En
el segundo semestre del 2014, el precio del petróleo se desplomó
estrepitosamente como no se había visto en mucho tiempo, ya que en tan sólo
seis meses cayó a menos de la mitad de su precio de los últimos tres años.
¿A qué se debe este
debacle?
La
respuesta sencilla y que seguramente ya habrán escuchado, es que se debe a un
exceso de oferta y a una reducción de la demanda por el petróleo. Lo cual es
cierto, pero opaca toda la magnitud de este evento. Y para comprender esa
magnitud, primero deben de conocer las causas que llevaron al petróleo a cotizar
tan alto y ahora tan bajo.
Breve historia del
precio del petróleo
Después
de que el presidente Nixon abolió la convertibilidad del dólar con el oro en
1971, eso permitió al banco central de los Estados Unidos (que es la
institución que rige el dinero de la nación) imprimir dólares a lo bestia para satisfacer
el exceso de consumo en el que incurrían tanto el gobierno como los ciudadanos
estadounidenses.
Esto
influyó mucho para que las bolsas se dispararan a niveles nunca antes vistos.
Sin embargo, también generó una elevación artificial y exagerada de las
acciones, la cual explotó en el 2001 y que se le conoció como “el estallido de
la burbuja punto com”. Lo que ocasionó una relativamente suave, pero larga
recesión en las naciones occidentales.
Cotización
histórica del Standard & Poor's 500 que es el índice más representativo de
la bolsa americana, en donde vemos la inmensa alza que tuvieron las acciones a partir de los años ochentas y las dos grandes caídas que ha habido desde entonces.
Para
que no acabara la fiesta, el banco central bajó las tasas de interés
bruscamente del 6.5% al 1.75% y luego al 1% y siguió imprimiendo dólares a lo
loco.
Esto
fue como inyectarle cocaína a un convaleciente e hizo que la economía americana
volviera a reactivarse. Pero de nuevo, esta estimulación artificial generó una nueva
elevación exagerada de varios activos, siendo esta vez principalmente los
inmuebles. Hasta que la euforia volvió a acabarse en el 2008, en lo que se conoció como
“el estallido de la burbuja inmobiliaria”.
Y esta vez, el asunto fue mucho más grave, ya que estuvimos a punto de caer en una gran depresión y también de que el sistema financiero global colapsara. Sin embargo,
en vez de que los gobiernos tomaran medidas de fondo para cambiar la estructura
económica de crecimiento y consumismo (la cual se está volviendo cada vez más
insostenible), nuevamente prefirieron seguir con los paliativos. Y es así que el banco
central, de nuevo bajó bruscamente las tasas de interés y esta vez a
prácticamente cero (y desde entonces ahí se han quedado).
Y también creó (de la nada) las cantidades más descomunales de dólares como
nunca antes se había visto (y de hecho ya ni los imprime, simplemente en su
computadora añade muchos dígitos cada semana).
Sólo
que cada vez esta solución funciona menos bien. Y en esta ocasión, únicamente
un pequeño porcentaje de esa colosal cantidad de dinero ficticio llegó a los
consumidores, mientras que la gran mayoría ha servido para inflar el mercado
accionario, el mercado de bonos, el marcado de divisas y el mercado de los commodities.
Y es por eso que hemos visto el precio del petróleo desde entonces pasearse por
arriba de los 100 USD.
El
problema para los gobiernos es que también hay otros factores que imperan sobre
los mercados, siendo el más antiguo de ellos: la ley de la oferta y la demanda.
Entonces, estas
nuevas inyecciones indigentes de dinero, han permitido que los humanos siguieran consumiendo
(aunque sea “a crédito”). Pero el consumo efectuado de esa manera no puede mantenerse
indefinidamente, y actualmente las principales economías del mundo (con
excepción por el momento todavía de los Estados Unidos) están dirigiéndose cada vez
más hacia una depresión económica (que probablemente va a ser prolongada y profunda como consecuencia de ese
consumismo exacerbado y desenfrenado que ha habido hasta ahora). Lo que ya ha comenzado a afectar a la demanda del petróleo.
