lo que produce la conciencia en el Mundo Físico y la que endurece los tejidos, de manera que el suave cuerpo del niño se va endureciendo gradualmente, y arrugándose en la vejez, a la que sigue la muerte.

La mortalidad o Inmortalidad de nuestros deseos y emociones actúa de manera similar en el cuerpo vital. Cuando los impulsos que nos guían están constituidos por la devoción a elevados ideales; cuando la naturaleza devocional ha tenido plena libertad de expresarse años y años, y con la mayor frecuencia posible.

Y especialmente cuando todo esto se ha realizado mediante la práctica de ejercicios científicos de retrospección y concentración, entonces van disminuyendo gradualmente los éteres químico y vital, desvaneciéndose los apetitos animales y aumentando la cantidad de los éteres lumínico y reflector, que ocupan el lugar de aquéllos.

Y como resultado de esto, la salud de esas personas no es tan buena como la de quienes viven una vida inferior, que a su vez atrae a los éteres químico y vital en proporción a la extensión de sus vicios, con exclusión parcial o total de los dos éteres superiores.

Y de este hecho se derivan algunas consecuencias sumamente importantes en relación con la muerte. Como el éter químico es el que cementa las moléculas del cuerpo en sus lugares respectivos y las mantiene allí durante la vida, cuando sólo existe un mínimo de este material, la desintegración del cuerpo físico, después de la muerte, tiene que ser muy rápida.

Nos ha sido imposible comprobar esto personalmente, debido a la dificultad de encontrar personas de alta espiritualidad que hayan muerto recientemente pero parece que debe de ser así por lo que se dice en la Biblia: que el cuerpo de Cristo no fue encontrado en la tumba cuando el pueblo vino a buscarlo»
(Capítulo 5)






OBSERVACIÓN

Desafortunadamente lo que dijo aquí Max Heindel, él lo está inventando porque en realidad los éteres no existen debido a las razones que les explico en este otro capítulo.
(Link)









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