EL MORADOR DEL UMBRAL DESCRITO POR BLAVATSKY

Blavatky explicó (como lo detallé en el capitulo siguiente a éste) que cuando un humano se hunde muy profundamente en la degradación o en la maldad, termina por separarse de su triada superior y se vuelve una persona sin alma.

Y esta entidad desalmada va a seguir encarnando convirtiéndose con cada nueva encarnación en un ente cada vez más abyecto, hasta que finalmente se agoté la fuerza de vida que hay en él, y entonces terminará desintegrándose.

Pero Blavatsky también precisó que en algunas ocasiones esas entidades desalmadas se transforman en lo que los ocultistas llaman un “Morador del Umbral”, y a continuación les voy a transcribir lo que ella dijo sobre este asunto.

« Pero en casos más raros, algo mucho más terrible puede suceder. Cuando la entidad desalmada se encuentra desencarnada y está condenada a agotarse por inanición, y que ya no hay esperanza de que incluso un pequeño destello de luz interior o voluntad, pudiese hacerla recapacitar para unirla de nuevo con su triada superior.

Entonces el Karma conduce al Ego Superior de vuelta a volverse a encarnar. Y en este caso, esa entidad desalmada (el fantasma Kama-Manásico) puede convertirse en lo que en el Ocultismo nosotros llamamos «el Morador del Umbral».

Este “Morador” no es como el que se describe tan gráficamente en el libro “Zanoni”, sino que es un ente que verdaderamente existe en la naturaleza y no es una ficción de una novela. Y seguramente su autor, Edward Bulwer, debe haber sacado su idea de algún Iniciado Oriental.

Pero en los hechos reales, nuestro “Morador” dirigido por la afinidad y la atracción de su creador, se impulsa a si mismo dentro de la corriente astral, a través de la envoltura Áurica del nuevo tabernáculo habitado por el Ego Padre, y le declara la guerra al nuevo habitante que lo ha sustituido.

Sin embargo esto, por supuesto, sólo puede suceder en el caso de debilidad moral de la nueva personalidad, que será obsesionada por el “Morador”. Pero en cambio nadie fuerte en su virtud y justo en su camino de la vida, puede correr el riesgo o temer una cosa semejante, sino solamente aquellos que se encuentran depravados en su corazón.

El escritor Robert Louis Stevenson tuvo en verdad una vislumbre de comprensión cuando él escribió su libro “El Extraño Caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde”, ya que su historia es una verdadera alegoría de lo que sucede a nivel oculto, y todo discípulo que leyera ese relato reconocería en él un substrato de la verdad, y también vería en el  Sr. Hyde a un “Morador”, un acechador que busca obsesionar a la nueva persona que reencarna.

    -   ¡Esto es un cuento de pesadilla!

Me dijo alguien que ya no está en nuestras filas, una persona que se encontraba siendo justamente obsesionada por un “Morador” de lo más pronunciado.

Y seguramente ahora varios de ustedes se preguntarán.

¿Cómo puede ocurrir un proceso de este tipo sin que uno se de cuenta?

Y les respondo que puede y de hecho ocurre.

Verán, la mente humana a fuerza de hundirse cada vez más en aspectos inferiores, se convierte en un principio semi-animal, y aunado al rápido desarrollo sensorial del cerebro y de los nervios, tarde o temprano, el alma personal finalmente pierde de vista su misión de desarrollo en la Tierra.

Y entonces, verdaderamente como un vampiro, la personalidad ensombrecida se alimenta, vive y crece en fuerza a expensas de su padre espiritual; y el alma personal se degrada más allá de la esperanza de la redención. Lo que provoca que el alma espiritual termine por separarse y esa persona que se encuentra en la tierra se vuelva un humano desalmado, un humano sin alma.

Tal catástrofe a menudo puede ocurrir muchos años antes de la muerte física. Y seguido a cada paso de la vida nos codeamos con hombres y con mujeres sin alma (como por ejemplo es el caso de los psicópatas).

Estos individuos estando carentes de sus principios rectores, pero reforzados por los elementos materiales de Kama-Manas, se hunden más y más en la bestialidad y la perversidad, y cuando llega la hora de la muerte física, sucede una de estas dos cosas:

1) O la entidad desalmada inmediatamente reencarna de nuevo en la Tierra.

2) O si se ha vuelto demasiado fuerte en el mal, se le permite a veces para propósitos kármicos, permanecer en un estado activo en el Aura terrestre. Y luego, debido a la desesperación y a la pérdida de toda esperanza, se convierte en todo un “diablo” con su inmensa maldad.

Y cuando su Ego Superior una vez más vuelve a reencarnarse, revestido en un nuevo reflejo, o Kâma-Manas, este “demonio” condenado como un monstruo de Frankenstein, se sentirá atraído hacia su “Padre” que lo repudió, y se convertirá en un habitual “Morador del Umbral” que perseguirá a su nuevo “hijo”.

Es el pago kármico que tiene que hacer el Ego por haber creado a esa creatura. »

(CW 12, p.637)