Pero
por otra parte, Estados Unidos cuya industria petrolera estaba en declive desde
hace ya varias décadas, volvió a tener un gran auge al utilizar una nueva técnica
de perforación que se le llama fracturación
hidráulica (o “fracking” en inglés) y que le ha permitido extraer petróleo
en zonas del suelo donde antes no se podía. Lo que ha hecho que la producción
de petróleo en los Estados Unidos se dispare de nuevo, ya que en tan sólo cuatro años, Los United States prácticamente duplicó su producción volviendo a estar entre las tres más grandes potencias productoras de petróleo (siendo las otras dos Rusia con 10mdb/d y Arabia Saudita con 9mdb/d).
Esto
ha generado una fuerte reducción en las importaciones de petróleo de ese país,
lo que le ha afectado a los otras naciones productoras de petróleo, ya que
Estados Unidos es el principal consumidor de este valioso recurso, y por
consiguiente se ha generado una batalla comercial para conservar las cuotas de
mercado, lo que ha ocasionado que se produzca actualmente una sobre oferta muy grande de petróleo.
¿Y ESTO QUÉ TIENE DE
MALO?
Se
preguntarán. Bueno, usualmente cuando el precio del petróleo baja, eso es bueno
porque abarata los costos de las manufacturas y del transporte, lo que genera
mayor consumo y provoca un nuevo auge en la economía. Pero en esta ocasión
arriesga producir el efecto contrario.
¿Por qué?
Porque la gran mayoría de las empresas
petroleras estadounidenses necesitan de un precio alto del petróleo para poder
sobrevivir. Me explico:
Como
les mencioné, la industria petrolera estadounidense estaba desde hace tiempo en
declive porque los pozos tradicionales, o sea aquellos donde prácticamente sólo
tienes que hacer un hoyo y comenzar a bombear, ya se están agotando (figura de
la izquierda).
Sin
embargo, los avances en la tecnología han permitido que ahora se pueda extraer
el petróleo (y el gas) en zonas subterráneas en donde este se encuentra
mezclado con rocas de baja permeabilidad y muy baja porosidad (figura del
centro).
Para
ello, aparte de hacer el hoyo profundo vertical, luego tienen que seguir
perforando horizontalmente, y luego se le inyecta toneladas de substancias
(varias de ellas muy toxicas) para ayudar a extraer el petróleo y el gas de la
roca. Pero como la extracción sólo se puede hacer en el pequeño entorno de la
perforación, hay que estar haciendo constantemente nuevas perforaciones, lo que
aumenta substancialmente el costo.
También
hay que precisar que para fracturar un solo pozo son necesarios entre 9 a 29 millones de litros de agua, y que en cada pozo se
inyectan unas 4’000 toneladas de productos químicos altamente contaminantes. Lo
que hace que esa técnica sea muy dañina para el medio ambiente y la salud de
los habitantes locales. Pero bueno, eso sólo les importa a los ecologistas. Mientras
que a los poderes económicos y políticos lo que les interesa es la ganancia que
puedan obtener con ello.
Estos
hidrocarburos no convencionales se les llama “de esquisto”, “de pizarra”, “de
lutitas” (que es el nombre de la roca donde se encuentran) y aunque son de mala
calidad y por consiguiente de difícil aprovechamiento, los altos precios del petróleo
hicieron que los empresarios norteamericanos invirtieran masivamente en ese
nuevo sector, como lo muestra la cantidad de pozos petroleros que han sido cavados en los Estados Unidos.
¿Y CUÁL ES EL
PROBLEMA AHORA?
Que
como vimos, sale carísimo la extracción del petróleo por medio de la fracturación
hidráulica, ya que mientras que una explotación convencional cuesta alrededor de
10 a 35 dólares para sacar cada barril de petróleo, de acuerdo con el Oil Depletion Analysis Centre, el costo
productivo de una explotación fracking es de entre 83 y 86 dólares…!!!
Por
otra parte, la compañía de finanzas Bloomberg hizo el siguiente grafico mostrando
el precio de petróleo que necesitan las principales regiones de esquisto de los
Estados Unidos para ser rentables. Ahí ponen un promedio de 80 dólares, pero si excluimos las más costosas de la grafica,
vemos que aun así en promedio se requiere que el precio del petróleo esté por arriba
de los 70 dólares.
Lo que quiere decir
que en la actualidad estas compañías están perdiendo muchísimo dinero.
¿BUENO Y EN QUE NOS
AFECTA ESO?
Dejo al
investigador experto sobre el tema Antonio Turiel Martínez que les responda:
«
La actual caída de precios del petróleo llevará a la mayoría de las empresas
estadounidenses que se dedican al fracking a ser completamente inviables desde
el punto de vista económico, ya que según Forbes (ver link) la compañía promedio necesita un
precio de 85 dólares el barril de petróleo para cubrir sus gastos (algunas
noticias interesadas aseguran que las compañías son rentables con precios más
bajos, pero lo hacen no contabilizando el servicio de la deuda, lo cual es
absurdo desde el punto de vista contable, ya que los costos financieros es un
gasto que también hay que considerar).
.
. .
El
problema es que la gigantesca burbuja de los hidrocarburos no convencionales es
ya bastante grande (yo la estimo en más de medio billón de dólares) e
inevitablemente reventará, y muy probablemente pasará en el 2015, cuando muchas
compañías de fracking no puedan devolver sus deudas. Y dado el gran
apalancamiento financiero de estas empresas, el estallido de la burbuja del
fracking creará una crisis financiera que como mínimo tendrá un gran efecto en
los Estados Unidos (que es el único país que queda actualmente para empujar a la economía mundial).
Miren la siguiente gráfica
muy reveladora de cómo ha evolucionado el empleo en los últimos años en los
EE.UU.
La
línea azul es la evolución del empleo en Texas (posiblemente el estado
americano que más ha contribuido al boom del fracking) mientras que
la evolución del empleo en los Estados Unidos sin Texas (que es la línea roja) no ha sido nada brillante y eso que incluye a varios estados donde el fracking también ha
triunfado.
(O sea que la historia se está repitiendo, ya que el sector de la construcción es el que había generado muchos empleos en los Estados Unidos y con ello empujado a la economía norteamericana antes de que explotara la burbuja inmobiliaria.)
Por
lo tanto, el hundimiento del fracking generará una crisis económica y
financiera significativa en los Estados Unidos. Y dependiendo de la importancia
del fracking en el mercado de productos derivados (el cual es completamente
opaco) esta crisis puede ser regional o global.
(Conociendo
las finanzas estoy convencido de que el fracking está saturado de derivados. Lo que explica además la intensidad de la caída del precio del petróleo, ya que la vez anterior que eso ocurrió, estábamos al borde del colapso total y actualmente no es el caso. Y además
sospecho que los prestamos los han de haber amañado como lo hicieron con los bonos basura
inmobiliarios. Así es que todo el mundo financiero lo va a resentir fuertemente si cae el fracking, lo que va a tener repercusiones inmediatas sobre la economía ya que ahora todo funciona con créditos.)
Por
consiguiente, con el estallido de la burbuja del fracking, se puede
desencadenar una nueva recesión global. »
_ _ _
Así
es que ya ven, si el precio del petróleo permanece por mucho tiempo en niveles
bajos, esto va a ocasionar la tercera gran crisis económico-financiera que habremos tenido en este inicio de siglo.
Pero aún así, aunque logremos evitar en los próximos años “el estallido de la burbuja fracking”, dentro de una a dos décadas, el petróleo de todas maneras nos va afectar terriblemente generando cambios drásticos en la sociedad. (Esto lo explicaré en el capítulo: la mega crisis energética que está por venir)